La experiencia de ganaderos de Montes de María con la silvopastura

En Montes de María campesinos agricultores y ganaderos están utilizando las silvopasturas como herramienta para sus fincas.

Desde hace casi 10 años, fundaciones y entidades como Herencia Ambiental Caribe, Parques Nacionales Naturales y Proyecto Titi han impulsado a fincas ganaderas de Montes de María en la región del Caribe para el uso de sistemas silvopastoriles. Esto, en el marco de un proyecto de conservación para el cuidado del bosque seco tropical llamado Proyecto de Conectividades Socio- Ecosistémicas del Santuario de Flora y Fauna Los Colorados.

Este proyecto, tiene un componente de enseñanza en el que se forma a las familias de la zona en apicultura, huertas comunitarias, cría de gallinas criollas y sistemas silvopastoriles. Se realiza visitas prediales por parte de los promotores ambientales para revisar el estado de las áreas productivas y de conservación de cada una de las fincas dentro de los corredores de conservación. Durante las visitas se toman los datos en formatos de seguimiento que permiten tener la información y hacer seguimiento al estado de los sistemas productivos y las zonas de conservación.

Los resultados en la implementación de estas herramientas han arrojado éxito y se han propagado a lo largo de este tiempo. Sin embargo, tras haberse replicado el proceso con pequeños propietarios agricultores y ganaderos, quedó claro que estos requieren mayor apoyo, acompañamiento y seguimiento que los grandes ganaderos.

“Hemos notado impactos ambientales por mejoría en los parámetros de calidad del suelo, incremento en la capacidad de retención del agua y aumento de la conectividad ecosistémica del territorio, también un impacto socio-económico por mejores condiciones de los animales y por ende de producción lechera, así como ingresos adicionales por corte de pasto”, afirma Cristal Ange, directora de la Fundación Herencia Ambiental.

Los ingresos que se están generando por parte del proyecto son significativos para todos los beneficiarios, y es en la medida que los sistemas sean atractivos económicamente para las familias que se podrá lograr que aumente el alcance y que las actividades puedan ser realizadas por su propia cuenta. En el caso de los ganaderos, es claro que los resultados de los sistemas silvopastoriles les resulta satisfactorio, en la medida en que estos han ido creciendo año a año.

No ha sido fácil identificar un valor de los ingresos económicos recibidos por cuenta de las hectáreas silvopastoriles como resultado del proyecto, ya que cada uno de ellos utiliza la hectárea silvopastoril de manera diferente y acorde con el tipo de sistema ganadero que tiene montado.

Pero si se ha podido realizar un cálculo para medir la rentabilidad que ha generado en los ganaderos y agricultores del proyecto. El cálculo se hizo teniendo en cuenta que esta actividad se valora de acuerdo con el costo del alimento que aporta una hectárea silvopastoril para las vacas, que es de $1.200.000  pesos año/hectárea, asumiendo una carga de 4 animales por hectárea, un costo de comida por animal de $30.000 mensuales y 10 meses de servicio anual de la hectárea.

Teniendo en cuenta esta información, en promedio, los ganaderos que tienen 2.5 hectáreas en sistema silvopastoril, obtienen un ingreso potencial promedio anual por familia de $3.000.000. Para los 26 propietarios del proyecto que tienen sistema silvopastoril con un promedio de 0.71 hectáreas, representa un ingreso familiar promedio anual de $856.800.

En cifras generales, este proyecto cuenta con un total de 98,25 hectáreas en silvopasturas y ha generado $117.900.000 a las familias ganaderas. Actualmente se están implementando 135 hectáreas de silvopasturas adicionales en las fincas ubicadas en los corredores de conservación, con apoyo de la Fundación Santo Domingo y el Programa Colombia Sostenible.

Para la Fundación Herencia Ambiental es necesario difundir entre los agricultores y ganaderos las cifras y valores que generan las actividades productivas sostenibles implementadas, especialmente la apicultura, como una estrategia para incorporar a más familias en las actividades, y así lograr seguir aumentando la sostenibilidad de las actividades productivas en el campo montemariano.