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Por CONtexto ganadero - 27 de Noviembre 2017
Martín García Fernández, un gran amigo de la ganadería colombiana, hace un análisis sobre el desafío de la ganadería aplicado a la ganadería argentina cuyos conceptos, bien pueden aplicarse a la ganadería colombiana
Primero más kilos por novillo
Argentina desteta solo el 60% de terneros sobre vaca entorada; este es el primer escollo para incrementar la oferta de un producto con demanda firme en el mundo: la carne bovina. Con sólo llevarlo al 70% y subir el peso de faena a 430/450 kg por novillo, estaríamos en condiciones de mantener el consumo y exportar más de 5.000 mill USD/año, sin bajar el consumo interno.
El comercio internacional de carne se duplicará y ha sufrido leves bajas frente al derrumbe de los demás commodities. Por algo una vaquillona preñada vale 1.000 USD!!!
Recriar, único camino posible
Veamos el peso de faena: subirlo en forma económicamente sustentable requiere recría a campo –casi desaparecida en la última década- complementada con una terminación de 90 a 120 días en corral. Este será posiblemente el nuevo novillo argentino: un producto con colocación en el mercado interno y externo, consistente en su terminación.
La industria debe dar señales para que los productores lo hagan y el Estado debe promoverlo con una política impositiva y crediticia adecuada, en una suma donde todos ganaremos, colocando granos de maíz y pellet de soja, más burlanda y otros subproductos industriales para ser transformados en proteínas de alto valor biológico.
¿Dónde recriar?
Campos que han salido de agricultura por limitaciones edáficas, que permitían buenas rentabilidades con una soja a 500 USD, se transforman rápidamente en ganaderos de altísima producción, con promociones de raigrás, pasturas implantadas o verdeos.
El desafío es profesionalizar la recría obteniendo ganancias de 500 a 700 gr/día con o sin suplementaciones (grano o silajes) de acuerdo a disponibilidad y calidad forrajera. La cuenca del Salado tiene una enorme capacidad de producir proteína barata para esta etapa, sobre todo con raigrás. Con una inversión de 100 USD/ha es posible recriar 2 a 3 novillitos de mayo a noviembre, con mínimas suplementaciones sobre promociones de raigrás.
En las zonas semiáridas, esta etapa requiere en general suministrar concentrados proteicos (a campo o en corrales de recría). La fortaleza está dada por la alta producción estival de forraje, esquema que tiene mayor costo invernal, pero logrando altas producciones de carne en verano y novillos más pesados para encerrar.
Armando el rompecabezas
Todo está por hacerse, con riesgos, limitaciones, altísimo capital invertido y muchas aristas a discutir.
Por Martín García Fernández. Presidente del Foro Argentino de Genética Bovina. Publicado en A&T
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