Ganadería sostenible: un modelo regenerativo para la conservación de la biodiversidad
PorCONtexto ganadero-22 de Diciembre 2024
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Por - 29 de Diciembre 2022
Un estudio desarrollado en Colombia por investigadores de Suiza descubrió que el cultivo de aceite de palma en terrenos deforestados puede ayudar a la captura de dióxido carbono.
Un estudio desarrollado en Colombia por investigadores de Suiza descubrió que el cultivo de aceite de palma en terrenos deforestados puede ayudar a la captura de dióxido carbono.
Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne y del Instituto de Investigación Federal, en Suiza, publicaron en la revista 'Science Advances' una investigación que apunta a que el cultivo de aceite de palma es potencialmente sostenible. Estos investigadores han estado estudiando los suelos en el cultivo de palma aceitera en los llanos de Colombia durante años, en un esfuerzo por desarrollar métodos más sostenibles para este cultivo.
Al calcular la huella de carbono de los cultivos desde entonces, los científicos descubrieron que el almacenamiento total de carbono, teniendo en cuenta las reservas de vegetación y suelo, no se modificó en relación con el uso de la tierra para pastos.
"Nuestro estudio es el primero en observar la huella de carbono de la producción de aceite de palma a largo plazo, es decir, en dos ciclos de plantación, ya que las palmeras de aceite se reemplazan cada 25-30 años", dice Juan Carlos Quezada, estudiante del doctorado en el Laboratorio de Sistemas Ecológicos y el autor principal del estudio.
El investigador explica que, en climas tropicales, los pastizales, especialmente aquellos que han sido descuidados y degradados, generalmente consisten en grandes áreas de césped con algunos árboles pequeños diseminados. La plantación de densas poblaciones de palmeras oleaginosas, que pueden alcanzar los 15 metros de altura, en estos pastos puede aumentar la tasa de captura de carbono por unidad de superficie, gracias a las raíces, troncos y hojas de las palmeras, así como a la vegetación que los rodea.
Según los métodos de cultivo típicos en Colombia, las palmeras de aceite se talan cada 25-30 años y se reemplazan con árboles jóvenes para comenzar un nuevo ciclo de plantación. A medida que las raíces y otras partes de los viejos árboles se descomponen, nutren el suelo y compensan parcialmente el carbono inicialmente perdido en la capa superior del suelo cuando se convirtió el pasto. Como resultado, durante el período de cultivo a largo plazo, la cantidad de carbono almacenado en el ecosistema permanece sin cambios en comparación con el nivel inicial antes de la conversión de la tierra.
Este estudio, realizado como parte del proyecto Paisajes adaptativos de Palma de Aceite (OPAL), una iniciativa interdisciplinaria financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de Suiza y dirigida por ETH Zurich, advierte que el problema radica en el impacto negativo del carbono y la pérdida de biodiversidad causada por la deforestación, pero, los principales países productores de aceite de palma, como Colombia, tienen grandes pastizales abandonados que podrían convertirse favorablemente, lo que limita la pérdida masiva de carbono resultante de la deforestación.
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