Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
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Por - 22 de Febrero 2016
2 colombianos, una uruguaya, un alemán y un mexicano han trabajado por separado en sistemas que contribuyen a mejorar la producción, obtener recursos hídricos y capturar carbono.
2 colombianos, una uruguaya, un alemán y un mexicano han trabajado por separado en sistemas que contribuyen a mejorar la producción, obtener recursos hídricos y capturar carbono. En CONtexto ganadero queremos resaltar la perseverancia y el trabajo de jóvenes en varias partes del mundo, quienes no solo desarrollan soluciones para el sector rural, sino que también son un ejemplo de superación y tenacidad. El primero es el caso de Abel Quiroz, un joven de 31 años egresado en Mecánica Automotriz del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, quien desarrolló el ‘Water Pacific’ o colector de agua atmosférico, el cual sirve para atrapar la humedad y convertirla en agua potable. (Lea: Antioqueño presentará proyecto de obtención de agua en México y Bahrein) Para obtener este resultado, que fue expuesto en México y Bahrein en 2014, el antioqueño desarrolló un sistema en el que el aire ingresa por un tubo y allí gracias a la energía solar o eólica se transforma en vapor de agua. “En 2012, cuando todavía estaba en las clases del Sena, vi que se usaba mucho el aire acondicionado para mantener estable la temperatura de las aulas. Ante ese fenómeno, pensé en crear un dispositivo que sirviera para colectar ese vapor y volverlo a transformar a un estado líquido. Luego de muchas investigaciones y ensayos desarrollé un dispositivo que lograba transformar ese aire en agua”.
El Chipsafer de la uruguaya Alonsopérez También está el caso de la uruguaya e ingeniera eléctrica Victoria Alonsopérez, quien con tan solo 27 años creó el Chipsafer, una plataforma que monitorea la ubicación y algunos parámetros fisiológicos del ganado a control remoto. Con dicha información se puede reducir el número de muertes, evitar robos en tiempo real e incrementar el nivel de productividad. “En 2001, vi como la fiebre aftosa dañó severamente la economía de mi país, afectando no solo al sector rural sino también a toda la sociedad. Fue ahí que comencé a pensar en un sistema capaz de monitorear animales a distancia y detectar las enfermedades a tiempo”, dijo Alonsopérez en diálogo con este medio. (Lea: Victoria Alonsoperez, la 'pequeña genio' detrás del collar ganadero) Una de las ventajas de este dispositivo es que no requiere de pilas. Por ello, la joven explicó que trabaja para aprovechar la energía que produce el animal y que ello ayude en la recarga del dispositivo. “Lo más gratificante es, sin duda, cuando ves que puedes impactar positivamente un sector del cual dependen muchísimo los países de la región y mejorar en ellos su productividad”. El invernadero flotante Otro caso de éxito es el de Philipp Hutfless, egresado de Diseño Industrial de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Darmstadt en Alemania, quien construyó Vereos, un invernadero flotante que sirve para ser usado en ciudades ubicadas en el área costera y diseñado para consumir un mínimo de energía y agua. Una de las características de este huerto flotante es que ayuda a proporcionar agua dulce en las urbes situadas al lado del mar. “Mediante el uso de agua salada, este invernadero acuático es ideal para el cultivo de vegetales en áreas urbanas, donde no hay mucho espacio para la agricultura (…) Un hecho sorprendente para mí fue que Tokio importa el 90 % de sus alimentos, a eso se suma el hecho de que son ciudades grandes y cada día crecen más, y que el uso de tierras aptas para el cultivo es algo raro allá”, enfatizó el ingeniero industrial. (Lea: Diseñan invernadero acuático para ciudades costeras) Entre las ventajas que proporciona este sistema es el ahorro en el costo del transporte de alimentos. “La agricultura necesita un 70 % de agua, con Vereos se pueden irrigar las verduras con una técnica hidropónica y ósmosis inversa, lo que hace que no se desperdicie agua”, precisó Hutfless. El sector ganadero también tiene al suyo El sector ganadero colombiano no se queda atrás. Carlos Andrés Pinilla Galvis, de 33 años de edad, pasó de ser citadino a decir con orgullo que hoy es campesino. Hoy el zootecnista de la Universidad de La Salle se desenvuelve en el sector agropecuario en la provincia Comunera de Santander. Su liderazgo lo llevó a ser el presidente del Comité de Ganaderos y de la Feria Ganadera del Socorro. “Estudié en Bogotá y regresé a la finca porque vi la necesidad de darle un nuevo empuje al comité. Fui gerente y luego ya alcancé la presidencia, para trabajar por el gremio, por el bien común de los ganaderos y no el particular”, manifestó. (Lea: Joven de 33 años lleva las riendas de ganadería en el sur de Santander) En la finca La Ponderosa, Pinilla Galvis triplicó la producción láctea y los ingresos económicos por la venta del líquido a la industria en 7 años. Asimismo, el uso del software ganadero, el manejo animal, la dieta nutricional y el mejoramiento genético integrados en la explotación, hicieron que el predio pasara de producir 300 a 800 litros con un promedio de 60 vacas que en lactancia que generan de 13 a 16 litros día. El biofertilizante de un mexicano Por último, está el caso del mexicano de 34 años de edad, Ramón Agustín Bacre González, ingeniero biotecnólogo por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, quien se destacó por desarrollar un biofertilizante que es capaz de nutrir el suelo y capturar el carbono. Dicho avance lo logró con el biocarbón o biochar, una variedad del mineral que se obtiene por la estabilización de materia orgánica mediante el método de pirólisis, un tipo de incineración causada por calentamiento sin oxígeno, la cual descompone químicamente la materia orgánica para recuperar nutrientes y carbono. “Con la pirólisis la materia orgánica se transforma molecularmente; la lignina, celulosa y otras formas de biomasa se convierten a moléculas complejas compuestas, en su mayoría, por anillos aromáticos en el biocarbón o biochar”, explicó el mexicano, quien agregó que este último adquiere propiedades, como una gran superficie específica y porosidad, que son adecuadas para el suelo, tanto para la productividad en plantas como para el crecimiento de microorganismos. (Lea: El agro del futuro: convertir estiércol y forraje en energía verde) “La lignina y formas de celulosa original se vuelven difíciles de degradar en el suelo, así se retiene el carbono y, a la vez, se mejoran propiedades del suelo en forma natural, como la estructura, aireación e intercambio de nutrientes. Además de que el carbono ya estabilizado puede durar de cientos a miles de años en esos suelos”, puntualizó Bacre. Gracias a este desarrollo el ingeniero biotecnólogo recientemente ganó uno de los 10 premios Innovadores menores de 35 México 2015, edición en español del MIT Technology Review del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés).
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