Cómo conocer la calidad intrínseca de los pastos

Incurrir en prácticas de manejo para explotar el potencial de los pastos es una tarea clave que debe hacer cada productor en su predio. Por eso, CONtexto ganadero explica qué debe hacer para conocer la calidad intrínseca del pasto.

Javier Bernal Eusse, ingeniero agrónomo y especialista en Desarrollo e Investigación de Pastos, Forrajes y Semillas, explica en un seminario web publicado por Perulactea, que para llegar a una respuesta adecuada de si vale la pena incurrir en prácticas de fertilización es necesario conocer la calidad intrínseca del pasto con algunas medidas. (Lea:Cómo determinar el potencial productivo de los pastos)

Sistemas directos

Los sistemas más confiables son aquellos que se realizan con la intervención del animal y donde se mide una serie de parámetros directamente en el producto que se busca.

De acuerdo con Bernal Eusse, con esto quiere decir que “cuando voy a determinar el potencial productivo de una especie en un área determinada, lo mejor que puedo hacer es medir la cantidad de carne o de leche que me produce ese pasto directamente con los animales. Esto lo hago pesando los animales, midiendo la cantidad de leche que ordeño diariamente y con eso determinar si estamos bajos o bien en cuanto a producción y productividad y así ver qué factores puedo modificar relativamente fácil”.

Estos ensayos son los más completos, largos y costosos y se hacen con los llamados ensayos de pastoreo. Además, se pueden aplicar unos tratamientos seleccionados en áreas pequeñas y comparar cómo responde el pasto a estos tratamientos en producción de forrajes. (Lea: Manejo del pasto, clave para aumentar la productividad del ganado)

En palabras de Bernal Eusse, hay que recordar que “el mejor medidor y el mejor determinador del potencial de la pradera es el mismo animal, haciéndole un manejo adecuado al pasto, dándole su tiempo de descanso y midiendo el producto final”.

Sistemas indirectos

En estos ensayos no interviene el animal, consisten en hacer muestreos de los potreros o áreas productivas y mediante una seria de medidas y cálculos y de determinaciones de laboratorio, para llegar a una misma deducción que teóricamente se obtiene con los ensayos de pastoreo.

Hay dos tipos de ensayos que hacen los investigadores, “uno es el famosos sistema de el establecimiento de parcelas o ensayos de parcelas donde se toman áreas pequeñas de una especie determinada y se le aplican diferentes cantidades de insumos”, dice Bernal Eusse.

Por ejemplo, cuando se quiere ver cómo se mejora determinada especie con fertilización, se deben hacer unas parcelas y otra testigo, donde no se aplica nada, y se va pasando a dosis de fertilizantes en la que se hará el ensayo. La idea es que al final se hagan medidas del forraje que producen estas parcelas, por eso se dice que no interviene el animal, sino que es una labor realizada completamente por el hombre. (Lea:El manejo del pasto es arte y conocimiento)

El otro aspecto en la que se puede trabajar es la estimación de la calidad del forraje que se está produciendo, por lo que para esto “simplemente se toman muestras y se van enviando al laboratorio. Estas muestras generalmente se secan para determinar posibles factores de calidad del forraje”, menciona Bernal Eusse.