‘Colombia Siembra’ pero se llena de productos importados

El Ministerio de Agricultura viene apostándole a un proyecto ambicioso en favor del campo colombiano: sembrar un millón de nuevas hectáreas antes de 2018 e incrementar en 18,3 % el área sembrada. Pese a ese esfuerzo, sectores como el arrocero, maicero y ganadero padecen por las importaciones.   El año anterior, el país tuvo una de las siembras de arroz más exitosas en muchos años, pues se logró un crecimiento de 112 mil 192 hectáreas, eso sin tener en cuenta la grave crisis que vivieron los productores del Casanare tras la caída del puente sobre el río Charte. Por su parte, el sector del maíz tuvo un significativo incremento de 40 mil hectáreas cultivadas del grano. (Lea: ¿Qué pasó con los 5 ejes del plan Colombia Siembra?)   Esos aumentos se lograron por cuenta del plan ‘Colombia Siembra’, iniciativa impulsada por el Ministerio de Agricultura y que al final de 2016 entregó un balance de cumplimiento del 42,6 %, es decir, entre 2017 y parte de 2018 deberá completar el 57,4 % que le resta para que el agro nacional crezca en un millón de hectáreas de acuerdo con lo expresado por el titular de la cartera, Aurelio Iragorri Valencia.   Pese a esos importantes aumentos, los cultivadores se siguen quejando por los efectos que ocasionan las importaciones de arroz, maíz e incluso leche en polvo por cuenta del Tratado de Libre Comercio que negoció el país con Estados Unidos e incluso la Unión Europea.   Maíz   En el caso del grano amarillo, Henry Vanegas Angarita, presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas, Fenalce, indicó que el país tiene autorización para que ingresen 2 millones 600 mil toneladas de maíz sin ningún arancel, pero una vez esa cantidad se termina, se puede seguir comprando el grano americano y el contingente adicional llega con un impuesto del 12,6 %. (Lea: Cerealeros consideran que Plan Colombia Siembra es pura propaganda)   El dirigente aseveró que la petición del gremio es que el Gobierno interceda ante la industria para que adquiera la producción maicera nacional que está sobre el millón o millón 200 mil toneladas, dependiendo de las condiciones climáticas del país.   Para el dirigente el orden correcto en un país con una buena política agrícola y comercial sería que una vez acaben el contingente autorizado por el TLC, suplan la ausencia con el maíz colombiano.   “Comenzó mal el plan Colombia Siembra; hoy, los comercios, bodegas y almacenes de depósito están llenos, pero de maíz importado. A la industria de balanceados, la avícola y porcícola no les interesa la producción nacional de maíz, y el Gobierno no hace nada por presionar su compra”, argumentó el dirigente en diálogo con un diario nacional. (Lea: Cerealeros piden que MinAgricultura atienda dificultades del sector)   Leche en polvo   Según pudo conocer CONtexto ganadero en días pasados, cerca del 60 % de los contingentes sin arancel que hacen parte de lo negociado en los Tratados de Libre Comercio, TLC, con Estado Unidos y la Unión Europea ya fue utilizado por industrias, queseros, galleterías, entre otras empresas que quisieron aprovechar el inicio del año y el beneficio obtenido.   Más de 8.000 toneladas del producto han ingresado a Colombia, sin importar el alto precio del dólar, que actualmente la producción nacional es suficiente y que en pocos días podría verse agotado el cupo preferencial del que se dispone en el país, lo que no permitiría aprovechar futuras coyunturas más favorables   José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, ha advertido sobre las consecuencias negativas que esto traerá para los pequeños y medianos productores y sus familias que viven de este negocio. (Lea: En menos de 40 días de 2017, Colombia está llena de leche importada)   El líder gremial indicó que esa situación termina convirtiéndose en otro dolor de cabeza para los ganaderos, pues es a ellos a quienes se les disminuye el precio que les pagan, les reducen las bonificaciones o dejan de acopiar.   “Lo de las importaciones parece no importarle a nadie y es un aspecto sensible que incide en toda la cadena productiva. Tampoco nos podemos olvidar de la inflación, que en 2016 fue de 5,75 %; es decir que el alza decretado escasamente cubre dicho valor”, sostuvo.   Arroz   A pesar de que Rafael Hernández Lozano, gerente general de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, explicó este año entrarán al país 98 mil 442 toneladas del grano por cuenta del TLC con Estados Unidos, ese contingente se subasta previamente en suelo nortemericano a un mayor costo. Dicho proceso lo lleva a cabo Col Rice, que es la entidad que se creó en 2012 para administrar las cuotas arancelarias establecidas en el acuerdo entre las 2 naciones. (Lea: Arroceros del país, preocupados por importaciones del grano)   “Ese sobreprecio generado es un mecanismo que busca proteger al arrocero nacional y de la subasta se obtiene una utilidad que se reparte entre Fedearroz y Col Rice para invertir en competitividad del sector. Gracias a esos recursos hemos podido sacar adelante el Amtec o los molinos”, argumentó.   No obstante, los cultivadores del grano están alarmados ante ese crecimiento sistemático de los contingentes, a pesar del buen momento que vive el grano a nivel nacional.   Eudoro Álvarez Cohecha, presidente de la Asociación de Ganaderos y Arroceros del Meta, Agameta, lamentó esas altas importaciones arroz, pues así haya o no necesidad  de comprarlo, cada año y hasta 2027 debe ingresar una cantidad de arroz que aumenta paulatinamente en 4,5 %.    El dirigente regional indicó que lo que se prevé con ese arroz excedentario es que va a llegar un momento en el que Colombia produzca suficiente materia prima y se generen disminuciones en los precios por cuenta de una mayor oferta. (Lea: Arroceros dicen que ninguno de los 5 MinAgricultura les ha cumplido)   “Las posibilidades para renegociar el Tratado existen porque en el documento está contemplada esa alternativa, lastimosamente el Gobierno no tiene ningún interés en que así sea. Cada que se plantea el tema vienen las disculpas y alegan que otros sectores podrían verse afectados, por eso se han negado sistemáticamente a esa petición”, criticó.    El país no solo requiere una política agropecuaria fuerte, sino una que los defienda de los efectos de los TLC y permita que el campo sea competitivo frente a otras naciones que les llevan una considerable ventaja a los productores colombianos.