En Argentina, dos hermanas ganaderas impulsan la raza seneford

De acuerdo con Virginia Aiassa, propietaria de la cabaña La Yunta, en una nota de El Clarín, “este año nos demostró que el cambio climático vino para quedarse y que no afecta solo a las zonas marginales, y las características de este cruzamiento se revalorizan en este contexto”.

Ella, junto con su hermana María Julia, son abanderadas de los seneford. Ellas son de tradición ganadera, pues el papá y el abuelo fundaron una cabaña de la raza lechera holando argentino a comienzos de los 70. Las hermanas Aiassa se criaron en ese mundo de la selección genética y en cuanto pudieron decidieron emprender su propia aventura. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca el gen que le da al senepol la posibilidad de soportar altas temperaturas)

A pesar de que en los 90 se había cerrado la cabaña holando, la familia siempre se mantuvo ligada a la cría bovina y a la ganadería. En 2004, las hermanas iniciaron su propio negocio. “Era el momento de las razas de carne y nos volcamos a la hereford, una raza que consideramos noble y fundadora de la ganadería argentina”, señala Virginia, citada por el medio.

Respondiendo a las necesidades

En el camino de aprendizaje, una virtud que fueron desarrollando es el vínculo fluido con sus clientes. Escuchar sus experiencias e inquietudes las llevó a entender que en la ganadería argentina había una necesidad de nuevas herramientas de adaptación para muchas zonas en las que la actividad crecía. Entonces se pusieron a investigar, conocieron experiencias de Brasil, Estados Unidos, Paraguay y Uruguay, y hace cinco años hicieron una nueva apuesta con la incorporación de genética senepol para empezar a cruzar con sus hereford.

“Buscamos contar con un animal muy rústico sin renunciar a la calidad de carne británica en zonas donde la oferta forrajera no es la misma, en ambientes de muy altas temperaturas”, explica la ganadera.

En Argentina hace varias décadas que para este fin se empezaron a hacer cruzamientos con razas índicas, de los que surgieron las razas brangus y braford, que ya están muy consolidadas. A diferencia de ellas, el seneford es un producto 100 % bos taurus. (Lea en CONtexto ganadero: Con esta raza, ganaderos en EE. UU. decidieron apuntar a la calidad)

“La carne tiene índices de terneza muy similares a las carnes británicas. Morfológicamente no tiene giba, es mocho natural, tiene un prepucio más alto. La mansedumbre también es determinante. Los senepol son animales muy mansos y eso se suma a la mansedumbre característica de los hereford. No solo hay menos incidentes en el trabajo, sino que además son animales menos estresados, lo cual ayuda a continuar el pastoreo y tener un mejor proceso de conversión de pasto en carne. Mantienen un estado corporal parejo a lo largo del año, lo cual redunda en mejores tasas de procreo”, destaca la criadora.

Animales puros

Las hermanas Aiassa decidieron trabajar desde el inicio con animales de pedigree para tener un mayor control de la información. Importaron semen denepol de Brasil y Estados Unidos, pusieron su plantel de hembras puras de pedigree hereford a disposición del proyecto y en enero de 2021 se transformaron oficialmente en las primeras criadoras argentinas de seneford puros de pedigree al abrir los registros de la raza en la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Actualmente La Yunta cuenta con un rodeo de unos 140 vientres puros, de los cuales la mayoría sigue siendo Hereford, pero las seneford están en plena expansión. Producen alrededor de cien reproductores por año de los cuales venden la mitad, y además hay una parte de ese plantel de vientres que son donantes para la producción de embriones.

La Yunta cuenta con un rodeo general productivo de unos 300 vientres, en el que ya pueden observar algunos resultados de su genética. Por ejemplo, confirmaron que los Seneford hacen un uso más eficiente del recurso forrajero, algo que en un año de sequía extrema toma enorme relevancia. También pudieron observar la precocidad y fertilidad. (Lea en CONtexto ganadero: 5 mejores características de producción de la raza Senepol que debes conocer)

“Las vaquillonas se pueden entorar muy precozmente, a los 14 meses están aptas, aunque en la cabaña decidimos esperar un poco más y en el primer servicio, a los 16-17 meses, se confirmaron casi todas las preñeces, hubo muy poco repaso. Y a los 60 días del parto ya están quedando preñadas de nuevo porque se reponen muy bien, incluso con el ternero al pie, alimentándose a campo”, describe Aiassa.

La tasa de supervivencia de los terneros también es alta porque el ternero seneford es muy vivaz y las madres producen muy buena leche. El índice de preñez logrado estuvo arriba del 96 %, y el de destete rondó el 92 %. “Obtener mayores tasas de preñez es vital para todos. Estas vacas son como un relojito, paren un ternero por año”, afirmó.