El Jordán, una finca que le apuesta a la ganadería sostenible en el Caquetá

La ganadería sostenible cada día gana más espacio entre los productores de todo el país que ven allí una alternativa importante para producir conservando el medio ambiente y obteniendo mayor rentabilidad.

Es el caso de El Jordán, una finca ubicada a 30 minutos de Florencia (Caquetá), en la cual se ha logrado frenar la tala y se ha dado paso a la reforestación.

De acuerdo con WWF, en esta finca vive una pareja de campesinos. Sandra García y Fabián Vargas, quienes cuando llegaron al predio se encontraba totalmente pelado, sin embargo, gracias a los esfuerzos que hicieron para frenar la tala que existía en el lugar y reforestar, hoy tienen varios reservorios de agua cristalina que les proporciona el acceso a agua no solo a ellos para su hogar, sino a los 60 animales que tienen en el predio.

Esta pareja ha construido un modelo de ganadería que les ha permitido conservar y producir. En una de las regiones más devastadas por la deforestación, El Jordán recibe a sus visitantes entre árboles amazónicos y cuencas de agua que han sido protegidas desde hace 10 años. (Lea en CONtexto ganadero: Ganadería Sostenible en Caquetá, una historia exitosa)

La división de potreros ha sido fundamental para hacer el tránsito a una ganadería sostenible. Esta división en 42 potreros la realizaron respetando las cuencas hídricas y el bosque, que les da sombra a los animales y además brinda la posibilidad de aumentar la cantidad y variedad de pastos que, después de un proceso manual harán parte de la dieta de los animales.

“Aquí las vacas no se nos enferman, a nosotros prácticamente nunca se nos ha muerto un animal gracias a Dios”, afirma Sandra y agrega que lo que antes era poco atractivo para ellos, como tener una finca poblada de árboles, hoy es lo que más valoran tener.

Recuperación

Para Carlos Vinasco de ICCO Conexión la finca El Jordán es un ejemplo de cómo revertir los efectos de la ganadería extensiva. “En menos de 15 años, Sandra y Fabián han logrado restaurar alrededor de 30 de las 56 hectáreas de su finca, tratando de regresarlas a su estado natural como bosques, o sea, más del 50 % del área de la finca. Lo que ha permitido un impacto positivo en la recuperación de la diversidad y en la protección de las fuentes hídricas de la de la zona”.

Ha sido igual de importante generar una planificación predial para entender cuáles serían las áreas para destinar a la conservación del bosque y cuáles no. Esto les ha permitido entender cómo desde su labor como pequeños ganaderos contribuyen a la conservación de la biodiversidad en un departamento en donde hay una vaca por cada dos hectáreas, y en cambio en su finca, el promedio es de cinco vacas por hectárea. (Lea en CONtexto ganadero: El ejemplo del Caquetá en ganadería sostenible, ¿por dónde empezar? Rafael Torrijos revela el secreto)

La eficiencia que lograron contribuyó a que su producción de leche diaria pasara de 4 litros a 12 y mejoró la genética de sus animales.

En El Jordán, que también hace de laboratorio y de ejemplo para las escuelas campesinas, se han ahorrado millones de pesos en antibióticos, pesticidas e insecticidas.

Con mucha alegría esta pareja recibe a todo tipo de visitantes para demostrarles que con conocimiento, curiosidad y trabajo constante los seres humanos pueden conservar y aprovechar al máximo lo que el mismo entorno produce para caminar hacia la sostenibilidad.