Lamento decirlo, pero los ejercicios de planeación estratégica y los presupuestos que aprobamos a finales del 2019 deberán ser revisados.

Triunfadores son todos los que puedan concentrarse en lo básico y abandonar lo superfluo. La nueva normalidad será todo menos normal.

Los economistas tendrán que recalibrar sus modelos y revisar los escenarios de proyecciones.

Unidades enteras de las empresas están dedicadas a cumplir con los requisitos que les imponen las leyes y reglamentos.

Fue un acierto del Emisor no subir las tasas para no frenar la recuperación. Pero el Banco tiene que proteger la credibilidad de política monetaria.

Son positivas las medidas a favor del empleo de jóvenes y los estímulos para la generación de nuevos puestos de trabajo.

Pobre Niño Dios. Cada año abrumado por todo tipo de peticiones inmerecidas de aquellos que creen que todo lo merecen. Debe ser triste para el Altísimo tener que aceptar que en la Tierra solo hay sindicalistas que piden y piden y vuelven a pedir.

Analizando las trece propuestas del comité del paro, resulta sorprendente la irracionalidad de algunas de ellas.

Indigna que tantos gobiernos hayan sido incapaces de entender que, sin infraestructura, un país no crece.

Protesto contra protestadores profesionales que creen que solo su agenda es válida y que denigran de los pacíficos reclamos de la mayoría silenciosa.