Rafael Guarín, exviceministro de Defensa de Colombia, visitó las instalaciones de CONtexto ganandero para entregar su concepto sobre los actuales diálogos de paz que se adelantan en Cuba, la impunidad que se propone para los miembros de las Farc y lo que considera ha sido un mal manejo por parte del Gobierno Santos en todo lo relacionado con la paz y la seguridad.
Guarín, abogado de la Universidad Libre, Máster en Análisis y Prevención del Terrorismo de la Universidad Rey Juan Carlos de España, Máster en Acción Política y Participación Ciudadana en el Estado de Derecho, es actualmente columnista de El Nuevo Herald de Miami, Semana.com, Kienyke.com., profesor de las universidades Libre y Sergio Arboleda y es el autor los libros "Paz Justa" y "Colombia Democracia Incompleta".
CONtexto ganadero: Se cumplieron 6 meses de los diálogos y se sigue discutiendo apenas el primer punto, usted considera que está todo fríamente calculado para que se muestren avances de paz en los tiempos de campaña electoral?
Rafael Guarín (RG): Sin ninguna duda el proceso de paz hoy se convirtió en una bandera electoral para el Gobierno del presidente Santos y para criminalizar y estigmatizar sectores que han levantado su voz con críticas a la manera como este proceso se ha venido adelantando y que están exigiendo que no exista impunidad ante una eventual firma de la paz con la organización terrorista de las Farc.
Resulta muy preocupante el silencio del Gobierno ante las declaraciones de Pablo Catatumbo en el sentido de que a Juan Manuel Santos le falta gobernabilidad y que las Farc están dispuestos a ayudarlo a construirla, porque esto no es más que el reconocimiento de una alianza entre el Gobierno y el grupo criminal de las Farc, frente a las próximas elecciones presidenciales y del Congreso. (Lea: "A la paz no se puede llegar a cualquier precio”: procurador general en su posesión)
Santos, como demócrata debería rechazar cualquier insinuación que hagan las Farc de influir en el proceso electoral, pues se trata de un grupo que sigue secuestrando, asesinando policías, soldados y población civil, que continúa dedicado al narcotráfico y a cometer todo tipo de atrocidades.
CG: El presidente Santos reiteró que no habrá cese de operaciones militares hasta que la paz esté firmada, sin embargo es notable que las Fuerzas Militares bajaron la guardia, considera usted que esta ha sido la única causa por la cual la inseguridad se está apoderando de nuevo del país?
RG: El más grave error de Juan Manuel Santos fue repudiar la política de seguridad democrática, por un lado al conceder legitimidad a las Farc y con ello romper el aislamiento político al cual habían sido sometidas durante más de 8 años. Y, por otro, al adoptar un mensaje de ambigüedad ante las cámaras de televisión pide un día más bala para las Farc y al otro más impunidad para los miembros de este grupo terrorista, con el Marco Jurídico para la paz. Lo que ha hecho es golpear la voluntad de lucha de la Fuerza Pública.
¿Qué militar quiere exponerse a perder sus piernas en el campo de batalla con minas antipersonal, cuando tiene la convicción de que el presidente Santos está a punto de negociar la paz a cualquier precio con las Farc?
Haber roto ese aislamiento político de las Farc produjo que se presentara una merma de la capacidad de la Fuerza Pública. A pesar de las bajas de cabecillas, estructuralmente la organización ha iniciado un proceso de fortalecimiento paulatino que aparece en las estadísticas del Ministerio de Defensa nacional.
CG: ¿Y entonces cómo y para cuando la paz?
RG: Lo que Colombia necesita es una paz justa, una paz bien hecha, una paz sin impunidad, sin conceder el derecho a gobernar a personas que han cometido crímenes atroces, secuestro, crímenes de lesa humanidad y narcotráfico; tiene que ser una paz que sea sostenible en lo jurídico, tanto nacional como internacionalmente, pero también que convoque a la unidad nacional y sea sostenible en lo político.
Esa paz no va a llegar sobre la base de dividir a los colombianos en amigos y enemigos de la paz, tampoco va a llegar, como lo está diciendo el Gobierno y lo pretenden las Farc, sobre impunidad y desconociendo los derechos de las víctimas y menos si se les criminaliza a éstas por pedir precisamente que no haya impunidad. (Columna: El país no puede despedazarse, presidente Santos)
CG: Se evidencian grandes diferencias entre el Santos que fue MinDefensa y el que ejerce como presidente, ¿qué ha originado ese cambio? O teníamos una imagen distorsionada de él?
RG: Con Santos nunca se sabe, todo se puede esperar. Lamentablemente mientras el presidente agradeció a Uribe su legado durante la campaña, luego en el Gobierno evidenció que no seguiría con la misma rigurosidad con el cuidado de los 3 huevitos que había heredado del Gobierno anterior. Esto se hizo claro dos años después de iniciado el Gobierno cuando anunció que estaba adelantando un proceso de paz con la guerrilla de las Farc.
El presidente Santos rompió con su base electoral, con los 9 millones de votos que lo eligieron con el mandato de continuar la política de seguridad democrática. Ese hecho quebró la confianza que los ciudadanos deben tener en el mandatario y se refleja en las encuestas de los últimos meses, que muestra una mala imagen y un rechazo a su eventual reelección.
CG: ¿Es contradictorio que un miembro de la mesa de negociación, como lo es el general Óscar Naranjo, termine involucrado en la Fundación Buen Gobierno del presidente Santos?
RF: No. El general Naranjo es un buen colombiano. En este caso está en la mesa como un vocero del Gobierno muy cercano a la Policía Nacional y también es una persona que sin lugar a dudas puede contribuir mucho al país participando en política. Lamento que lo haga del lado del presidente Juan Manuel Santos, pero esa es su posición y merece respeto. (Lea: "No será fácil reelegir la política de paz de Santos”: Lafaurie)
CG: Cuál será el papel de Vargas Lleras en la próxima campaña?
RG: Tanto el general Naranjo como el exministro Vargas Lleras son llantas de repuesto del presidente Santos.
Es tal la preocupación que hay en la Casa de Nariño respecto a las encuestas que muestran una inviabilidad de la reelección, que el presidente tuvo que integrar su equipo de campaña más de un año antes de las elecciones y por lo mismo tener 2 llantas de repuesto, en caso de que su nombre no sea viable en las urnas.
También hay una maniobra muy cuidadosa de Santos que demuestra la desconfianza existente entre él y Vargas Lleras, a quien saca del ministerio y lo hace parte de su equipo, lo aleja de una eventual aspiración presidencial y procura neutralizarlo amarrándolo a la lucha por la reelección de las políticas de su Gobierno. Las palabras de Santos lo que indican es que si él no fuera candidato, lo sería Vargas Lleras, para así continuar errores como el proceso de paz actual.
CG: Usted alcanzó a ser Viceministro de Santos, ¿qué fue aquello que lo hizo alejarse de él y de sus políticas de Gobierno?
RF: Yo renuncié inmediatamente lo hizo el Ministro Rodrigo Rivera. Fui designado viceministro de Defensa como uribista, ejercí como uribista, me retiré como uribista y sigo siendo uribista. (Lea: "Ni el Gobierno ni las Farc saben de desarrollo rural": Lafaurie)
Durante el periodo que estuvimos en el Ministerio de Defensa Nacional procuramos, hasta donde nos dejó la Presidencia de la República, continuar y fortalecer una política de firmeza contra el terrorismo, de acuerdo al marco conceptual de la Seguridad Democrática. Encontramos muchos obstáculos, pero no conocíamos que el Gobierno mantenía diálogos con las Farc, lo que después explicó el por qué muchas de nuestras iniciativas eran frenadas en la Casa de Nariño.
CG: Tenemos un exagerado acercamiento con Venezuela y Cuba, ¿considera usted que podemos terminar contagiados del estilo dictatorial de estos 2 países?
RG: El Gobierno del presidente Santos varió sustancialmente lo que se venía haciendo en la administración Uribe, todo en nombre de la paz.
Al igual que hizo el presidente Belisario Betancur, Santos ha puesto al servicio de los diálogos de paz con las Farc la política exterior de Colombia, cambió radicalmente las relaciones con Venezuela, aceptó y legitimó la ayuda que el gobierno de ese país le presta a las Farc y también decidió suspender varios proyectos que con los Estados Unidos se venían trabajando desde la administración Uribe y que eran fundamentales para la seguridad y defensa nacionales. (Columna: ¿Para qué tantas mentiras, presidente?)
El presidente Santos ha terminado por caer en una dependencia absoluta respecto a los gobiernos de El Alba, en cabeza de Venezuela y Cuba. En nombre de la paz ha aceptado las arbitrariedades del régimen chavista, ahora en cabeza de Maduro contra la oposición venezolana. También, todo indica que validó con Daniel Ortega en privado el fallo contra Colombia emitido por Corte de la Haya, que nos despoja de una amplia porción de mar, a pesar de tildarlo contrario a derecho e injusto. Todo en nombre del proceso de paz.
En realidad la política exterior es rehén del proceso de paz y el Gobierno no tiene capacidad de maniobra alguna, en cuanto a que debe someter su conducta a proteger la relación con los países del bloque chavista, aún por encima de interés vitales para Colombia.
CG: El Centro Democrático se ha posicionado como una opción real en el país, ¿cuál sería el nombre del candidato para las próximas elecciones?
RG: El Centro Democrático va a participar con éxito en las elecciones parlamentarias y presidenciales.
El presidente Uribe ha planteado que el Centro Democrático es un escenario de coalición de distintos sectores que buscan retomar el rumbo, ese que se perdió con la administración Santos. En ese sentido, se está trabajando para entregar las mejores listas, con personas transparentes, comprometidas con Colombia y que sean una fuerza renovadora no solo del Congreso sino de la política en Colombia.
Respecto al candidato, hay por el momento 4 nombres en la palestra: el de Francisco Santos, Carlos Holmes Trujillo, Óscar Iván Zuluaga y Luis Carlos Velez. También es cierto que hay una enorme simpatía y coincidencias con José Félix Lafaurie, que no es precandidato, sino pre pre candidato conservador, está la exministra de Defensa Marta Lucía Ramírez y el exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos. Los 3 de gran trayectoria y que le pueden prestar sin duda un gran servicio al país. (Lea: Puro Centro lanza decálogo para una paz con justicia y dignidad)
Hay que cabalgar sobre el lomo de los acontecimientos y esperar como se desenvuelve la política en los próximos meses, pero con seguridad el Centro Democrático le ofrecerá a Colombia una fórmula a la Presidencia y la Vicepresidencia inmejorable.
CG: Con respecto al tema de la paz ¿qué opinión le merece la impunidad que se negocia con respecto a que los miembros de las Farc no paguen ni un solo día de cárcel por sus crímenes?
RG: Mientras el Fiscal General de la Nación se convirtió en un apóstol de impunidad, el Procurador mantiene una posición conforme al Derecho Internacional y a la jurisprudencia de la Corte Constitucional.
Una paz bien hecha no puede ser una paz basada en impunidad, lo que el Gobierno ha decidido ofrecer a las Farc.
El Marco Jurídico para la paz, la reforma constitucional concebida e impulsada por este Gobierno, permite que autores de crímenes atroces, de guerra, de lesa humanidad, de secuestros y masacres no paguen cárcel, sino hagan trabajo comunitario y que ofrezcan disculpas públicas.
Santos y los voceros de su Gobierno rechazan que esto sea impunidad; pero frente a la Jurisprudencia de la Corte interamericana de Derechos Humanos esto no es más que una amnistía disfrazada. (Lea: Fedegán reitera posición sobre la participación de Farc en política)
CG: Pasando a Bogotá, ¿cómo ve la situación actual de la ciudad y una eventual suspensión al alcalde Petro?
RG: Bogotá está en caos. Si bien es cierto que no comenzó en esta administración, el cartel de la contratación fue diseñado, concebido e impulsado desde las pasadas administraciones del Polo Democrático, partido del cual fue líder y bastión el actual alcalde Petro.
Hoy en día, tanto Petro, como el Polo, pretenden endilgar esa responsabilidad a otros partidos y no asumen la responsabilidad política que tienen en este acto atroz de corrupción contra los bogotanos.
La situación actual de la ciudad es caótica y mientras los bogotanos acuden al mecanismo de la revocatoria del mandato, un derecho constitucional, la administración sale a calificar a ese 70% de ciudadanos que no aprueban su gestión como miembros del ‘cartel de la contratación’, eso no es otra cosa que criminalizar la protesta social y estigmatizar a los ciudadanos que ejercen sus derechos políticos.
La mejor forma de contribuir a salvar a Bogotá es comenzar por la revocatoria de Petro y la exigencia de cárcel para los integrantes del llamado cartel de la contratación.
CG: ¿Cuál sería el mensaje que usted, como abanderado de las políticas de seguridad democrática, le enviaría a todos aquellos que sueñan con retomar la senda de la confianza y la seguridad que se han perdido en esta administración?
RG: Que hay que participar en política, hay que organizarse, hay que debatir, hay que respaldar las propuestas del Centro Democrático; tenemos que convertirnos todos en voceros de una condena absoluta a la violencia, rechazar los discursos justificadores del crimen, sin importar de quien provengan, y repudiar totalmente a quienes pretenden justificar el crimen como un medio de acción política.
Todos debemos asumir una posición de resistencia ciudadana frente a eso que se ve como un pacto entre unas élites, actualmente gobernantes, y el grupo terrorista de las Farc, algo de lo que no quedará absolutamente nada bueno para Colombia.