¿Qué dicen los índices reproductivos en una ganadería, más allá de las metas tradicionales?
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Por - 30 de Agosto 2016
Así se conoce a las alteraciones que se producen cuando una muestra de leche reacciona positivamente a la prueba del alcohol o de cocción, sin tener una elevada acidez ni provenir de vacas con mastitis o adulterada.
Así se conoce a las alteraciones que se producen cuando una muestra de leche reacciona positivamente a la prueba del alcohol o de cocción, sin tener una elevada acidez ni provenir de vacas con mastitis o adulterada. Juan Bernardo Villegas, gerente de la Asociación de Ganaderos de Facatativá, Asoganaderos, explicó en qué consiste el Síndrome de Leche Anormal, SILA. “Es una situación que se presenta en la leche, que durante la prueba de alcohol marca acidez, y que al hacer pruebas complementarias no presenta ninguna alteración ni adulteración”, señaló. (Lea: 3 laboratorios buscan acreditarse para medir calidad de la leche) El SILA es un fenómeno recurrente sobre todo en la época de sequía y en los predios dedicados a la lechería especializada. El término fue introducido por el experto cubano Pastor Ponce Ceballos, PhD en Ciencias veterinarias, que encontró las primeras evidencias en 1983. En términos generales, es un conjunto de alteraciones de diferente naturaleza en los componentes y las propiedades físico-químicas del lácteo, que desencadenan problemas en la elaboración de derivados o en la calidad de los mismos. Según precisó Villegas, el SILA se presenta por problemas nutricionales en las vacas. Otros estudios más recientes han concluido que el fenómeno no solo está relacionado con estados de desnutrición de la vaca lechera, pues también se ha observado en buenas condiciones físicas y de manejo. “El SILA causa muchos problemas cuando no se puede establecer claramente en la prueba de alcohol. (…) Es motivo de rechazo porque todavía se hace esta prueba en la cantina durante el recibo de la leche en las fincas. Si no pasa la prueba, se desecha”, añadió. (Lea: Mejorar la calidad de la leche sí paga) Se caracteriza también por la depresión en los sólidos de la leche, la estabilidad térmica y el equilibrio mineral. Esto sucede cuando hay una baja disponibilidad de alimentos o un suministro desbalanceado de proteína, fibra y carbohidratos. De esta manera, el estado físico de los animales se deteriora y se empiezan a ver trastornos metabólicos que inciden en la función de la ubre y, por consiguiente, en la calidad del lácteo. (Lea: ¿Por qué la industria no le apuesta a la acreditación de los laboratorios?) “Aunque no tengo claro cuál es la frecuencia de los casos que ocurren en Colombia ni cuántos se han presentado, sé que se presentan en épocas de crisis y la mitad de las veces no recogen la leche porque las muestras no pasan la prueba de alcohol”, explicó Villegas. Al establecer un caso positivo de SILA, no se debe tomar en cuenta un solo indicador que haya superado el umbral de normalidad, sino que se deben mirar todas las alteraciones. El profesor Ponce Ceballos estableció 4 tipos: 1. Inestabilidad térmica: La prueba de alcohol es positiva y el pH alto mayor a 6,70. La prueba de cocción es dudosa o positiva y hay precipitaciones anormales en el pasteurizador. 2. Alteración de sólidos: La proteína bruta es menor a 2,91g % y la caseína, a 2,21g %. 3. Desequilibrio mineral: Calcio total con tendencia a la baja, menor a 110 mg %, y un desequilibrio entre el calcio coloidal y el iónico. Fósforo bajo y magnesio bajo por debajo de niveles normales, en tanto que el potasio está alto. 4. Aptitud industrial de la leche: La leche no es apta para el procesamiento. Ha perdido grasa y caseína durante la coagulación.
Para solucionar este problema, se debe tratar a las vacas con un adecuado balance en la dieta de proteína, minerales y energía disponible. Villegas manifestó que el ganadero toma 3 días para corregir este síndrome, que no constituye ninguna enfermedad ni patología. (Lea: Ganaderos trabajan para mejorar inocuidad y calidad de la leche) “La solución es mejorar el balance nutricional de las vacas, que no siempre se puede porque el problema se da en épocas de escasez de alimentos. (…) Algunas reses se tendrán que mandar a secado o comprar concentrados”, indicó el gerente de Asoganaderos.
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