Tenga cuidado con la pudrición de la mazorca del maíz que puede afectar a sus animales

La pudrición de la mazorca del maíz es una enfermedad causada por el hongo Stenocarpella maydis que puede causar micotoxicosis en animales que lo consumen. De acuerdo con un estudio de Agrosavia, la enfermedad ha aumentado su incidencia en el departamento de Meta (Colombia).

El estudio de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) se titula «La pudrición de la mazorca del maíz (Stenocarpella maydis [Berk.] Sutton syn. Diplodia maydis): una enfermedad emergente en los Llanos Orientales de Colombia».

Según los autores, la enfermedad, que puede causar pérdidas hasta de 60 % en rendimiento, ha incrementado su incidencia y su distribución geográfica en el departamento del Meta. (Lea: Recomendaciones para lograr un buen ensilaje de maíz para el ganado)

«Esto se ha debido al aumento de áreas sembradas, de cultivares altamente susceptibles y de variaciones locales de clima con periodos de sequía previos a la floración, lluvias frecuentes y temperaturas de 28 a 30 °C luego de la polinización», anotaron.

Síntomas de la pudrición en la mazorca

La pudrición puede afectar al cultivo en las etapas vegetativa y reproductiva. Cuando ocurre en la primera etapa, aparecen lesiones en forma de pequeñas manchas pardas en las hojas, y en la parte central de la lesión se ve un punto circular de color café más intenso.

A medida que la enfermedad avanza las manchas cubren gran parte de la hoja sin perder su halo amarillo. Además puede afectar las yemas axilares. Sobre la lesión se desarrollan puntos negros que liberan una gran cantidad de esporas, que es el mecanismo de diseminación del hongo.

En la etapa reproductiva del cultivo (floración), las brácteas de las mazorcas presentan manchas irregulares de un color pálido entre café y gris y pierden su color verde natural. Estas manchas se agrandan hasta secar por completo la mazorca aun cuando el resto de la planta siga verde.

Los signos del hongo S. maydis pueden observarse al abrir una mazorca infectada. El hongo genera pudrición seca de la mazorca. Los granos afectados reducen considerablemente su peso y adquieren un color de café a gris conforme la enfermedad avanza en campo.

Micotoxinas en ganado y aves

Los granos afectados con S. maydis no deben comercializarse, pues el hongo produce micotoxinas que ponen en alto riesgo la salud de los animales que los consumen. (Lea: Cultivos transitorios, alternativa para agricultores afectados por la pudrición del cogollo)

Las micotoxinas son toxinas naturales producidas por algunas especies de hongos que pueden estar presentes en los alimentos. Según la OMS, la mayoría son químicamente estables y presentan actividad tóxica para la salud aun después del procesamiento de los alimentos.

De acuerdo con el texto, S. maydis produce 4 micotoxinas: diplodiatoxina, dipmatol, diplonina, chaetoglobosinas. Estas se relacionan con la diplodiosis, una enfermedad que afecta a bovinos, ovinos, caprinos, equinos y aves que consumen maíz contaminado por el hongo.

«El hongo adquiere mayor importancia para la salud pública y animal en países con climas de templado a cálido húmedo y que utilizan el maíz como oferta forrajera o ensilaje, en pastoreo directo o como rastrojo poscosecha, y para consumo humano directo en arepas», indicó.

Por su parte, el licenciado Ignacio Erreguerena explicó que cuando los rumiantes consumen material vegetal contaminado con S. maydis, exhiben diversos síntomas o agravarse hasta conducir a debilitamiento, abortos y muerte. (Lea: Recomendaciones para evitar intoxicación en el hato)

«La signología comprende ataxia, que es la descoordinación del movimiento, sobre todo en bovinos; la paresia, la parálisis facial o debilitamiento de la musculatura; la recumbencia, el tumbado o incapacidad de levantarse por sus propios medios, que puede ser temporal o permanente. Obviamente la muerte, es una enfermedad que ha producido grandes tasas de mortalidad en Argentina. Abortos, tanto en bovinos como en ovinos, produce este patógeno», anotó.

Actualmente no existen límites permitidos para el consumo humano y animal de maíz contaminado por este hongo bajo los lineamientos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia (Invima).