Centros de reindustrialización: apuesta por la economía popular en Colombia

Miguel Gordo, gerente de fortalecimiento territorial de Innpulsa, explicó en detalle el funcionamiento de los centros de reindustrialización, un componente clave en la política de reindustrialización del gobierno colombiano. Según Gordo, estos centros son un instrumento diseñado para fortalecer unidades productivas, microempresas y emprendimientos de la economía popular que cumplan ciertos requisitos básicos.

“Nosotros, como Innpulsa, que es la agencia de innovación y emprendimiento encargada de ejecutar esta política, hemos diseñado este instrumento para fortalecer unidades, microempresas y personas naturales de la economía popular. Son pequeños emprendimientos, negocios que deben tener al menos un año de experiencia y al menos dos personas vinculadas”, afirmó.

El fortalecimiento que ofrecen los centros se enfoca en tres aspectos principales: capacitación en capacidades productivas, acercamiento al mercado y acceso al financiamiento. Hasta la fecha, se han instalado 70 centros en diversas regiones del país, superando la meta inicial de 65 para este año, con el objetivo de alcanzar 89 al finalizar el primer trimestre de 2025.

Presencia en todo el territorio nacional

Gordo señaló que los centros están distribuidos en varias zonas del país, incluyendo departamentos como Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca, Atlántico, La Guajira y Amazonas, entre otros. “Aquí en Bogotá tenemos nueve centros de reindustrialización. Nosotros hemos definido unas vocaciones productivas como manufactura, confección, cuero y calzado, agroindustria, metalmecánica y tecnología, dependiendo de las particularidades de cada territorio”, explicó.

El enfoque agroindustrial también tiene un lugar destacado en esta estrategia, con énfasis en sectores como el cacao, café, lácteos y productos no maderables del bosque. Por ejemplo, en Tumaco operan dos centros especializados: uno para el cacao y otro para la pesca. (Lea en CONtexto ganadero: Inauguran el primer centro ZASCA de agroindustria de Cundinamarca)

“En cada territorio hacemos un diagnóstico para identificar las necesidades y características de las unidades productivas. Esto nos permite diseñar estrategias personalizadas. En Tumaco, por ejemplo, trabajamos en la transformación del cacao junto con aliados como el SENA y la Cámara de Comercio”, agregó Gordo.

El reto de la innovación y la inclusión

La iniciativa busca promover la innovación y la asociación entre pequeños productores. “Muchos de estos emprendimientos necesitan acceder a crédito en buenas condiciones para renovar equipos, mejorar plantas y fomentar procesos innovadores. Este es uno de los grandes retos que enfrentamos”, destacó el gerente.

Otro desafío importante es incentivar la participación de jóvenes en el sector productivo. Según Gordo, el relevo generacional es clave para modernizar las actividades rurales.

“Muchos jóvenes hoy están desarrollando una visión más orientada al mercado y moderna de la producción rural. Por ejemplo, en uno de los centros en Boyacá vimos a jóvenes innovando con productos derivados de la panela, como cervezas artesanales y guarapos envasados”, comentó.

Impacto y sostenibilidad

La meta de esta iniciativa es beneficiar a unas 16.000 unidades productivas en todo el país, generando empleo y mejorando las condiciones de vida en las regiones. Aunque no se tiene un número exacto de beneficiarios individuales, Gordo afirmó que, dependiendo del tamaño de las unidades, los impactos pueden extenderse a cientos de miles de personas.

Sin embargo, la sostenibilidad de los centros es una preocupación recurrente. Hacia el futuro, el Gobierno explora mecanismos alternativos de financiamiento, incluyendo cooperación internacional y alianzas con el sector privado. El objetivo final es crear ecosistemas sostenibles que apoyen a pequeños productores, impulsen la innovación y proporcionen oportunidades económicas en territorios rurales.

“Muchas personas nos preguntan cómo continuaremos apoyándolos una vez finalicen los primeros ciclos. La coyuntura actual exige buscar aliados del sector privado y de la cooperación internacional para financiar la ampliación y fortalecimiento de este programa. Nuestra expectativa es que estos pequeños productores crezcan, se transformen y cada vez más se asocien entre ellos”, manifestó.