De acuerdo con diferentes analistas políticos, el presidente-candidato ha usado el fin de la guerra como un ‘trampolín’ únicamente para su propio bienestar.
El pasado 5 de mayo Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timochenko’, el jefe máximo de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, hizo pública una misiva en la que expresa que el actual presidente de la República y aspirante a la reelección, Juan Manuel Santos, es un “guerrerista” y no “puede presentarse como el hombre de la paz”.
En la carta, ‘Timochenko’ desmiente el lema de la campaña santista de votar por la reelección para mantener vivas las negociaciones de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc que se llevan a cabo en La Habana, Cuba, desde octubre de 2012. (Lea: La paz sin Santos sí es posible en Colombia, dicen analistas)
“El mentado plebiscito no es más que una farsa, un escenario mediático que pretende trasladar a la inmensa mayoría de colombianos la responsabilidad por una guerra de la que los únicos responsables son las dos facciones políticas oligárquicas y violentas que se disputan hoy el control del Estado en Colombia”, dijo el vocero de las Farc en la misiva.
Yann Basset, director del Observatorio de procesos electorales de la Universidad del Rosario, explica que con esta carta la guerrilla de las Farc busca hacerse a un lado de los próximos comicios del 15 de junio, pero asevera el mal uso que le están dando al tema de la paz en la campaña de Juan Manuel Santos. (Lea: El decálogo de las Farc para firmar la paz)
“Esta carta, en la que se ve cómo las Farc renuncian a sus discursos históricos, responde al hecho de cómo el proceso de paz ha sido instrumentalizado en la campaña del presidente-candidato para su reelección. El texto podría afectar a Santos”, asevera Basset.
A su vez, Jacques Thomet, exredactor jefe de la Agence France-Presse y columnista de este diario, es enfático al asegurar que Juan Manuel Santos ha tirado a la basura el legado de Álvaro Uribe y su política de seguridad democrática, para “sacar de un sombrero mágico el espejismo de un acuerdo de paz con los terroristas de las Farc”. (Lea: Vuestro presidente entregará el país a los castristas)
“Su objetivo (el de Santos) no tiene nada que ver con la salvación de Colombia. Su objetivo es que le concedan un día el premio Nobel de la Paz, el mismo que buscaba el expresidente Andrés Pastrana cuando le entregó el Caguán a las Farc como zona desmilitarizada, de siniestra memoria, controlada únicamente por ellos, entre 1998 y 2002”, acota Thomet.
Por su parte, Juan Fernando Casas, especialista en Estudios Políticos, asevera que la paz del candidato por la Unidad Nacional es “la mayor vergüenza histórica”, pues lo que está haciendo en realidad es claudicando al Estado.
“La paz de Juan Manuel Santos humilla, degrada y claudica ante asesinos. Además, la paz de Santos no exige penas por genocidio y no entrega armas. El mismo Timochenko afirma que solo las entregan si les entregan poder”, concluye Casas. (Lea: "No será fácil reelegir la política de paz de Santos”: Lafaurie)
De esta forma, queda claro que la campaña de Juan Manuel Santos ha ‘sacado pecho’ enalteciendo sus acciones frente al tema de la paz, tomándolo como propio, cuando ni el mismo cabecilla del grupo insurgente lo reconoce como 'el hombre de la paz'.