Preste atención al periodo de transición porque puede generar cojeras

Las cojeras son patologías que afectan con frecuencia al ganado lechero, provocando cuantiosas pérdidas económicas para el ganadero. Existe un periodo clave en la que estas se presentan. Conozca cuál es.

Las pérdidas económicas se traducen en costos directos en tratamientos, podólogos y en veterinarios, así como en costos indirectos como la baja en los resultados productos en las ganaderías. Todo este complicado de consecuencias, pueden ser evitados si se tiene claro en qué momento pueden propiciarse las cojeras, de tal forma que se pueda evitar la presentación. (Lea:Conozca por qué una cojera puede generar USD 500 en pérdidas)

En la Revista Frisona, Marc Pineda, especialista en salud podal, dice que tradicionalmente se considerado la transición como el periodo de tiempo que va desde los 21 antes del parto a los 21 días después del parto.

Sin embargo, actualmente se considera la transición va desde los 60 días antes del parto, que es el periodo seco, hasta los 30 días postparto. Esto está poniéndose en consideración debido a que, en este periodo, las vacas pasan de un estado de no lactación y preñez a un estado de lactación y no preñez.

Este proceso se acompaña de cambios fisiológicos y biomecánicos que producen un estrés en los animales que los hacen más susceptibles a padecer enfermedades metabólicas e infecciosas.

Durante el postparto se producen varios factores que pueden favorecer la aparición de cojeras y otras enfermedades como lo son:

• Estrés.

• Balance energético negativo.

• Hipocalcemia.

• Acidosis ruminal.

• Inflamación.

• Cambios hormonales, especialmente la hormona relaxina (en el caso de la salud podal).

Además de lo anterior, durante el periodo de transición se tienen unas implicaciones directas en la salud podal como los cambios que ocurren en el periparto (más o menos seis días pre y posparto), que es una caída fisiológica en la ingesta de materia seca junto con un aumento de las demandas de energía que la vaca necesita para la lactación.

En este tiempo, la vaca entra en un estado de balance energético negativo, lo que quiere decir que consume más energía de la que es capaz de producir, predisponiendo a la movilización de grasas y, como consecuencia, produciendo una pérdida del espesor del cojinete graso, que se encuentra en la tercera falange y el corion de la pezuña. (Lea: ¿Sabe cuánto le cuestan las cojeras a su ganadería?)

Otro factor importante que favorece la aparición de cojeras son los cambios fisiológicos que van asociados con el parto y que tienen un efecto en el aparato suspensorio de la tercera falange y en los tejidos blandos.

Estos cambios tienen el objetivo de preparar a la vaca para el parto. Una de las hormonas que se encarga de esta preparación es la relaxina que, como su nombre lo indica, tiene la función de relajar los tejidos blandos y favorece la laxitud del canal del parto. (Lea:Conozca la fisiología del parto en bovinos)

Esto quiere decir que la relaxina favorece la relajación del aparato suspensorio de la tercera falange, generando más presión sobre los tejidos vivos del casco, especialmente en la zona de la tuberosidad flexora (zona donde aparecen en mayor medida las úlceras de suelo).