Según un estudio de la Universidad de Lund, en Suecia, los componentes bacteriales de este dulce podrían ser más efectivos que los antibióticos convencionales en el tratamiento de infecciones resistentes a los medicamentos.
De acuerdo con un grupo de investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, 13 componentes de la miel de abeja fresca pueden combatir un espectro de infecciones típicas, como el Sarm (staphylococcus auereus resistente a la meticilina).
“Los antibióticos suelen ser solo una sustancia activa, eficiente solo contra un pequeño espectro de bacterias. Al ser usadas vivas, estas 13 bacterias del ácido láctico, BAL, pueden producir exactamente el elemento antimicrobial que se requiere, dependiendo de la amenaza”, señaló Tobías Olofsson, profesor de la Universidad de Lund y autor de los estudios publicados en la revista ‘International Wound Journal’. (Lea: El limón es menos amargo de lo que parece)
Los investigadores aislaron 42 patógenos diferentes de las heridas abiertas de 22 pacientes, y los trataron con las 13 BAL de miel. El efecto, según ellos, fue “comparable” al de los antibióticos. Los científicos también realizaron pruebas en caballos con heridas que no conseguían sanar, y tras someterse a este tratamiento todos los animales se curaron.
Para Iader Daza Vargas, experto en medicinas complementarias de la Universidad Libre, en la miel se encuentran componentes como el propolio, el cual es esencial en la cura de enfermedades.
“Eso se sabe desde hace muchos años, la miel tiene propiedades antibióticas. De hecho hay jarabes para la gripa con propolio, gotas oftalmológicas y cataplasmas que alivian infecciones e inflamaciones, ya que este dulce tiene propiedades anticépticas; además tiene otros usos como evitar el uso excesivo de azúcar refinada”, señaló Daza. (Lea: Lo que usted no sabía sobre el consumo de azúcar)
Según la investigación, ello no significa que cualquiera puede prepararse una medicina en casa. “La miel que se vende en tiendas no contiene bacterias lácticas vivas, así que muchas características únicas del producto no están presentes ahí”, advirtió Olofsson.
En cualquier caso, los científicos esperan que su descubrimiento pueda ser útil en los países en desarrollo, donde los antibióticos de última generación no se consiguen fácilmente, pero donde la miel fresca es abundante. “El nuevo tratamiento podría suponer un paso hacia una solución alternativa a los antibióticos”, concluye el estudio.