Avianca con minúscula…
Avianca, nuestra aerolínea bandera, y digo “nuestra” porque esa Avianca con mayúscula, la segunda más antigua del mundo y una “gran empresa”, que era orgullo nacional, se relanzó como “avianca” con minúscula, con un discurso “inclusivo” que no logra esconder su decisión de convertirse en aerolínea de bajo costo y mal servicio, aunque, paradójicamente, el camino sea una multimillonaria campaña publicitaria.
“Una Vaca por La Paz”
En 2006, cuando María Fernanda Cabal aún no se había metido en el berenjenal espinoso de la política, me pidió que la invitara a la Junta Directiva de FEDEGÁN y allí propuso algo que fue acogido sin dudarlo: la creación de la Fundación Colombia Ganadera, FUNDAGÁN, como expresión de la solidaridad y la responsabilidad social del gremio, que ella presidió durante sus primeros años, con dos logros que quiero resaltar entre muchos: la visibilización de las víctimas ganaderas de la violencia y la defensa de sus derechos a través del programa “Acabar con el Olvido”; y la solidaridad con las familias rurales en condición de pobreza a partir del programa “Una vaca por la paz”.
Liberado “Mane” Díaz…, ¿y los demás?
Colombia recibió con alegría la liberación de Luis Manuel “Mane” Díaz, padre de nuestro deportista insignia, “Lucho” Díaz; una alegría que comparto personalmente y que compartimos en la delegación gubernamental para las negociaciones con el ELN, pero que no puede alejarnos de lo que representan la ignominia del secuestro, la cínica pretensión de justificarlo como necesaria financiación, la actitud “escurridiza” para debatir el tema y atender el clamor angustioso de liberación de todos los “retenidos”, por quienes solo sus familias ejercen presión y lloran su ausencia.
El secuestro, delito repudiable
Colombia es un país futbolero y uno de los nuestros, Luis Díaz, “Lucho”, una de sus estrellas mundiales y, hoy por hoy, el deportista más admirado y amado del país, por su genialidad y su historia de vida. De ahí que el secuestro de su padre, confesado por el ELN, se mueve entre la ingenuidad, la torpeza o el desafío a la sociedad y al Gobierno, en medio de unas conversaciones de paz que reciben con ello una verdadera carga de profundidad.
“…a echar el cuento”
En Colonia, Alemania, dimos un gran paso en la dirección de mostrar la excelencia de la carne colombiana en la Feria Internacional de Alimentos, ANUGA; y con esa idea del orgullo por lo nuestro y de construir “el cuento” promocional para vendérselo al mundo, llegué a Nagoya, Japón, invitado por su prestigiosa universidad (con ¡6 premios Nobel! en su palmarés), a una gira del proyecto SATREPS (Agrosavia/Fedegán) para la Investigación Científica y Tecnológica en Desarrollo Sostenible.
Querer es poder: ¿para dónde van nuestros jóvenes?
Tengo cuatro hijos y, por ello, soy impenitente observador de esa juventud actual, diferente a la que me correspondió vivir, en valores, herramientas y oportunidades para enfrentar la vida, aunque la nuestra fue pionera en marcar diferencias sustanciales en la icónica década de los sesenta.
Juntos…, ¡mucho mejor!
Escribo estas líneas acabando de dejar Colonia, Alemania, donde culminó la mayor feria de alimentos del mundo, ANUGA 2023, evento al que Fedegán asistió por primera vez ¡en 2001!, hace ya 22 años.
Acuerdo Nacional… ¡Deseable!
Como lo he repetido muchas veces quizás, este tema me devuelve sin falta a Álvaro Gómez Hurtado, un gran colombiano que le planteó al país un gran “Acuerdo sobre lo fundamental” y, como la coherencia era uno de los rasgos de su talante, no dudó en sentarse en triunvirato a presidir la Asamblea Constituyente que derivó en la Carta del 91, con su adversario histórico, el Partido Liberal, y con un miembro del grupo guerrillero que apenas tres años atrás lo había secuestrado.
China… y un mundo por delante
En 2002, celebrábamos como gran logro el inicio de modestas exportaciones de carne a Perú; 20 años después, en 2022, vendimos carne y animales a una docena de países y las exportaciones ganaderas superaron la meta de 500 millones de dólares.
Una carta por la paz
Timba es un corregimiento de Buenos Aires, Cauca, departamento condenado a llorar a diario sus muertos; uno de ellos, de ayer nomás, tenía por nombre Luz Stella y por oficio enseñarle a la juventud, hasta cuando unos jóvenes de camuflado explotaron un carro bomba para matar a otros jóvenes de camuflado…, y allí cayó Luz Stella.