Casi todas las especies de ganado experimentan sueño profundo, que se presenta con relajación muscular, tasas respiratorias y cardíacas más bajas, movimiento rápido de los ojos (REM), entre otros signos del sueño.

Sin embargo, como lo manifiestan los expertos argentinos Guillermo Bavera y Ana Petryna, el sueño profundo es raro en bovinos, debido a las casi perpetuas contracciones y movimientos del rumen y del retículo. (Lea: Conozca cómo las vacas se acostumbran a rutinas de ordeño)

Así lo confirmó también el médico veterinario colombiano Miguel Daunas: “No se acuestan como los perros a dormir, sino que las vacas rumian y se echan durante un rato. Por la noche las vacas se quedan quietas y están en reposo”, aseguró.

Esto explica por qué algunos bovinos se observan en sueño profundo solamente cuando están recostados, lo cual les ayudaría a mantener el esternón en posición con relación al rumen y al retículo. Entre tanto, los terneros, que aún no tienen desarrollo todo el sistema digestivo, suelen tener un sueño más profundo.

Hay estudios que señalan que las vacas lecheras deben descansar entre 10 y 12 horas al día y que incluso esta conducta es más importante que la alimentación. De hecho, el tiempo que dedican al descanso es fundamental porque optimiza la rumia y produce más saliva, reduciendo el riesgo de acidosis. (Lea: Así se manejan las vacas adultas, pero productivas)

Aun cuando necesitan mucho descanso, las vacas solo duermen 4 horas al día, sobre todo en la noche. El sueño, especialmente durante la etapa REM, ocurre cuando está descansando con el cuello relajado y la cabeza apoyada en su costado. Si están adaptadas a su entorno, raras veces duermen de pie.

En un artículo elaborado por el Centro de Educación en Bienestar de Animales de Producción, Fawec por sus siglas en inglés, el equipo de expertos liderados por Deborah Temple, aseguró que una disminución del tiempo total de descanso y la falta de sueño pueden alterar el sistema endocrino de la vaca, aumentar el gasto energético y perjudicar la función inmune.

Para Daunas, la disminución en la producción láctea no tiene que ver tanto con el sueño como sí con el confort del animal y el estrés. (Lea: La importancia de reducir el miedo para aumentar la producción)

“Cuando recogen las vacas y las amontonan en un establo, eso genera un estrés terrible para ellas y se les para el proceso de rumia. Por ejemplo, en la finca el corral de estera debe ser tan amplio que ellas mismas se puedan echar, para que no les afecte su sistema digestivo”, precisó el experto colombiano.

En este sentido, la publicación del Fawec continúa diciendo que cuando las vacas están cómodas, prefieren echarse a estar de pie, lo que puede afectar la circulación de la sangre y provocar daños en el largo plazo.

Otros expertos han señalado que permitir el sueño de las vacas favorece en gran medida la lactogénesis y están en contra de la práctica de levantarse muy temprano en la mañana, antes de las 4 am, para hacer el ordeño cada 12 horas. (Lea: Finca en Boyacá estimula producción de leche con música)

“Las vacas consolidan muy pocas horas de sueño y justo antes del amanecer logran dormir de 2 a 3 horas. Esas horas de baja frecuencia respiratoria y cardíaca corresponden a las horas con mayor potencial de lactogénesis. Entonces se debate si debemos cuidar los intervalos de 12 horas o si favorecemos las horas previas al amanecer para potenciar la génesis de leche”, afirmó Luis Fernando Méndez, gerente de la empresa Zootech.

Para Méndez, la polémica está servida. Mientras que su posición coincide con la de los expertos del Fawec, que privilegian el sueño de la res, otros suponen que la producción radica menos en los episodios oníricos y más en un confort total.

Aunque, como lo demostraron Temple y su equipo, el sueño va de la mano con el bienestar y es necesario garantizar que todos los bovinos tengan la libertad para moverse y reposar cómodamente dentro del establo.