Gobierno le abre paso a las energías renovables no convencionales para mejorar la competitividad

Colombia se encuentra en una transición energética que busca incluir energías renovables no convencionales, como la eólica y la solar, al Sistema Interconectado Nacional. El Gobierno calcula que para el 2022 estas y otras energías renovables iniciarán operaciones.

En un encuentro con académicos y estudiantes de la Universidad de Antioquia, el viceministro de Minas y Energía, Diego Mesa Puyo, explicó que Colombia ha dado pasos importantes para incluir proyectos de energía renovables no convencionales al Sistema Interconectado Nacional, encargado de integrar todos los recursos energéticos del país y transportar y abastecer a las regiones interconectadas.

Las energías renovables no convencionales son aquellas que no se consumen ni se agotan. Entre ellas se cuentan la energía solar, la energía eólica (que usa la fuerza del viento), la biomasa (energía proveniente de desechos industriales) y la geotérmica (que aprovecha el calor interno de la tierra). (Lea: Balance de los 5 años de la ley de energías renovables en Colombia)

“Con la subasta por cambio de confiabilidad entraron los primeros ocho proyectos de energías renovables no convencionales, quedaron seis proyectos en La Guajira con energía eólica y dos proyectos en el Cesar con energía solar. La idea es incrementar esa participación con la subasta exclusiva para fuentes renovables no convencionales, que se realizará en septiembre de este año y se estarán adjudicando los contratos en octubre”, señaló el viceministro de Energía. (Lea: Conozca sobre energías renovables en ExpoSolar Colombia 2019)

Colombia es uno de los 20 países más vulnerables a la variabilidad climática según el Centro para el Desarrollo Global (2018). La radiación solar en La Guajira está en un 60 % por encima de la radiación promedio mundial y la velocidad del viento a una altura de 80 metros está alrededor de los 9 metros/segundos, el doble del promedio mundial. Estas características convierten a este departamento en uno de los "diamantes" de transformación energética del país.

De acuerdo con Mesa Puyo, Colombia pasó de tener menos de 50 megavatios (MW) de capacidad instalada de estas energías renovables, que es lo que necesita una ciudad como Ibagué, a tener 1.500 MW, que es lo que requieren ciudades como Medellín y Cali juntas.

“Ya llegamos a la meta de los 1.500 MW de capacidad instalada, la idea es ser más ambiciosos y superar esa meta. Vamos a revelar la demanda de generación de energía objetivo el día de la subasta, porque queremos que haya mucha competencia. Los ocho proyectos que entraron al cargo por confiabilidad deben ser la base de esa subasta, porque con el cargo de confiabilidad esos proyectos logran financiarse en un 5 % solamente, entonces, necesitan contratarse a largo plazo y que mejor que la subasta de fuentes renovables que tiene contratos de 15 años”, agregó Diego Mesa Puyo. (Blog: ¿Qué podemos hacer con USD 43 mil millones para enfrentar la crisis climática?)

¿Qué papel juegan las universidades colombianas en esta transición?

La transición energética no implica un reemplazo en de las formas habituales de producción de energía. Durante el encuentro, el profesor de la Facultad de Ingeniería, Andrés Adolfo Amell Arrieta, aclaró lo que significa este concepto.

“Las transiciones energéticas no son sustitutivas, son acumulativas, eso significa que en un momento irrumpen en la economía y el sector energético, pero no quiere decir que de ipso facto reemplazan las demás. Es un complemento, por ello esta transición requiere una política de complementariedad que no está clara en la política del Gobierno Nacional”, destacó el profesor.

Los proyectos de energías renovables no convencionales que hacen parte del cargo por confiabilidad al igual que los proyectos que pasen la subasta iniciarían operaciones en 2022, de acuerdo con la cartera de Minas y Energía. (Lea: El largo camino hacia las energías limpias)

Fuente: UdeA.