Según la entidad la forma en la cual Gobierno nacional invierte el presupuesto designado para el sector rural no genera ganancias en el campo colombiano, razón por la que se debe pensar en proyectos que le den utilidades a la economía colombiana.
De acuerdo con Sergio Clavijo, director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, en el país se deben dar cambios estructurales, en especial para los recursos que se destinan en subsidios agrícolas. Explicó que en Estados Unidos bajo la ley ‘Farm Bill’ los subsidios que se venían otorgando de forma directa a productores de maíz, trigo, soya y arroz se eliminaron y que ahora se darán bajo la figura de seguros agropecuarios.
“Con ello se pretende focalizar de mejor manera dichos recursos públicos, pues bajo el formato anterior muchos de ellos terminaban entregándose a personas que ni siquiera eran cultivadores. (…) Lo anterior ilustra lo complejo que se torna continuar por la senda de los subsidios agrícolas, en vez de proveer buenos bienes públicos de forma general. Colombia no ha escapado a dicha complejidad y costos presupuestales”, señaló Clavijo. (Lea: ¿Por qué es necesaria la inversión económica en el agro colombiano?)
El director de la Anif aseguró que los subsidios al sector cafetero fueron tan generosos, que ahora el gremio le reclama al Gobierno para que los no entregados “por favor, se los anote, para la siguiente crisis”, un valor cercano a $1 billón pendiente de entrega.
“Al calor de los paros de 2013, se llegó a insinuar que se reviviría el patético Instituto de Mercadeo Agropecuario (Idema), caracterizado por su ineficiencia y elevada corrupción. Si bien se evitó llegar a tales extremos, el Gobierno adquirió una cosecha de papa de casi 38 mil toneladas a productores de Cundinamarca, Boyacá y Nariño. Ello terminó afectando productores de otras regiones y en algunos casos se supo de daños en cosechas adquiridas. Este es otro buen ejemplo sobre cómo la aplicación de subsidios directos o garantías de compras en cosechas casi siempre resultan en ‘pérdidas públicas’ y ‘ganancias privadas’”, agregó Sergio Clavijo.
Al respecto, José Leibovich, analista económico en temas agropecuarios, dijo en diálogo con CONtexto ganadero que eliminar los seguros agropecuarios no es algo que se deba hacer de una forma “abrupta” y afirmó que sí es necesario invertir dineros públicos en proyectos que generen rentabilidad. (Lea: La nueva estrategia de inclusión financiera)
“Yo estoy de acuerdo con que se planteen desde ya proyectos que le generen rentabilidad al agro, pero los subsidios van a seguir existiendo, lo importante es que hay una balanza en la asignación de los recursos en proyectos y en créditos”, indicó Leibovich.
En reiteradas ocasiones José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, ha dicho que el sector agropecuario del país necesita inversión en infraestructura para mejorar la competitividad del campo, en lugar de que se siga fomentando el uso de subsidios.
“En Colombia hay muy poca gestión de conocimiento, transferencia de tecnología y asistencia técnica. En consecuencia, los productores nuestros se encuentran en gran desventaja con cualquiera que tenga que competir; ahí hay una inversión directa que tiene que hacer el Estado a través de Colciencias, de Corpoica, del Sena, para que buena parte de esas tecnologías rueden rio abajo en los productores, sobre todo en los más pequeños”, aseveró el presidente ejecutivo de Fedegán.
Finalmente, Clavijo dijo que la Misión Rural y el discurso oficial del MinAgricultura ahora parece ir virando hacia la provisión de bienes públicos. (Lea: Más de $2 billones son necesarios para mejorar el agro: MinHacienda)
“Ahora, solo resta esperar que el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 contemple acciones eficaces para lograr dar giro a esta tendencia y que el presupuesto del agro a futuro se invierta en herramientas que permitan un desarrollo rural sostenible, tal como lo ha planteado el juicioso estudio de la Misión Rural”, apuntó.