Sobre el tema, con el economista Ernesto Blanco, le enviamos al Ministro de Hacienda un “memo” que sintetizamos a continuación:
El Ministerio de Hacienda presentó el pasado 5 de marzo los lineamientos generales sobre una nueva Estrategia de Inclusión Financiera, que crea entidades financieras simplificadas, especializadas en Pagos, Ahorros y Depósitos (PADs) y con capital de solo USD$3 millones; modifica la normatividad sobre microseguros, para su expansión hacia los menores estratos y, propone un ajuste en la institucionalidad relacionada con la Banca de las Oportunidades.
Estructurar una segunda fase de la B de O, ha sido expuesta por la Academia del Pensamiento en diferentes ocasiones, insistiendo en la filosofía propia del programa cuando lo presentamos al Gobierno anterior. La Bancarización, promovida hasta ahora, tiene sus principales efectos sobre el crecimiento, al reducir los costos de transacción, mejorar la seguridad en el uso de efectivo y facilitar el ahorro. La Bancarización aislada o el mismo Microcrédito han estado presentes en el país por décadas, sin que ello hubiera reducido establemente la pobreza. La reducción observada en los indicadores de pobreza se debe al avance de la economía y al efecto derivado de programas específicos.
Como lo planteó un reciente estudio de Blanco, en Beltrán (Cund.), consolidar ese crecimiento y lograr efectos sobre la equidad, se facilita con una bancarización que permita microcrédito continuado, pero que esté vinculada a Programas como “Unidos”. En otras palabras, superar establemente la pobreza se facilita con un proyecto de vida que cuente con soporte sicológico y con una actividad generadora de ingresos, caracterizada por externalidades locales y proyección sectorial.
Se anticipa que las PADs capten un segmento importante de los giros en la base de la pirámide y que descongestionen a los bancos de la transaccionalidad típica de los menores estratos, mejorando su rentabilidad. Bancos y entidades administradoras de redes de telecomunicaciones deben ser quienes mayoritariamente entren a conformar estas nuevas entidades.
Los Corresponsales Bancarios y de Seguros que surjan, deben multiplicar la formalización de los pequeños negocios. En esta dirección también operan los subsidios a seguros agropecuarios, la flexibilidad para redescuento de Finagro y para garantías del FAG, así como la promoción de las nuevas Garantías Mobiliarias y del Factoring o compra de cartera.
Conviene recordar que los servicios financieros son solo un componente de los bienes y servicios que se prestan en una economía y que la inclusión financiera ‘per se’, no forma parte de los derechos humanos o de los objetivos sociales, así sea un concepto derivado de la inclusión social o la inclusión modernizante. El financiero es un mercado principalmente privado, en el que el subsidio gubernamental tiene algún sentido, cuando se orienta a favorecer a la población de menor ingreso.
Por eso se ha insistido tanto en que sería altamente conveniente formular un Programa Complementario a la Bancarización, que optimice la generación de ingresos, para una superación estable de la pobreza. Seguiremos repitiendo que nuestro objetivo no ha sido la simple bancarización, sino la bancarización como instrumento para combatir la pobreza.