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Ojo con el repunte de los precios al consumidor

Por Oscar Cubillos Pedraza - 18 de Marzo 2025


2024 terminó con una inflación de 5,2%, cifra relativamente controlada frente a los registros de 2022 y 2023 en donde el alza general de los precios a consumidor fue de 13,1% y 9,2% respectivamente. Así las cosas, el deseo del Banco Central, del Gobierno Nacional, así como de empresas y familias, es que en 2025 la inflación logre estar en el rango meta del Banco de la República, es decir entre 2% y 4%, y ojalá cumplirse el objetivo de no tener un alza anual en los precios mayor a 3%.

Sin embargo, el comportamiento del IPC en el primer bimestre del año indicaría que cumplir tales propósitos no será tan sencillo, pues la cifra general anual pasó de 5,2% en diciembre de 2024 a 5,27% en el mes de febrero de 2025. Si lo vemos como el solo incremento durante 2025 el alza es de 2,1%. Un alto repunte.

En el caso de la proteína animal la situación no es diferente, solo con la excepción del huevo pues su precio descendió 0,31%. De acuerdo con DANE en los primeros dos meses de 2025 el precio de la carne de cerdo se incrementó 2,6%, la de pollo 3,3%, la de pescado 1,6%, mientras que la de res tuvo la menor alza con 1,4%. Para el caso de la leche líquida su preció subió 0,7%.

La pregunta que surge es por qué están teniéndose tales alzas si la oferta de carnes y de lácteos ha mantenido importantes crecimientos. Las respuestas vienen desde el incremento de costes laborales (salario mínimo), que además incide en otros costos; fluctuaciones de tasa de cambio en materias primas importadas e incremento de costos en servicios públicos y combustibles.

Aunque pueden parecer alzas pequeñas, si se mantiene dicha tendencia los incrementos por producto en definitiva estarían muy por encima del rango meta establecido para 2025, es decir muy por arriba del 4%, lo que ocasionaría impactos no deseados en el consumo que para el caso de la carne de res apenas empezaba a mejorar en 2024 y en de la leche y sus derivados que aún no se dinamiza.

Desde el segundo semestre de 2021 hasta 2023 los altos precios afectaron seriamente la demanda de carne y leche, y volver a tener la misma problemática sin duda no permitiría la plena recuperación de las cadenas de valor. Además, con un escenario de expectativas inflacionarias alcistas el Banco de la República no continuará con la baja de las tasas de interés (o las subiría) lo que acentuaría aun más el daño en el consumo.

En ese sentido hay que estar muy atento a que nuestros precios no pierdan competitividad, más si el objetivo de 2025 es mejorar la exportación. Por ejemplo, para el mes de febrero el kilo en pie de novillo gordo Colombia promedió US$1,9 pero el de Brasil alcanzó US$1,8; el de Paraguay US$1,82 y el de Uruguay US$1,83; situación que ya enmarca la posibilidad de perder dinamismo en los envíos hacia el exterior. Claro, la tasa de cambio ha estado hacia abajo en 2025 lo que es factor en contra, pero se ha estabilizado hacia los $4.100 por dólar, sin embargo, no todo se debe atribuir al tema cambiario: en el escenario exportador el precio interno en pesos también debe ser estable.

Ya vivimos recientemente las problemáticas de inflaciones altas, el daño en el consumo interno y la disminución en la exportación. Atentos a las señales para seguir sacándole provecho a las oportunidades que tiene el sector.

@OscarCubillosP

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