Mirando a China, el gobierno de Uruguay planea aumentar la producción de carne vacuna en un 30 % durante los próximos 10 años mediante un mayor uso del pastoreo rotativo.
En sólo 10 años, Uruguay podría incrementar un 30% su producción de carne vacuna, hoy estimada en 600,000 toneladas anuales, de acuerdo a un plan presentado por el gobierno nacional. La meta se lograría gracias a un uso extensivo de la técnica conocida como pastoreo racional, que permitiría evitar mayores impactos ambientales.
Uruguay cuenta con más de 11.5 millones de vacas que ocupan el 80 % del territorio nacional. Se estima que cada animal dispone del equivalente a dos canchas de fútbol. Ello significa una producción muy extensiva pero también ineficiente, con grandes partes de las pasturas desaprovechadas por el ganado.
Para ello, el gobierno de Lacalle Pou apuesta a reconvertir a la mayor parte de los productores a la técnica del pastoreo racional o rotativo, a través del cual se concentran a todas las vacas en manadas y se las rota por diferentes parcelas. Esto permite aumentar la tasa de engorde de los animales y aumentar la productividad.
“Los animales comen todos juntos en una parcela, dejan las heces y la orina, y luego se trasladan a otra parcela. Es lo que los rebaños hacían originalmente” sostuvo Pablo Caputi, gerente de conocimiento del Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (INAC). “Esto permite que las parcelas no sean usadas de manera excesiva y las pasturas se degraden”.
Caputi es el autor del recientemente presentado plan estratégico del INAC, una hoja de ruta para los próximos 10 años de la industria de la carne vacuna. En el plan, el gobierno asegura que es posible aumentar la producción gracias al pastoreo rotativo y al mismo tiempo no generar mayor contaminación.
La técnica, desarrollada en 1960 por el agricultor francés Andre Voisin, plantea que las pasturas deben tener suficiente tiempo para recuperarse entre períodos de pastoreo para alcanzar su máximo potencial. Las vacas deben moverse regularmente de parcela a parcela, fertilizando el suelo con sus propios desechos.
“El pastoreo racional permite tener más terneros por hectárea y aumentar la productividad. Generás mayor volumen de pasto y de mejor calidad”, Felipe Urioste, director de Pampa Oriental, una organización uruguaya que impulsa el manejo holístico del ganado y hub local del Savory Institute. “Todo lo que dice el plan del gobierno es lo que nosotros venimos proponiendo hace años”.
Una tradición ganadera
Producida a cielo abierto, libre de hormonas y sin antibióticos, la carne uruguaya se ha ganado un lugar destacado entre consumidores de todo el mundo, especialmente los chinos. El 70% de la carne producida se exporta, de lo cual China compra más de la mitad. En lo que va del año los envíos a China crecieron 53%
La carne vacuna forma parte de la identidad de Uruguay y explica gran parte de su economía. Existen 48.000 establecimientos ganaderos en el país, la mayoría de tipo familiar, que producen razas vacunas tradicionales como Hereford y Aberdeen Angus. El país posee el mayor consumo de carne del mundo per cápita.
De toda la producción ganadera de Uruguay, sólo el 10% se realiza en feedlots, áreas cerradas de engorde de ganado a base de granos. El resto tiene lugar a cielo abierto y con alimentación a pasto, lo que significa un menor consumo de energía y con una menor huella de carbono.
Todos atributos que han permitido a Uruguay construir una marca asociada al cuidado de la naturaleza. Además de garantizar la seguridad alimentaria gracias a un sistema obligatorio de trazabilidad, el cual asigna un código de identificación a cada animal y permite saber su ubicación en tiempo real y a lo largo de la cadena de producción.
Ahora, para el gobierno el desafío está en aumentar la producción y la productividad, sin mayores cambios desde 2004. Es por ello que el INAC llevó adelante su plan estratégico, el cual apunta a aumentar la cantidad de carne vacuna producida sin dejar de lado los estándares por los cuales el país ya es reconocido.
El plan apuesta a la sostenibilidad económica, social y ambiental de la producción ganadera en Uruguay. En lo económico, se busca tener empresas viables en condiciones de mercado. En lo social, una mayor generación de empleo, y en lo ambiental, mantener la biodiversidad, aprovechar mejor el agua y mejorar el ciclo de los nutrientes en el suelo.
“El gobierno creó un nuevo ministerio de Ambiente, una señal de que esta agenda es importante para nosotros. Introducir nuevas prácticas de ganado como el pastoreo racional nos permitirán capturar mayores emisiones contaminantes. Además, estaremos cuidando más nuestros suelos y evitando su erosión”, sostiene Caputi.
La mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de Uruguay provienen de la ganadería, la cual posee un importante potencial para reducir su intensidad de emisiones. El gobierno apuesta que el mejor manejo de las pasturas, algunas de las cuales están degradadas, permita capturar mayores gases contaminantes.
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