El raquis, el elemento clave para fertilizar la palma de aceite

En la planta Manuelita Aceites y Energía se usa un sistema básico para reutilizar esta tusa sobrante de la cosecha, la cual sirve para nutrir el suelo. La empresa busca que se implemente el compost en lugar de productos químicos para elevar los nutrientes de la tierra.   En el municipio de San Carlos de Guaroa, ubicado en el departamento del Meta, se encuentra la empresa Manuelita Aceites y Energía S.A., una planta que se destaca por ser un clúster en el sector palmero del país, gracias a varias herramientas que ayudan a que el cultivo de esta planta sea un ciclo que se abre y se cierra por sí solo.   Uno de esos sistemas es la planta de compost, la cual tiene un techo de plástico, postes de cemento y tuberías que cumplen un solo fin: procesar el raquis o la tusa que sobra del proceso de extracción del fruto de la palma de aceite para convertirlo en fertilizante para el mismo cultivo. (Lea: Palmeros del Catatumbo estrenan planta gracias al Banco Agrario)   En diálogo con CONtexto ganadero, Axel Martínez, gerente de Campo de Manuelita Aceites y Energía S.A., dijo que la construcción de este espacio, similar a un invernadero, ha sido todo un aprendizaje, debido a que el mismo proceso de compostaje toma tiempo, dado el volumen y la dureza que la misma tusa tiene para descomponerse.   “Tenemos 5 hectáreas, en las que podemos manejar entre 50 mil y 60 mil toneladas de raquis al año, dependiendo de las condiciones. El año pasado produjimos 25 mil toneladas de compost y este año estamos apostándole a las 28 mil, más o menos en ciclos de 120 días”, aseguró Martínez.   El experto también explicó el proceso de descomposición del raquis, desde el momento mismo en el que se transporta en la fábrica procesadora del fruto, pasando por la recolección de la ceniza y la importancia de la tierra picante.   “La máquina que tenemos (foto) hace el proceso de volteo, hacemos las pilas e iniciamos ese proceso, la planta de biogás nos envía los lodos pesados que son conducidos por una tubería y los aplicamos con la ayuda de un sistema de riego por bombeo. Eso lo hemos intentado con carrotanques, tanques estercoleros, de hecho probamos con un sistema de riego de flauta, por encima de la pila y no es fácil porque la máquina mide 2 metros con 20 y el problema era que se nos llevaba las cuerdas y nos dañaba el invernadero”, describió.   Por ello, según explicó el gerente, la mejor solución que la empresa encontró fue enterrar una tubería y poner unos muñecos de riego, que están ubicados en los postes, se conectan y se pueden regar 4 pilas de raquis al mismo tiempo con una manguera de presión. (Lea: Los abonos orgánicos sólidos)   “En este proceso contamos con la asesoría de Netafim, porque en el mercado no existe un producto que riegue altos contenidos con materia orgánica, eso genera gases y revienta las tuberías. Hasta ahora nos ha funcionado muy bien”, añadió.   Uno de los puntos importantes a tener en cuenta en estas pilas de raquis es la temperatura, por ello, voltear la tusa es importante dentro del proceso de producción de compost. Martínez afirmó que dentro de ese proceso es vital evitar la elevación del clima del compost, lo máximo son 60 grados, debido a que se puede quemar la materia orgánica.   “Hay que reducirlo a 30 o 40 grados centígrados e hidratarlo y volver a empezar, cuando el clima de la mezcla empieza a descender el compost ya está maduro. Cabe destacar que por cada tonelada de raquis que tenemos agregamos 2,7 metros cúbicos de lodos pesados en un periodo de 120 días, día de por medio, ya que no hay problemas de lixiviados o de manejos de agua”.   Por su parte, Juan Miguel Jaramillo, gerente general de Manuelita Aceites y Energía S.A., confirmó que en este momento la empresa produce compostajes con raquis enteros, aunque ese no es el ideal y agregó que desde ya trabajan para hacer que este proceso sea más rentable y competitivo. (Lea: Unipalma impulsa el MDL que le ahorrará $800 millones al año)   “Para este segundo semestre del año vamos a empezar a usar las máquinas que sirven para presar y picar el raquis, de esta forma mejoraremos el proceso de compost. Por ahora, lo usamos como complemento a la fertilización de la plantación, en aras de no usar químicos. A futuro, en la medida en la que normalicemos el proceso de la tusa picada, la idea es tener contenidos definidos de los diferentes nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, y después hacer el reemplazo”, enfatizó Jaramillo.   Las cifras del invernadero   Según Axel Martínez, la planta se construyó hace 4 años en un espacio de 5 hectáreas, tiene 16 postes de cemento y tiene un plástico tan fuerte como el que se utiliza en el cultivo de las flores, para evitar que el sol y el agua penetren. Con este sistema el costo por kilo de la tusa es de $22 sin transporte, con el traslado se adicionan $16.   “Un invernadero de estos puede estar costando $220 millones por hectárea y el mantenimiento que se le hace cada 2 años tiene un costo de $80 millones; se hace un templaje cada vez que el techo empieza a descender entre 2 y 3 meses, también usamos la polisombra para que no entre el sol y el cambio del plástico tiene un costo aproximado de $45 millones por hectárea”, puntualizó el gerente de Campo de Manuelita Aceites y Energía S.A.