Así se va a comportar el clima en diciembre: tres regiones de Colombia bajo alerta
PorCONtexto ganadero-21 de Noviembre 2024
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Por - 25 de Marzo 2014
El reemplazo de los fertilizantes de síntesis química por abonos orgánicos, permite la disminución de los costos de producción porque resulta más económico producirlos en la finca que comprarlos.
La producción ganadera genera gran cantidad de desechos orgánicos, que pueden ser aprovechados para mejorar el sistema productivo, a través de la utilización de sencillas prácticas de transformación y el uso de tecnologías apropiadas, para proveer a la empresa agropecuaria de cantidades suficientes de fertilizantes orgánicos como lo son los abonos sólidos.
Los abonos orgánicos sólidos están conformados por material natural homogéneo procedente de residuos vegetales y animales procesados por diferentes métodos.
Se utiliza para recuperar, mantener o incrementar la actividad biológica del suelo lo que, a su vez, contribuye con la fertilidad y mejora de las características físicas del mismo. (Galería: Cómo contribuir a la preservación del medio ambiente a través del buen manejo de residuos)
Es, por lo tanto, el resultado de la descomposición de desechos orgánicos de origen animal o vegetal (hojas, cáscaras, estiércol de ganado y otras especies animales, desechos de cocina, trozos de madera, residuos agrícolas o agroindustriales y otros) y por la acción conjunta de la macrofauna
como lombrices y escarabajos del suelo y una serie de microorganismos.
Para la preparación de abonos orgánicos a partir del estiércol de animales domésticos y residuos agrícolas, se utilizan sistemas como la cría intensiva de lombrices de tierra o lombricultura; el compostaje con aire (aeróbico) o sin contacto con él (anaeróbico), a diversas escalas e intensidades tecnológicas, desde muy elementales, hasta procedimientos biotecnológicos con microorganismos producidos industrialmente y procesos biomecánicos sofisticados.
En la finca ganadera se puede producir el abono orgánico a partir de los desechos que resultan de las actividades cotidianas, en vez de arrojarlos al agua, quemarlos o acumularlos, se pueden aprovechar y transformar en abonos orgánicos que ayudan a mantener los cultivos forrajeros vigorosos, porque mantiene o regresa la fertilidad al suelo, base de cualquier actividad productiva.
Los abonos orgánicos se pueden enriquecer con fuentes de minerales como calcio, fósforo, potasio, magnesio, boro, zinc y otros, dependiendo de las deficiencias de los suelos de cada región (acidez, bases intercambiables, microelementos). En este caso se define como abonos organominerales.
Atributos agroecológicos
Los abonos orgánicos sólidos aplicados con regularidad y dosis generosas, permiten alcanzar un mejoramiento de la estructura del suelo erosionado o compactado, debido a una mejor circulación del aire y más rápida infiltración del agua lluvia o de riego, acción realizada por los poros del suelo. De esta manera se incrementa la capacidad de retener agua para las plantas en las épocas de baja precipitación.
La aplicación de estos productos ayuda al crecimiento de las raíces de los cultivos forrajeros y también a disminuir la contaminación de los recursos de agua, suelo y aire, ocasionada por la aplicación de fertilizantes químicos. (Lea: ICA fortalece inocuidad en la producción ecológica de alimentos)
Al ser productos orgánicos, su utilización ayuda al incremento de la fertilidad y la actividad biológica, lo que contribuye a la recuperación y conservación de la vida en el suelo, especialmente de grupos involucrados en la nutrición de las plantas; como lombrices de tierra, coleópteros, micorrizas (asociación entre un hongo y las raíces de una planta, ambos obtienen beneficio de la asociación) y hongos nativos descomponedores.
Los abonos orgánicos sólidos algunas veces ayudan a reducir focos de contaminación, riesgos de patógenos y vectores de enfermedades en plantas y animales. También favorecen la disminución de la contaminación de las aguas, debido a que los estiércoles son recolectados y aprovechados en procesos de compostaje para aplicarlos en los pastos, sistemas agrícolas, agroforestales y silvopastoriles, lo que permite integrar la producción pecuaria y la agrícola.
El empleo masivo de abonos orgánicos en sustitución de fertilizantes sintéticos contribuye a una menor emisión de gases con efecto de invernadero involucrados en el cambio climático global lo que se considera una contribución positiva de los ganaderos a un problema mundial.
Efectos en la producción pecuaria
El reemplazo de los fertilizantes de síntesis química derivados del petróleo (urea y otros) o de minas como el fósforo y el potasio (seguirán incrementando el precio en el futuro inmediato), por abonos orgánicos, permite la disminución de los costos de producción porque resulta más económico producirlos en la finca que comprarlos.
Los abonos orgánicos hacen parte fundamental de los planes de recuperación productiva de amplias zonas ganaderas severamente afectadas por el sobrepastoreo, el fuego y el exceso de mecanización, donde es posible regresar la productividad en forma rentable con el uso sistemático de buenas prácticas que incluyen la corrección de los daños físicos, químicos y biológicos en los suelos. (Lea: Campesinos de Nariño recibieron semillas y abono para sustituir cultivos ilícitos)
Su aplicación permanente contribuye a la regulación del pH del suelo, lo que resulta benéfico para la producción de cultivos y, además, son de fácil preparación debido a la existencia de múltiples opciones que se adecuan al tamaño y dimensión de cada predio ganadero, desde la escala artesanal a la industrial.
Principios de implementación
Para preparar cualquier abono orgánico se requiere:
§ Contar con un lugar que esté protegido de la lluvia, puede ser con un techo o cubierto con un plástico grande.
§ Contar con materiales de origen vegetal como residuos de cosechas agrícolas o agroindustriales, restos de cocina, cáscaras, residuos de cosechas, hojas de árboles, trozos pequeños de madera, aserrín, carbón, para mezclar con materiales de origen animal, por ejemplo: estiércol de ganado u otras especies, residuos de matadero (contenidos ruminal e intestinal, sangre), porcinaza, gallinaza, desperdicios de comida o huesos molidos.
§ Para adicionar a la mezcla fósforo, potasio, calcio, magnesio, manganeso, azufre, boro, zinc u otros, si los suelos contienen deficiencias notables de algún elemento mineral
§ Si los suelos son muy ácidos, se recomienda agregar productos de calcio a la mezcla orgánica como cal agrícola, cal dolomítica (rica en magnesio) o calfos (rico en fósforo)
§ El sitio donde se van a preparar los abonos preferiblemente debe estar ubicado en un terreno plano. Esto permite el almacenamiento en pilas para su posterior utilización.
§ Disponer de los medios e instrumentos necesarios para la recolección del material (estiércol y orina) los que dependerán de la cantidad de residuos disponibles, desde carretillas y palas, hasta tractores recolectores especializados.
§ Ubicar las pilas de una forma que permita la acción continua del sol sobre todo el volumen de desechos.
§ Manejar pequeños volúmenes en capas delgadas de material para facilitar su proceso de descomposición.
§ Remover y airear el material durante el proceso, para lograr un secado uniforme. Este es el factor más importante en los abonos orgánicos aeróbicos, pues las mezclas de residuos se calientan excesivamente (hasta más de 60 grados centígrados) y el material puede perder calidad. El volteo frecuente, cada semana, con palas manuales o mecánicas, es la acción que garantiza la aireación.
Es posible acelerar o mejorar la eficiencia de la conversión de residuos orgánicos en abonos con el apoyo de productos comerciales a base de microorganismos eficientes y mezclas de hongos como el Trichoderma ssp. En todos estos casos se debe contar con apoyo técnico y exigir la calidad en los productos a emplear. (Lea: En Norte de Santander entregarán abono a los agricultores)
Recomendaciones
§ El exceso de aplicación de materia orgánica en suelos ricos en la misma pueden ocasionar acidez.
§ Los procesos de compostación realizados sin los cuidados y el rigor necesarios pueden ser vehículo de enfermedades para las plantas especialmente de hongos de las raíces.
§ Las excretas animales mal compostadas pueden ser reservorios de enfermedades como salmonelosis que afecta a los humanos y a las especies animales domésticas.
§ Para el uso de las excretas procedentes de la avicultura industrial y los residuos de matadero se debe aplicar la reglamentación actual del ICA. Fuente Carta Fedegan 106- CIPAV).
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