Un ataque afanoso
Es el adjetivo adecuado para el ataque del ministro de Agricultura al gremio ganadero. “Que pone mucho afán y empeño en lo que hace”, define el diccionario.
La marcha
Después de la marcha del 9 de abril se impone un análisis de lo sucedido, sobre todo por parte de quienes no asistimos por convicción y, además, anunciamos públicamente tal posición a nuestros lectores.
El pecado de la usura
El término usura se utiliza para referirse a los intereses de los préstamos, cuando las tasas de interés se perciben como excesivamente altas.
Sin margen para la impunidad
El fallo de la Corte Constitucional, aún pendiente, por las demandas que pesan contra el “Marco Jurídico para la Paz”, tiene la delicada prerrogativa de definir la suerte de las negociaciones en La Habana.
“Republiquetas” independientes
La cirugía extrema que proponen las Farc para las Zonas de Reservas Campesinas (ZRC) es absurda. Equiparar su estatus a los Resguardos Indígenas y los Consejos Territoriales de las comunidades negras, significa crear gigantescos enclaves impenetrables, en adelante, para el Estado de Derecho legítimamente constituido.
“Contrarrevolución” agraria
Las propuestas oficiales para adelantar la “gran revolución agraria en el país” sorprenden, pero no por novedosas. Además de no resolver los
El exministro Silva
Con el apoyo del entonces exministro de Hacienda, Juan Manuel Santos, Gabriel Silva Luján fue nombrado gerente de la Federación Nacional de Cafeteros en 2002.
Ley, constructora de tejido social
Ahora que toma fuerza la iniciativa de llevar a Colombia a la OCDE, debemos admitir que buena parte de los avances que hoy nos reconoce esa Organización, iniciaron en la administración Uribe, con la política de Seguridad Democrática.
La Ley, promotora de prosperidad
Poco o nada llegó de las mesas de negociación de La Habana al Consejo Gremial. Entre tanto, las Farc con su falso ideario de “paz con justicia social para el campo” son las vedetts, mientras las víctimas permanecen en la sombra.
La Ley, garantía de paz
El país está confundido. Negociar con el terrorismo no trae la paz. Distintos sectores de opinión, mal o bienintencionados, piensan que el “mal menor” de negociar la Ley para ponerle fin al conflicto a través de diálogo, es mejor que hacer cumplir los principios de nuestro Estado Derecho.