Jorge Rosas Ochoa, comercializador de insumos y equipos para ganadería (desde semillas hasta ecógrafos), explicó que ofrece tanques flexibles de 20 mil litros móviles, que se pueden instalar en cualquier área de la finca pecuaria, al lado de los potreros, los cultivos o los establos.

Los tanques que ofrece «son de excelente calidad, hechos de materiales innovadores», como él mismo afirmó. Están hechos en Estados Unidos y han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos ​(FDA por sus siglas en inglés). (Lea en CONtexto ganadero: Tanques australianos, otra opción para almacenar agua)

Están fabricados con poliuretano, pesan 55 kg y miden sin llenar en el piso extendido 6 metros x 2,45 metros. Tienen una única entrada, una llave de paso y salida de 3 pulgadas con rosca para colocarle una manquera. En los tanques o depósitos pueden almacenar y transportar los siguientes productos:

• Agua a granel, concentrados, vinos y jugos.
• Aceite de oliva, aceite vegetal, aceite animal y otros aceites comestibles.
• Motores de aceites, lubricantes y productos farmacéuticos.
• Siropes y otras bebidas.
• Cosméticos, productos de higiene, champús, acondicionadores, geles corporales, detergentes y maquillaje.
• Condimentos líquidos, salsas, alimentos secos y otros artículos para la industria alimentaria.

«Estos tanques son de segunda, en ellos vienen aceites vírgenes para consumo humano. Aunque prácticamente los venden de un solo uso, porque nadie va a devolverlos a su lugar de origen (Estados Unidos, Portugal, España), esos tanques se pueden lavar y reutilizar, y eso es lo que estamos haciendo. Los vendemos a ganaderías o porcicultoras, para tener agua para riego, mezclar fungicidas, sirve para muchas cossas», precisó.

Entre otros usos, se pueden emplear para guardar agua para el ganado o para almacenar otros aceites, abonos líquidos, productos para fumigar ya preparados, entre otros. (Lea en CONtexto ganadero: Métodos que pueden usar los ganaderos para recolectar agua)

Un gran beneficio frente a los tanques tradicionales es que se pueden transportar con mayor facilidad estando vacíos, pues se pueden doblar como costales. Por ejemplo, uno de los clientes de Rosas los utiliza para vender melaza: lleva el tanque lleno hasta su destino, lo vacía y se regresa a su finca con el tanque doblado y con espacio para ocuparlo con otro producto.

Otra ventaja de estos tanques en particular es su reaprovechamiento, pues habitualmente eran desechados. En cambio, Rosas lava los tanques, y si bien no se pueden utilizar para almacenar productos vírgenes (jugos, vinos o aceites), el residuo que queda es insignificante, por lo cual se puede usar para guardar los líquidos para uso de los animales o de la finca.

Una tercera ventaja: el costo. «Los tanques fijos son más costosos. Hace 2 semanas vi un tanque de 10 mil litros de plástico vale más de $9 millones. En cambio, el tanque flexible de 20 mil litros cuesta $1’500 mil. Esa es la máxima capacidad pero usted no tiene que llenarlo del todo. Usted puede llevar herbicida, fungicida o abono, en fin, conectar a un aspersor y montarlo en un carro o un tractor para ir aplicando».

En cuanto a su durabilidad y resistencia, Rosas aseguró que tiene una fibra de polipropileno en su exterior y en su interior lo recubren 3 capas. Sin embargo, advirtió que se pueden romper si se atraviesan con algún elemento cortopuzante, por lo cual es preferible revisar que en el sitio donde se vaya a colocar, no hayan tornillos, clavos o cualquier otro metal que pueda rasgarlo. Si usted lo va a llevar en el tractor y prefiere evitar que se rasgue, puede colocar cartones en sitios donde pueda rozar con algún filo.