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Foto: EFE

El artista confesó en una ocasión que encontró su camino en el arte a través de la tauromaquia.

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Fernando Botero: Adiós al amante de los toros y maestro de arte

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Considerado uno de los pintores y escultores más influyentes de América Latina, Fernando Botero murió a la edad de 91 años, tras una vida llena de arte y amor por los toros.

En la mañana de este viernes 15 de septiembre, Colombia y el mundo del arte lamentaron la pérdida de uno de los pintores y escultores más influyentes de América Latina, Fernando Botero, quien falleció a los 91 años. Su partida se debió a complicaciones de salud relacionadas con una grave neumonía. La noticia dejó un vacío en el corazón de los amantes del arte y la cultura en Colombia. (Lea en CONtexto ganadero: 3 aficionados históricos a las corridas de toros )


Un legado artístico que dejó huella

Nacido en Medellín, Fernando Botero, desde una edad temprana, demostró su amor por la tauromaquia, y llegó a intentar seguir una carrera como torero. Sin embargo, su destino cambió cuando vio un novillo por primera vez, lo que lo llevó a dedicarse al arte. "Debo a los toros el hecho de ser artista", expresó en una entrevista a Caracol. Esta pasión inicial por la tauromaquia siguió siendo una parte importante de su vida y obra a lo largo de su carrera.

Botero se ganó renombre mundial por su versatilidad en el lienzo y el tamaño de sus obras, conocidas popularmente como "gordas". Su estilo distintivo, caracterizado por figuras exuberantes y voluptuosas, se convirtió en su firma artística. Sus obras capturan la belleza y el dramatismo de la vida cotidiana y la cultura latinoamericana.


El vínculo inquebrantable con los toros

El amor de Botero por la tauromaquia nunca lo abandonó. En octubre de 2014, presentó en Nueva York su libro "Bullfight: Paintings and Works on Paper", que recopilaba 140 óleos y 35 dibujos relacionados con las corridas de toros. Durante el lanzamiento, Botero afirmó: "Con esta publicación, solo puedo demostrar mi amor puro hacia los toros". Sus palabras reflejaban la profunda conexión emocional que tenía con este arte y su influencia en su desarrollo como artista.

El artista confesó en una ocasión que encontró su camino en el arte a través de la tauromaquia, inicialmente realizando copias de las obras del pintor mexicano Ruano Llopis antes de descubrir su propio estilo y dedicarse al paisaje.


Una vida ligada a las corridas de toros

Botero no solo amaba la tauromaquia desde el lienzo, sino que también era un asiduo asistente a las temporadas taurinas en las plazas de toros más renombradas de Colombia. Su devoción por este arte lo llevó a recibir obsequios especiales de toreros destacados. En una corrida en Medellín, el matador francés Sebastián Castella le ofreció una oreja como muestra de respeto y admiración. En 2010, Enrique Ponce le regaló a Botero el traje que usó durante su faena ese año como un presente de cumpleaños.

Botero resumió su fascinación por las corridas de toros al afirmar: "Las corridas me han fascinado toda la vida. Primero, porque tienen todos los elementos para realizar una pintura llamativa como el color, las formas, la composición y el espacio. Pero, además, por las implicaciones del drama que encarna la lucha entre el hombre y el toro".


Un legado para Colombia

Actualmente, sus piezas están repartidas en lugares emblemáticos como el Museo Botero en Bogotá, la Plaza Botero en Medellín, la Plaza Santo Domingo en Cartagena y la Casa de Nariño y el palacio presidencial, gracias a la donación del artista a su país natal.