Aunque muchos ganaderos lo ven como un reto, establecer estos diseños es más accesible de lo que parece. Un docente experto explica por qué Colombia tiene todo para avanzar en esta práctica sostenible.
Para Manuel Ricardo Rodríguez Maldonado, docente de la Universidad Areandina en los programas de ganadería sostenible, Colombia cuenta con condiciones privilegiadas para adoptar los sistemas silvopastoriles (SSP).
“La ubicación en el trópico, la biodiversidad y la existencia de bosques en casi todas las regiones facilitan este tipo de ganadería”, aseguró el experto, destacando también la presencia de viveros, la facilidad para germinar semillas y las herramientas disponibles para medir recursos.
Una de las propuestas más innovadoras, según Rodríguez, es ampliar la mirada sobre los aforos. Tradicionalmente, se ha medido solo el pasto o el forraje en el suelo, pero ahora se enseña también a evaluar la biomasa que aportan los árboles dentro del sistema.
Árboles como aliados
Rodríguez invitó a los ganaderos a repensar el papel de los árboles en los potreros. “No solo modifican el entorno, también son fuente de alimento y banco de proteína para los animales”, expresó. (Lea en CONtexto ganadero: Sistemas silvopastoriles, alternativa para aumentar ingresos en las fincas del trópico andino)
Además, aseguró que los sistemas silvopastoriles son aplicables a cualquier tipo de explotación: carne o leche. Lo importante es que se integren con innovación y tecnología. Aunque hay muchos conocimientos tradicionales en las regiones, aún falta documentar prácticas útiles.
“Muchos árboles tienen usos que no se aplican simplemente porque no hay cultura de documentación”, explicó, recordando cómo al visitar diferentes zonas del país han descubierto saberes locales valiosos. Tanto ganaderos grandes como pequeños pueden beneficiarse de este modelo productivo.
Empezar es lo más difícil
Si bien el sistema tiene muchas ventajas, el punto de partida puede parecer complejo. “Lo más difícil es empezar”, reconoció Rodríguez. Pero una vez se toma la decisión de establecer un vivero y hacer la selección adecuada de especies, el proceso fluye.
Como se trabaja con especies nativas, ya adaptadas al suelo y a las condiciones locales, la naturaleza facilita el desarrollo del sistema. “Estos árboles han existido en el ecosistema mucho antes que la ganadería”, subrayó el docente. (Lea en CONtexto ganadero: Estos son los árboles más preciados por los ganaderos)
El proceso inicia desde la base con la mejora y la aireación del suelo, buscando reducir el estrés calórico. Luego, al crecer los árboles, se obtienen beneficios adicionales como sombra y regulación térmica para el ganado. Todo se da por etapas, y el terreno, muchas veces, conserva memoria de los antiguos bosques.
Formación con enfoque integral
Desde la Universidad Areandina, en alianza con la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán-FNG), se promueve una formación sólida para quienes quieren implementar estos sistemas.
En el programa de Tecnología en Ganadería Sostenible, los estudiantes aprenden desde una base biológica: el crecimiento del pasto, el momento adecuado para su aprovechamiento, y las mejores asociaciones entre especies.
“El estudiante aprende a identificar qué árboles, gramíneas y leguminosas conviene mezclar, a hacer aforos y a calcular la proteína vegetal disponible en el sistema”, detalló Rodríguez.
Además, se enseña a establecer dietas, cargas animales adecuadas y a seleccionar el modelo silvopastoril más conveniente.
Este enfoque integral permite que los futuros ganaderos comprendan la complejidad del sistema, aplicando teoría general de sistemas y biotecnología.
Rodríguez resaltó que incluso se trabaja en seleccionar animales más adaptados a este tipo de alimentación, recordando que los bovinos, en su estado natural, ya tenían la capacidad de consumir hojas y ramas.
Gracias a este enfoque educativo y al acompañamiento personalizado, varios estudiantes ya han comenzado a aplicar SSP en sus fincas. “Ya se están viendo resultados”, afirmó con entusiasmo.