La vaca seca es tan importante como la lactante, así lo aseguraron expertos en ganadería bovina que estuvieron dispuestos a hablar con CONtexto ganadero sobre los elementos a considerar en la transición entre ambos periodos. Aunque la transición no es extensa, tampoco es un tiempo superficial ni que se deba ignorar en el predio. Felipe Aristizábal, médico veterinario, zootecnista y especialista en producción de leche, explicó que precisamente por eso, se habla de los cuidados de la vaca seca a lactante. La transición está integrada por la nutrición como el tópico principal a considerar en la finca lechera. Según Aristizábal, el ganadero tradicional percibe la res seca como “improductiva y no tiene en cuenta que es el periodo de adaptación. De un correcto secado habrá un correcto periodo de lactancia”. Pese a que sí disminuye la proporción de comida dada a la res durante el periodo seco, esto no indica que sea deficiente el suministro de alimento. La dieta se basa en elegir pastos de excelente calidad. (Lea: Vacas lecheras de 7 razas comparten un mismo escenario) Durante la transición, que en promedio inicia los 21 días antes del parto y termina 21 días después, aseguró el también miembro del departamento técnico de Cogancevalle, “los animales preparto deberían comer igual o mejor que las vacas empezado lactancia”. Claro está, aclaró, el consumo de materia seca disminuye en la transición por cambios metabólicos y se aconseja el suministro de aditivos, ya sean sales iónicas, levaduras y demás, que evitan el padecimiento de la hipocalcemia o la fiebre de la leche, patologías que se perciben en esta etapa de la vida. “Se dan varios aditivos para adaptar las condiciones ruminales al correcto inicio de la lactancia”, anotó el especialista en producción lechera. Leonardo Sánchez, médico veterinario, con maestría en producción animal y doctorado en nutrición, señaló que el consumo de alimentos se deprime en la transición por los líquidos fetales que están en la vaca que se encuentra en un periodo avanzado de gestación, exactamente el último tercio. “Hay que condensar la dieta”, anotó Sánchez, que se desempeña como investigador en el centro Tibaitatá de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica. (Lea: 5 razas lecheras y sus valores en calidad y cantidad) La vaca en avanzada gestación vive cambios metabólicos y requiere del cuidado de su balance electrolítico con una dieta especial. Los alimentos con alto suministro de calcio ayudan a evitar que el animal sufra de fiebre bipolar. Una vez la vaca esté seca debe recibir forrajes de alta calidad sin concentrados. Posteriormente, se irá preparando para recibir este último alimento que generará en ella una reserva de nutrientes para cuando produzca leche. “Con eso se garantizará el pico de la lactancia”, recalcó Sánchez. Una de las acciones que algunos ganaderos aún ejercen en predios es trasladar vacas secas a los potreros con forrajes de baja calidad y solo 15 días antes de parir la movilizan a espacios con pastos buenos. La vaca en esas condiciones nutricionales, explicó Sánchez, no podrá gestar una cría saludable. “El 65 % del desarrollo del ternero se gana cuando faltan 2 o 3 meses de gestación, y si faltan nutrientes no crece”, recordó el investigador de la Corporación. (Lea: Así es la tetania, enfermedad que paraliza vacas de alta producción)
Por eso, ambos expertos en ganado bovino de leche reiteraron en la importancia de hacer clasificación de alimentos durante la transición, para luego enfoncarse en la prevención de la mastitis que puede aparecer inmediatamente después del secado y parto, lo que obligaría al productor a usar antibióticos, si el caso es crónico. Sin embargo, la enfermedad se puede prevenir con un chequeo constante cuando inicia la lactancia e incluir un plan de vacunación contra patologías reproductivas, alternativas que harán que la producción de leche no disminuya. “El cuidado sanitario en esos momentos (finalización de secado, posparto y pico lactancia) es importante”, resaltó Aristizábal. El bienestar animal es el tercer tópico que el miembro de Cogancevalle incorporó en la transición de vaca seca a lactante. Según él, el estrés calórico desequilibra el estado metabólico de las vacas y reducen la producción de leche.Este mal se ha convertido en uno de los más visibles en predios donde el confort de las reses no juega un rol importante. Así están los ganaderos Gustavo Adolfo Santacruz, profesional en Nariño de _Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, administrado por Fedegán, explicó que en los municipios lecheros de la región, entre esos Cumbal, Túquerres y Guachucal, los productores conocen y aplican las técnicas de transición de vaca seca a lactante para mejorar la producción del lácteo. Distinto a lo que sucede en los municipios sin potencial lechero, en los que la vaca seca no ha sido valorizada en el predio y de forma empírica los ganaderos realizan el manejo animal. (Lea: Alimentos perfectos para vacas lecheras) Ernesto González Cely, profesional en Chiquinquirá en el mismo cargo, dijo que los productores con más recursos económicos y hatos más grandes llevan registro del predio y manejan de forma adecuada los tiempos de vaca seca a lactante, lo que no ocurre con los más pequeños que siguen con prácticas tradicionales.
“El ganadero pequeño, que no maneja registro indudablemente recurre a dejar descansar la vaca cuando la ve barrigona, pero en esta situación actual, a los ganaderos nos obligan a que tengamos registros del momento del servicio o inseminación para hacer secado a tiempo”, describió González Cely. Es así como el tiempo juega un papel importante en la transición de la vaca seca a lactante, puesto que si se realiza un secado antes de tiempo o pasado del periodo recomendado, la res padecerá una baja producción de leche y será vulnerable al padecimiento de ciertas patologías que cuestan dinero.