Un artículo publicado en la revista Nuestro Holando recuerda a la vaca Brookview Tony Charity, un ejemplar holstein que ostentó el título de la “increíble perfección”, pues tuvo el récord de más victorias en exposiciones en Estados Unidos.
Según The Bullvine, Charity estaba en una liga completamente propia e incluso luego de 30 años es difícil creer lo correcta que se ve. Sin embargo, la vaca ideal ha cambiado con los años. (Lea: Conozca por qué es importante conocer el puntaje de la ubre)
Con el paso del tiempo, la recordada Charity sigue siendo reconocida con el sobrenombre de la increíble perfección pero al comparar sus fotos con alguna de las mejores vacas modernas, no podría competir contra las ganadoras de estos tiempos. Así lo explicó la publicación:
«Es que se ha mejorado tanto en sistemas mamarios, especialmente en textura, la altura y ancho de ubres traseras, longitud, apertura de costilla y calidad de hueso, que incluso una vaca como lo fue se vería como “simplemente otra vaca realmente buena” (en el mejor de los casos)».
En consecuencia, el artículo advierte que el concepto de perfección en la conformación es «muy subjetivo», pues habrá una característica mejor en otro animal que en el que ha sido evaluado, como si pudiéramos encontrar una vaca «más perfecta» que la última vaca perfecta.
Pero este concepto de perfección no debe basarse únicamente en la calificación de la vaca, pues el puntaje que reciben un animal es responsabilidad de los profesionales a la hora de calificar a un ejemplar. (Reportaje: Todo lo que usted debe saber sobre el score de locomoción)
«Es un hecho que ninguna vaca ha superado los 97 puntos porque, incluso, si se ve mejor que cualquiera que otras que recibieron anteriormente el mismo puntaje, existe el riesgo de seguir subiendo cada vez más, hasta superar los 100 puntos», sostuvo el texto.
¿Para qué se califican las vacas?
La idea de calificar a las vacas se basa en comparar las características del animal (sus defectos y virtudes) con un modelo ideal de tipo (modelo que ha cambiado a lo largo de los años) y con esa descripción se puede usar esta información para dos propósitos:
1. Ayudar a los propietarios a identificar sus vacas más funcionales en conformación, las que serán más productivas durante mis lactancias.
2. Clasificar al animal rasgo por rasgo dentro de su población de contemporáneos, para usar esa información y desarrollar un plan de evaluaciones genéticas. Muchos criadores de todo el mundo sueñan con tener una vaca Excelente 97 puntos en su finca.
Pero: ¿Cuántas vacas holstein de 97 puntos tuvieron hijas que alcanzaron ese mismo puntaje? Varias de ellas han sido muy buenas madres (de esas que provienen de familias sólidas) en tanto que otras ni siquiera han estado cerca. ¿Acaso existe una vaca de 97 puntos de tercera generación?
«La respuesta es simple: la perfección no es un rasgo genético, es solo una coincidencia. Es algo que sucede ocasionalmente», apunta el artículo, explicando que esto depende de la genética. Ahora con tecnologías como la genómica y la fertilización in vitro se pueden crear más crías de donantes.
Uno de estos animales casi perfectos tendrá crías a las que transmitirá a su descendencia tanto los mejores genes como los malos, de manera que las posibilidades de tener una ternera perfecta de una madre perfecta se vuelven una en un millón. Aun así, los ganaderos esperan que así sea.
Pero además, para que esta cría «se pueda convertir en la “verdadera número uno” necesitará de otra gran dosis de suerte: deberá nacer en el lugar correcto y ser manejada por el personal adecuado, porque si no tendrá muy pocas posibilidades de ser, como máximo, algo bueno».
La clave, anota la publicación, no es pensar en obtener individuos ideales sino en multiplicar un grupo de animales que tengan el mayor porcentaje de genes deseables. Luego se trabajan con las de mayores genes deseables y se descartan las de genes equivocados: el llamado proceso de selección.
A esto hay que sumar el trabajo de algunos criadores de animales de élite, que una vez que comienzan a trabajar con ellos se desarrollan extraordinariamente y mejoran cada vez más. Estos profesionales hacen que las grandes vacas se vean fabulosas.
«Qué hacemos y qué queremos hacer con nuestras vacas es la más importante de un programa de reproducción si el objetivo es el tipo. No hay nada nuevo en esto, uno de los conceptos básicos en genética es la fórmula de que el fenotipo es igual al genotipo más los efectos ambientales», anotó
Así pues, los dos criterios principales que serán el foco de la selección genética son la eficiencia alimenticia y resistencia a las enfermedades. Ambos tienen un grave impacto económico en las granjas lecheras y cada vez más peso en los diferentes índices que se usan comúnmente en todo el mundo.
El problema es que para los dos rasgos, no hay aspectos físicos en la vaca que indique que ese animal es bueno o malo. Todo está relacionado con su metabolismo y su sistema inmune. (Lea: Conozca la condición corporal ideal en los procesos reproductivos)
¿Pagar la selección con base en la perfección sí paga?
En este punto la pregunta final sería: ¿Paga la selección por la perfección? A juicio de los autores, no paga. No hay funcionalidad adicional para un punto adicional en el tipo en aquellas vacas que ya están en la elite de la raza para conformación.
En consecuencia, el objetivo de los ganaderos no es criar una nueva generación de vacas Excelentes, sino una generación de al menos vacas Muy Buenas que produzcan más leche, más sólidos y que funcionen mejor que sus antepasados. Con suerte, alguna de estas se convertirá en una joya que podrá exhibirse en las exposiciones para ser reconocida por expertos y apetecida por otros productores.