No hay una dieta única para que una vaca produzca leche con los nutrientes y proteínas que califiquen el lácteo como un producto de calidad.
Tampoco se puede asegurar que si una res consume como mínimo 2 litros de agua producirá un litro de leche. Las proporciones de forrajes, minerales, líquido y sol que reciben las reses están sujetas a diferentes modelos productivos en cada país y a las metas trazadas del ganadero con sus ejemplares.
Según Alejandro Sheych, consultor en planificación estratégica de explotaciones lecheras de Chile, cada región elige lo más favorable para su ganado de acuerdo al contexto en el que se halle y al aprovechamiento de los animales.
Cree que es importante que el productor conozca la cantidad de comida que dará a sus animales y en qué momento para aumentar la producción de leche. El ganadero puede aprender a reconocer el momento en el que los pastos tienen más hojas y contenido nutricional para llevar a pastar a los animales.
“Si yo quiero pasar de producir 20 mil a 40 mil litros de leche en la finca debo saber si las praderas y suplementos de alimentos que tengo son los que me sirven para cumplir el propósito”, menciona Sheyche.
Estándares de calidad de la leche
No hay “receta” para la producción de leche de calidad, afirma Juan Carulla, docente titular de la Universidad Nacional de Colombia y uno de los realizadores del estudio ‘Calidad composicional de la leche en nuestros sistemas pastoriles, ¿podemos mejorar?’ (Lea: Estos son los tipos de leche que consumen los colombianos)
Aun así, el estudio de Carulla muestra patrones de comportamiento de la calidad de la leche en Colombia, basado en los estándares de la Red Internacional de Productores de Leche, IFCN (por sus siglas en inglés) sobre sólidos del lácteo, calidad microbiológica y conteo de células somáticas.
Los estándares de calidad definidos por la IFCN son 3.3 % de proteína, 4.0 % de grasa; 100 mil unidades formadoras de colonias, UFC/ml en calidad microbiológica y 400 mil/ml en Conteo de Células Somáticas, CCS. Es decir, califica el contenido nutricional y de contaminantes presentes en la leche.
Basado en las cifras de la IFCN, “el país está aún muy lejos de alcanzar esta calidad estándar”, asegura Carulla en el estudio de la leche colombiana.
El docente de la Universidad Nacional justifica en su publicación que solo el 27 % del producto está por debajo de 100 UFC/ml y las concentraciones de grasa y proteína no superan los niveles mínimos en Antioquia, Cundinamarca, Boyacá y Nariño, donde están en 3,5 y 3,05 %.
Las concentraciones de grasa y proteína se encuentra en 3,7 y 3,3 % en la región del trópico bajo.
“Alcanzar los estándares en calidad microbiología y CCS aparentemente no será difícil si se adoptan los programas y medidas pertinentes”, señala el estudio, que muestra que en los últimos años ha mejorado la calidad de la leche colombiana, al argumentar que más del 50 % de la producción del lácteo está por debajo de las 250 mil unidades formadoras de colonias de microorganismos.
Alimento ideal para el ganado
Héctor Anzola Vásquez, coordinador de investigación y desarrollo de la Federación Colombiana Ganaderos, Fedegán-FNG, explica que la dieta alimenticia de los vacunos se basa en pasto, agua, sol y sales. (Lea: Leguminosas nativas "no son malezas son buenazas" para bovinos)
Los vacunos requieren de gramíneas y leguminosas por el valor nutritivo de los pastos. Ambos se encuentran en Colombia y proporcionan energía, vitaminas, minerales y proteínas.
Si se mide en valor nutricional, las leguminosas son más ricas en minerales y proteínas y las gramíneas en energía. Las vitaminas son iguales en ambos pastos, mientras que las gramíneas proporcionan más energía.
Colombia cuenta con leguminosas nativas que, según Anzola, se deberían aprovechar más. El maní forrajero, la araquis y estilosanthes son algunas de ellas.
Los minerales también se encuentran en las sales y son parte de los alimentos que no se pueden excluir de la dieta vacuna. Ismael Zúñiga, subgerente de salud y bienestar animal de Fedegán-FNG, afirma que ellas son responsables del crecimiento y desarrollo de animales fuertes capaces de producir leche.
Calidad y cantidad
El informe de calidad de la leche de la Universidad Nacional de Colombia explica que “la alimentación de la vaca en nuestros sistemas de producción en pastoreo consiste principalmente de pastura y concentrado o suplemento comercial. El consumo de cada uno de estos componentes determina en gran medida el consumo de nutrientes que está estrechamente asociado a la producción de leche y en menor grado a su composición”.
De esta forma, la cantidad y calidad de comida que recibe una res está relacionada más con los volúmenes de leche producidos que con el contenido nutricional del producto.
“A mayores consumos, los volúmenes de leche serán mayores”, dice.
El estudio de Carulla recalca en el efecto positivo de la promoción del consumo de forrajes para aumentar la producción de leche, pero no es aún claro si cuando las vacas comen más pastos la concentraciones de grasa y proteínas aumentan, debido a que investigaciones hechas por diferentes expertos muestran variables en los resultados.
“Mientras algunos autores reportan aumentos en las concentraciones de proteína con un aumento en el consumo de forraje o concentrado otros no han encontrado dicho efecto. Nosotros hemos encontrado efectos positivos al aumentar la oferta en la mayoría de nuestros estudios pero no en todos, probablemente debido a que se requieren cambios importantes en la oferta para lograr estos cambios”, señala el estudio de la Universidad Nacional de Colombia.
Vacas hidratadas producen más leche
El agua fresca para las vacas causa el mismo efecto que en los humanos. Se sacian y calman la sed. La cantidad que necesitan consumir se asocia con las proporciones de materia seca que hayan comido, a su tamaño y zona de localización. En regiones secan sienten más necesidad de beberla. (Lea: Vitaminas y minerales, esenciales en la producción láctea de un hato)
Mariano Restrepo, miembro de la Cámara Gremial de la Leche y presidente de la Federación de Lecheros de Antioquia, Fedelá, dice que el 88 % del lácteo está compuesto por agua.
En la zona del norte de Antioquia, manifiesta, zona “calurosa”, una vaca de 600 kilos consume 150 litros de agua. “Partimos del requerimiento de agua de acuerdo al tamo del animal y se considera la abundancia y la calidad para determinar la cantidad de leche a producir”, resalta.
Al igual menciona que las vacas lecheras son perezosas y los ganaderos como estrategia facilitan el acceso al agua al ubicarla cerca de las reses. De lo contrario, “se quedan en pastoreo”.
Es así como las vacas requieren agua, forrajes, sales y sol para llevar una vida saludable que las conduzca a producir los litros de leche que el ganadero necesita, y con los nutrientes y proteínas que la Red Internacional de Productores de Leche considera esenciales para tener un producto de calidad.