Las labores en los llanos colombianos dejaron de ser exclusivas del género masculino. Varias mujeres han mostrado el carácter necesario para desarrollarlas, incluso ya hay mundiales en donde les miden su habilidad a la hora de montar a caballo y demuestran su destreza a la hora de ejecutar trabajos que durante generaciones fueron hechos exclusivamente por hombres. La Asociación Colombiana de Vaquería define a esta práctica como un sentimiento campesino, representado en el único evento cultural y folcórico hecho deporte. Es decir, aprovecharon las labores de llano que durante décadas fueron adelantadas por los hombres de la región y concibieron la idea de convertirlo una práctica cada vez más popular en la Orinoquía colombiana. (Lea: Ganaderos estrenan manga de vaquería en Puerto Berrío) Sin embargo, desde hace 9 años, este trabajo típico de la altillanura dejó de ser asunto solo de hombres. Las mujeres vieron que tenían madera para demostrar que su feminidad y delicadeza no se perdían si montaban a pelo el caballo, lo dominaban y superaban una serie de obstáculos. Nidia Henao, una llanera de 46 años, diseñadora de modas, madre 5 hijos y quien desde hace 6 años está dedicada a la vaquería en competencias, señaló que es necesario tener coraje, decisión y verraquera, para ser vaquera, ya que a su juicio montar un caballo es una habilidad que desarrolla cualquiera. “Correr a caballo a la velocidad que va el animal y hacer los giros no es algo que pueda hacer todo el mundo. Incluso es necesario ser osado para realizar esta clase de prácticas”, afirmó. (Lea: Con títeres enseñan a niños las costumbres del llanero casanareño) En ese mismo sentido opinó Sandra Cáceres, una mujer de 24 años, estudiante de licenciatura en producción agropecuaria, quien combina su pasión por los caballos con el estudio y su rol de madre. Para ella la verraquera es clave para desarrollar esta actividad, ya que es necesario tener temple para subirse a la bestia, manejarla y desarrollar a cabalidad las diversas pruebas, a pesar de su exigencia. Además de esas virtudes que deben tener las vaqueras, hay otro obstáculo que se presenta en el camino: el machismo. Según Nidia Henao, en el Llano desde hace mucho tiempo, la mujer ha hecho esa faena, por ejemplo montar a caballo, arrear el ganado, llevar lotes. “Esas actividades las ha hecho desde hace mucho tiempo, pero nunca le habían dado la importancia de la participación de la mujer en la vaquería, como se les da en estas competencias”, precisó. Herencia familiar El gusto por los caballos y la vaquería no es algo que se aprenda. Eso viene en el ADN, se nace y se hereda ese amor por los cuadrúpedos. La ventaja de las mujeres vaqueras es que desde niñas han tenido un contacto permanente con estas especies. (Lea: Alístese para disfrutar el festival de vaquería en La Dorada) “Siempre hubo una relación muy cercana gracias a mi papá en los trabajos de llano. Nosotros éramos los que lo acompañábamos, eso hizo que nos apasionáramos cada vez más. Mi hermano es coleador y yo soy vaquera”, expuso Cáceres. Mientras que Henao desde niña siempre tuvo contacto con los caballos, su familia es del campo, por lo que la química con la vaquería simplemente se dio de forma natural. Pruebas Lazo: consiste en enfretar a un toro que está en un brete, este es abierto y las vaqueras van detrás de él con una madrina o acompañante, deben ir a toda velocidad, enlazarlo y acostarlo. Hay 3 tipos de enlazado: el lazo limpio, en los cachos y lazo encuartado que es en la parte del cuello y una pata. Prueba de barriles: hay 3 barriles en línea, las vaqueras deben ir en el caballo haciendo la forma de un 8 y rematar. (Lea: Casanare le apunta a conservar todos los cantos de llano y vaquería) Varas: se ubican 7 varas en línea y el caballo debe entrar en zigzag, girar y devolverse para luego rematar, Rescate del indio: una persona que hace de indio se hace al pie de un barril, las vaqueras parten desde la mitad de la manga a toda velocidad el caballo, giran en un barril y en ese momento el indio tiene que montarse desde el suelo en el caballo. Relación con el caballo El animal es parte fundamental de la vaquería. Es neceasrio conocerlo perfectamente, ya que no todos tiene el mismo viraje a la hora de coger una curva o tienen diversas formas para frenar, por lo que es clave el entramiento. “Se entrena mucho con ellos para acoplarse al animal, conocer su temperamento, cómo manejarlo. Hay caballos que trabajan con rienda abierta, otros con rienda cerrada, entonces son diferentes formas de manejo”, destacó Nidia Henao. (Lea: Festival Nacional de Vaquería "La Chipa de Oro") Estas mujeres han sabido ganarse a pulso su espacio y hoy en día se les mira de otra forma.