La sede anexa de la Universidad Nacional sede Bogotá, se creó en la década del 60 con un solo propósito: acercar la ruralidad a los estudiantes de carreras ligadas con el agro. Su modelo es motivo de orgullo para el alma mater, ya que sus actividades agrícolas y pecuarias la volvieron autosostenible. La Universidad Nacional de Colombia es una de las instituciones académicas más reconocidas e importantes del país. En su campus se han formado miles de profesionales en diversas áreas del conocimiento, en las que no se ha quedado por fuera el sector agropecuario. Medicina veterinaria, zootecnia e ingeniería agronómica, son las carreras a las que pueden aspirar los jóvenes interesados. (INFORME: Conozca el panorama de las carreras agropecuarias en Colombia) En aras de mejorar el proceso formativo de quienes se preparaban para enfrentar los retos de la ruralidad, la universidad dio apertura en 1966 al Centro de Investigaciones Agropecuarias Marengo, CAM. El proyecto se encuentra ubicado en el municipio de Mosquera (Cundinamarca), cuenta con un área de 94 hectáreas e inicialmente fue concebido como una finca. Pero en 1995, Marengo dio un cambio radical. Se convirtió en un lugar en el que se debía vincular los estudiantes de pregrado para que vieran cómo en la práctica todo lo que aprendían en las aulas de clase. En ese proceso tuvo mucho que ver Jorge Zambrano Varón, quien desde ese momento y hasta ahora ha estado al frente de la que antes fuera una finca. En el campus anexo se vienen adelantando muchas iniciativas en temas bovinos, porcinos, avícolas, ovinos, abejas, cosecha y ambientales. Eso ha permitido que, desde la llegada de Zambrano Varón, este espacio académico sea autosostenible, permitiéndole a la Universidad Nacional utilizar sus recursos para otro tipo de proyectos. (Lea: Con 6 centros de educación rural buscan desarrollo del campo) Para el director de Marengo, lo más importante del predio es que les permite a los estudiantes ser partícipes de un proyecto productivo y fortalecer la relación con el campo, “debido a que muchos alumnos son citadinos y solo hasta que vienen comprenden lo que ocurre en las producciones agropecuarias”. Bovinos La producción ganadera de Marengo está fundamentada en la producción de leche. En momentos climáticos normales, las 60 vacas que allí residen producen en promedio entre 25 y 30 litros. Pero ante las condiciones actuales, en las que el fenómeno de El Niño no ha cedido, cada res entrega un volumen cercano a los 18 litros. El lácteo es vendido a una de las empresas que acopia en la región, lo que permite el autosostenimiento del predio. (Lea: Producción cerrada, alternativa para ser rentable en la finca) No obstante, uno de sus valores agregados en la producción cerrada, eso ha permitido “prevenir enfermedades como la mastitis, tener una excelente calidad de leche y adelantar un adecuado sistema de cría y levante de acuerdo a las condiciones de trópico alto”, apuntó Jorge Zambrano Varón. Avícolas Esta unidad trabajaba inicialmente bajo el modelo tradicional: pollitas y gallinas en galpones. Sin embargo, actualmente le están apostando a lo que denominaron ‘la gallina feliz’. Un sistema que no encierra las aves, al contrario, están pastoreando y se alimentan de lo que encuentran en ese espacio. (Lea: 'La gallina feliz' produce huevos de calidad y más económicos) Ovinos Es uno de los modelos que más interés viene generando en todo Marengo. Durante muchos años, según contó el director, vivieron 20 ovejas con las que practicaban los estudiantes. Pero gracias a una inversión económica por parte de una universidad de Bélgica, se empezó a trabajar de forma intensiva con estas especies. Actualmente, hay cerca de 400 animales, los cuales son constantemente usados para estudios y análisis tanto de estudiantes de pregrado como de posgrado. La intención es desarrollar próximamente una actividad académica de gran convocatoria. (Lea: Industria ovina en Colombia recibirá recursos por $1.100 millones) Porcinos y abejas En materia de cerdos, el predio tiene una cría y levante de estas especies. Mientras que la apicultura es una de las actividades que más llama la atención. Gracias a ella se adelantan varios cursos y hay una permanente venta de los productos. Lo que viene En este 2016, Marengo cumple 60 años de existencia, razón por la que -desde su cabeza-, Jorge Zambrano Varón y el cuerpo docente que lo acompaña en las diversas áreas productivas, vienen buscando la forma de reconvertir el lugar y llevarlo a que trabaje de acuerdo a las actuales condiciones que exige la agricultura moderna. Es decir, generar mayor impacto dentro de la comunidad académica, obtener recursos provengan de la universidad y externos, para lograr algo más amable con el medio ambiente; sin dejar a un lado la visión agropecuaria que tiene. “Este sistema lo debería conocer el país debido a que es un proyecto replicable en muchas partes de Colombia. No solo por su productividad y autosuficiencia, sino porque no presenta inconvenientes de salud animal, se trabaja constantemente en la prevención e inocuidad y tiene presente la bioseguridad”, reveló. (Lea: 5 razones por las que los jóvenes deben estudiar carreras agropecuarias) Algunos datos de Marengo -Tiene una clínica de reproducción en la que los estudiantes de las carreras a fin hacen las respectivas rotaciones. Trabaja los 365 días del año. -Hay una casa que permite que allí vivan hasta 25 personas. -Hasta sus instalaciones llegan alrededor de 30 docentes con sus estudiantes, por lo que la rotación de personal es muy alta durante todo el año. -Las diversas unidades productivas son las que sostienen el funcionamiento del campus, por lo que es un modelo que podría replicarse en otras universidades. (Lea: El campo necesita más veterinarios y zootecnistas, según Acovez) -Frecuentemente, estudiantes de otras universidades e incluso de colegios visitan la explotación. -Hay un punto de venta en el que se pueden adquirir los productos que se extraen del predio.