Todo ganadero debe poner toda su atención y empeño en los cuatro aspectos fundamentales que deben ser la meta para todo ganadero alcanzar.
• La empresarización, la formalización de su negocio.
• La productividad y competitividad.
• La responsabilidad ambiental, sustentabilidad y sostenibilidad.
• La responsabilidad ciudadana y social, la gremialidad.
Pero, antes de comenzar a ahondar en cada uno de estos puntos, es imprescindible que el productor tenga en cuenta que debe haber un cambio de conciencia radical hacia lo que sí es posible de realizarse. El papel del ganadero en la reconversión de la actividad es fundamental. (Columna: Empresarización ganadera, tarea pendiente)
En el caso del Magdalena Medio, los ganaderos tienen unas características generales que los permiten clasificar en grupos más homogéneos que en muchas de las otras regiones del país e independientemente del área y el número de animales que posee, puede aplicarse para la gran mayoría lo siguiente: sin obviar la responsabilidad que el país y las instituciones tienen con el sector rural y nunca dejando a un lado el hecho de que la ganadería necesita urgentemente mayores garantías, el ganadero debe tener presente que una gran parte del cambio tiene que comenzar desde su predio hacia afuera.
Es muy fácil, el cambio en la empresa ganadera, desde adentro hacia afuera, genera un gran impacto en la actividad a nivel general, esto es irrefutable. La suma de mejoras en los indicadores productivos convierte a una región en referente social y económico para el país. El proceso parte, como ya se mencionó, de implementar Buenas Prácticas en la producción. Y para comenzar a implementarlas se parte de aceptar que se requiere constantemente acceder a asistencia técnica, capacitación, recursos y asociatividad.
En estos temas, el sector agropecuario del país está en deuda. Se considera que solo alrededor del 15 al 20 % de los productores acceden a asistencia técnica; que entre el 55 al 60 % de los propietarios y trabajadores rurales solo llegan a tener primaria básica; que solo entre el 15 al 17 % demandan créditos y que ni siquiera el 30 % de los productores se encuentran asociados. En la región, si bien los parámetros son un poco mejores, no se alejan mucho de los promedios nacionales. (Lea: 7 preguntas claves para manejar una empresa ganadera)
Se puede cambiar la concepción acerca de la asistencia técnica entendiendo que, tomando en cuenta las posibilidades particulares de cada ganadero, todos pueden y tienen la necesidad de contar con un asistente técnico, al menos, una vez al mes. No se trata de tener un profesional de planta si no se cuenta aún con los recursos económicos para mantenerlo de forma permanente; pero, por ejemplo, un grupo de ganaderos puede acceder a asistencia técnica en forma asociativa por medio de cualquiera de los programas que permanentemente ofrecen las entidades gubernamentales o solicitándola directamente a entidades municipales o departamentales o agrupándose para contar con ella por iniciativa propia. Lo que sí es garantía es que la asistencia técnica abre las puertas a la modernidad ganadera.
Es posible cambiar, también, la concepción acerca de la calificación del productor ganadero y del trabajador agropecuario. Hoy en día, con las facilidades en las comunicaciones, con la tecnología existente y con el conocimiento disponible, el ganadero puede capacitarse y certificarse en todos los temas relacionados con el mejoramiento productivo, desde los temas más básicos hasta los más avanzados.
Entidades como el SENA, por citar un ejemplo, puede certificar las competencias de los productores y de los empleados de las fincas ganaderas. Muchas otras posibilidades están en los cursos, conferencias, días de campo, entre otras; que los gremios ofrecen en todo momento. Y la lista de ofertas de capacitación es larga. (Lea: Estos son los costos ocultos de la empresa ganadera)
De la misma manera, de la mano de la asistencia técnica y del conocimiento, el ganadero puede acceder a solicitar los recursos económicos que necesita para desarrollar los proyectos que le permitan la implementación de las Buenas Prácticas y ser más productivo.
El crédito agropecuario es una oportunidad para el ganadero que tiene claro para donde va, que es visionario y trabajador; es la posibilidad de poder tener la finca que sueña y, además, es el inicio de todo un gran proyecto de vida. Por ejemplo, el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), tiene recursos para el mes de junio disponibles para medianos productores hasta por $35 000 millones.
Por último, el ganadero debe pasar del individualismo a la asociatividad efectiva. Tal vez, este es uno de los temas más complejos. Cambiar la concepción que existe sobre los procesos asociativos implica que tenga una apertura mental muy grande; exige del ganadero un esfuerzo superior al de simplemente participar de un grupo, exige que participe activamente como equipo. Pero, lo que sí es real es que es más fácil conseguir acompañamiento de cualquier estamento privado o público si se pertenece a un grupo. Lo que sí es real es que se tiene mayor injerencia en las políticas públicas si se es grupo. Lo que sí es real es que se pueden tener mayores garantías comerciales si se hace por medio de un grupo constituido. La verdad es que nunca cambiará el que la unión hace la fuerza.
Para redondear, el ganadero que quiere ser mejor tiene que tomar la decisión de serio. Es cuestión de comenzar a darle un vuelco a la manera en que piensa como deben ser las cosas y actuar coherentemente con la responsabilidad que tiene consigo mismo, con su familia y con su entorno. Es no esperar a que las cosas mejoren solo desde afuera y empezar a generar el cambio desde adentro de su predio. Es aceptar que tiene a la mano la posibilidad de producir eficientemente, de ser exitoso económicamente y de aportar socialmente a su región y al país.
Por: Luis Javier Saldarriaga Londoño, para el Comité de Regional de Ganaderos de Puerto Berrío (Coregán).