La vivienda de interés social rural se ha convertido en el eje que busca darle un techo a la población más necesitada del territorio nacional. Una idea que puede alcanzar niveles de cobertura insospechados si el trabajo mancomunado de gobierno, gremios y autoridades locales logra engranar de la mejor manera.
El Banco Agrario anunció recientemente que más de 1.000 familias en el Catatumbo estrenarán casa. Esta noticia muestra que en diferentes rincones del país viene caminando el programa de vivienda rural que tiene el firme propósito de mejorar la calidad de vida de campesinos, resguardos indígenas, comunidades afrodescendientes y raizales en Colombia. Por eso, CONtexto Ganadero habló con Juan Carlos Ortega, gerente de Vivienda Rural del Banco Agrario de Colombia, para conocer más a fondo sobre el desarrollo y las proyecciones de este programa.
CONtexto Ganadero: ¿Cómo se encuentra actualmente el programa de la vivienda social Rural en el país?
Juan Carlos Ortega: El programa se encuentra, sin lugar a dudas, en la mejor de las etapas de toda su vida. Por lo menos desde que nació el Banco Agrario de Colombia. Hemos logrado aumentar de manera sustancial los recursos que tenía el Ministerio de Agricultura en los últimos 4 años. Pasamos de $11 mil millones en 2009 a $280 mil millones para 2014.
Es un aumento sin precedentes. Algo que para cualquier sector es sumamente importante. Pero esto es resultado de una gestión que viene desde el ministro anterior y por otro lado, gracias a resultados ya evidentes en entregas de vivienda que han sido efectivas en estos 2 años. Es el mejor de los estados y es evidente la presencia de la vivienda rural en varias regiones del país y poco a poco nos hemos ido ganando la confianza de todos en el país.
(CG): ¿Cuáles son las metas que se tienen en el programa?
JCO: Nuestro propósito es al final de este cuatrenio (2010-2014) tener adjudicadas 100 mil viviendas rurales. De esas, esperamos tener entregadas 70 mil viviendas al final del periodo y las demás tenerlas contratadas, o en ejecución completamente.
Tenemos grandes ventajas frente a los proyectos urbanos y es que acá no se adjudican subsidios que van y buscan una oferta de vivienda, sino que aquí cada subsidio se adjudica con un proyecto. Tenemos también desventajas, en especial por los índices de siniestralidad que son muy altos, y eso nos complica un poco para el tema de las pólizas. Pero de igual forma, seguimos adelante.
(CG): ¿Qué considera debe ser lo fundamental al desarrollar este tipo de políticas que benefician a tanta gente en el país?
JCO: Para que un proyecto de esta magnitud sea exitoso, debe contar con la presencia explícita de todos los niveles de dirección del Gobierno Nacional. Es indispensable que esté presente el Gobierno regional y que ellos lideren, además de tener el apoyo directo de los Alcaldes. Además, existe un elemento esencial que es la articulación que tenga el Gobierno Nacional con las autoridades regionales, sobre todo para los temas de financiación y en algunos casos para los temas de formulación.
Otro tema importante es el apoyo de los gremios, por ejemplo en la ejecución de algunos proyectos. Tenemos ya gremios del sector rural comprometidos con nosotros: Fedepanela, Fedetabaco, Fedepalma, los comités de cafeteros y, por otra parte, ya hemos tendido puentes con las asociaciones bananeras. Es decir, los gremios han empezado a ser un actor importante junto a las entes territoriales. Acá la articulación es la clave, todos llegan a ser fundamentales en algún momento del proceso y como dicen por ahí: “todos ponemos, todos sumamos”. (Lea: Banco Agrario pide impulsar vivienda rural en todos los departamentos)
(CG): ¿Cómo articular el trabajo de las instituciones que intervienen en estos proyectos para conseguir los resultados que buscan?
JCO: Lo hemos venido articulando y en este momento nos encontramos en un plan de socialización de experiencias que ya tenemos con Gobernaciones que muestran resultados contundentes.
Por ejemplo, la articulación Fedepanela-Gobernación de Cundinamarca-Banagrario-Ministerio de Agricultura ha hecho que hoy el gobernador lidere el proyecto de vivienda rural y en ese momento, a más de un mes de cerrarse la convocatoria, estaban inscritos más de 70 municipios de los 127 que tiene el departamento y ellos le están apostando a la totalidad. Lo que muestra que allí hay un juego en el cual se le apuesta al apoyo mutuo y la idea es que nosotros tengamos una relación completa con la gobernación durante el proceso de formulación. Ellos hacen toda la formulación técnica, nosotros les damos toda la orientación y la gobernación, a su vez, lo socializa entre los municipios, luego estos seleccionan la gente y entre todos preparan el paquete de propuestas al Banco Agrario y acá orientamos el proceso para llevarlo a buen término.
Con esto lograremos que todo se convierta en una llave permanente de presentación de proyectos en todas las convocatorias. Este modelo, sin duda, ha dado unos resultados excelentes y si lo seguimos replicando en otras regiones, nos va a dar unos réditos impresionantes.
(CG): Con este tipo de proyectos ustedes buscan que se incremente la productividad, ¿qué estrategias utilizan para ello?
JCO: Hay una política clara por parte del Ministerio de Agricultura en este sentido y es que acá la prioridad es que exista tierra, vivienda y producción. Desde ese punto de vista, lo primero que estamos es trabajando en una modalidad de acceso que llamamos proyectos estratégicos que desarrollamos con entidades del orden nacional, donde tenemos a Incoder, a la Oficina de Restitución de Tierras, al Ministerio de Defensa, a la Unidad de Víctimas y a los beneficiarios de estos organismos se les incorpora o matricula en un proyecto de desarrollo productivo y le damos además la vivienda.
No concebimos la vivienda como un elemento aislado de todo el desarrollo productivo. Esto debe estar ligado a toda la política de desarrollo rural del Gobierno y es lo que estamos intentando hacer con todos los proyectos presentados. Y existe una clara intención por parte del Ministerio de Agricultura de darle prioridad a los proyectos que liguen la tierra, la producción y la vivienda; y allí además pueden entrar a operar los gremios.
(CG): ¿Existe un plan para lograr llegar a todos los rincones del país?
JCO: Nuestra estrategia de desarrollo está enfocada en la orientación que le damos a los gobernadores para que conozcan de primera mano los beneficios de este programa, para esto, nos reunimos con ellos esporádicamente y les exponemos las oportunidades que tiene su región para acceder a vivienda rural.
De ahí en adelante nos apoyamos principalmente en la información que nos puedan brindar las Gobernaciones y Alcaldías que son un eje vital en el proyecto de vivienda rural, pues estas entidades hacen parte del día a día en sus departamento y conocen las necesidades de los pobladores, acompañan todo el proceso de formulación de las iniciativas que luego llegan a nuestro despacho. A partir de esto, nos reunimos con los gobernadores. Nos apoyamos en ellos para ir extendiendo nuestros brazos por todo el país, es la forma más efectiva y confiable de llegar a zonas apartadas y con este tipo de necesidades. (Lea: Convocatoria para subsidios de vivienda rural, va hasta agosto)
(CG): ¿Qué condiciones existen para quienes están interesados en acceder a los beneficios del programa?
JCO: Como sabemos, este es un programa enfocado a la población rural más vulnerable. Por eso, queremos llegar primordialmente a los campesinos y productores de nuestro país que realmente necesiten acceder a una vivienda. Lo primero es que a través de la documentación, donde esté certificada la afiliación al régimen subsidiado de salud, partiendo de esto, trabajamos de manera articulada con las gobernaciones y alcaldía para saber en qué poblaciones se requieren proyectos de vivienda.
Tras la aprobación, se seleccionan los pobladores beneficiados, se definen tiempos de inicio y entrega de las obras y al final se entrega una unidad de vivienda en la cual tratamos de tener todas las necesidades básicas cubiertas, para que se convierta en un valor agregado visible y una mejora considerable en la calidad de vida de nuestros pobladores rurales.