La producción de leche ha sido un propósito “a medias” en la ganadería de la región Caribe. Es así, cuando en la mayoría de nuestros hatos impusimos un sistema, original, único, desconocido en otras regiones del mundo, con el que pretendemos tomar parte de la leche que la vaca produce para su cría. Impusimos una sociedad de hecho con la cría, generalmente de perdedores pues, en la mayoría, el volumen de leche producido por la vaca es insuficiente para ambos. Tres perdedores: una miserable cría desarrollándose hambrienta para un socio que a duras penas le alcanza lo que logra con la venta de esa leche (robada al ternero) para pagar nomina y una vaca que se consume en un esfuerzo que no le es retribuido. Una ganadería generadora de pobreza, decepción, frustración que aplastan la ilusión y la esperanza. Podría extenderme en el tema, pero creo mas útil dar vuelta a la página e intentar aportar para construir una ganadería prospera, generadora de riquezas. Lo cual es nuestra razón de ser. (Lea: El plus para alcanzar una exitosa cría de animales de leche y doble propósito) Tenemos muchas condiciones: las tierras, los animales, el medio ambiente, la ubicación; nos faltan otras tantas: compromiso de Estado, infraestructura, mercadeo, seguridad, conciencia y la más determinante de todas, nos falta la Fe, creer en lo que somos capaces de hacer. El facilismo que regala el trópico, permite un habitante laxo, ligero, informal, amante de la comodidad, muy diferente de quien habita en las regiones no tropicales, forjado en la dificultad, en la lucha diaria contra las circunstancias. El mundo abierto de hoy facilita a este último ciudadano de regiones difíciles, mirar con serio interés hacia el trópico y ya actúan, ya se establecen en nuestro país avanzadas de empresas y ganaderos del otro mundo, planeando montar las lecherías que muchos experimentados ganaderos locales piensan no es posible establecer. Ellos tiene la certeza de que aquí podrán construir, con menores dificultades que en sus tierras, la lechería que ellos conocen y que saben el mundo necesita. (Lea: La fórmula para que la lechería colombiana sea una economía rentable) En nuestro medio crecen los lamentos, las expresiones de pesimistas “la ganadería se viene de pique”, “la ganadería no es negocio”, “definitivamente cualquier negocio es mejor que la ganadería”. Y del pesimismo se pasa a acciones apresuradas, sin criterio, irresponsables, como al de vender las vacas, muchas de ellas para sacrificio. Las consecuencias de reducción de vientres serán lamentables. No se necesita ser sabio, ni experto en “Astroarqueolotecnociencia” para saber que la población mundial esta disparada y que los requerimientos nutricionales de la humanidad se multiplicaran. La leche, a pesar de causar flatulencia, ser un alimento con precios políticos y todos los lastres que le quieran enganchar, es un jugador fundamental en el mercado. Deja el pesimismo, la apatía y el orgullo. Te quejas, no haces nada y no reconoces que tu gestión ganadera ha sido equivocada. No puedes quejarte de algo que no haz mejorado, ni puedes auto calificarte de experto en algo que ha fracasado y de lo que tu mismo quieres escapar. Acéptalo y toma acción: las vacas no tienen la culpa de que sus manejadores, los encargados de hacerlas producir, no hayamos sido capaces de hacerlo correctamente. Si actuamos en Ganagricultura, entendemos que la vaca es una transformadora de los alimentos que nosotros tenemos la obligación de suministrarle. Si asumimos con la responsabilidad requerida para la buena crianza animal. Si entendemos la necesidad y lo rentable que es la capacitación, la formación, la dignificación del hombre como factor productivo, facilitamos medios y exigimos resultados, podemos caminar hacia la ganadería generadora de abundancia y riquezas. Estamos sentados sobre el baúl de las riquezas, bloqueando su tapa, ahogados en la pasividad, el pesimismo y los lamentos, pero negándonos a “bajarnos de la nube” que mantiene elevado nuestro ego ganadero. Realmente todos somos expertos (fuimos pertos) en el fracaso ganadero. Haremos parte de la exitosa ganadería del trópico bajo, solo si desde nuestra mente empezamos a construirla y actuamos con los radicales cambios que debemos implementar. Si no somos capaces, otros vendrán a hacerlo por nosotros. Certificando la veracidad de estos argumentos, tenemos las vivencias de numerosos ganaderos que crecen, que están ganando dinero, superando muchas dificultades, ejercen Lechería Tropical. (Lea: 5 razones para asistir al Foro Internacional de la Leche) Hacen Doble Ordeño sin ternero, superan los diez litros vaca/dia, mantienen días abiertos cerca a los 100, realizan crianza artificial, destetan sobre 100 kilos a los cuatro meses, crían animales que lograran adultez productiva a los dos años, inseminan o utilizan pocos pero valiosos toros en monta controlada, realizan el ordeño en puestos de ordeño, manual o, mejor algunos, con equipos de ordeño. Enfrían la leche y algunos la transforman dando valor agregado. El ejercicio “completo y decidido” de la Lechería Tropical es la mejor alternativa para el Trópico bajo colombiano. Si lo piensas te darás cuenta que también lo puedes hacer. Lo tienes todo. Solo te falta tomar acción con Fe, creer y hacer creer. No pruebes, no explores, no inventes, no improvises, no hagas nada “a medias”, toma conciencia, ve por el éxito. Ya eso está inventado, no te compliques. Hazlo. Publicado por: Luis Guillermo Fuentes. Notas ganaderas. Nota virtual N°. 33. Tomado: http://jairoserrano.com/2013/06/la-lecheria-en-el-tropico-bajo-un-negocio-con-futuro/