La fiebre aftosa, una de las más temibles enfermedades que ataca a los bovinos, es la invitada a la entrevista de la semana en CONtexto ganadero, por las implicaciones económicas y sanitarias que tiene en cualquier país que reporte un brote de la patología.
Expertos en ganadería bovina hablan sobre la intrusa enfermedad que visitó a Colombia en 1985 y 1986, con un brote que se extendió por varias zonas del país y que aún no ha sido borrado de los recuerdos “dramáticos” de quienes la tuvieron que padecer.
Carlos Enrique Stiefken Hollmann, miembro de la junta directiva de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y Miguel Gutiérrez, presidente de la Asociación de Criadores de Toros de lidia de Colombia, Astolco y miembro del Comité Sanitario, describen lo que vivió el país en esos años y alertan sobre los perjuicios que ocasionaría tener de vuelta la enfermedad. (Lea: 3.276 vacunadores se alista para II Ciclo contra aftosa y brucelosis)
El llamado se hace porque en Inglaterra y Paraguay hubo reinfección de aftosa hace varios años, pese a que ambos países tenían el aval como libres de la patología por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE.
Ante esto, los expertos en sanidad animal invitan a productores a continuar con la inmunización de sus reses en los 2 Ciclos de Vacunación contra la Fiebre Aftosa que cada año ejecutan el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA; Fedegán y el Fondo Nacional del Ganado, FNG.(Lea:7 datos que debe saber sobre el Ciclo de Vacunación contra Aftosa)
El segundo periodo de inmunización oficial de ganado bovino comenzará el 27 de octubre y se extenderá hasta el 10 de diciembre de 2014 en Colombia, que obstenta la certificación de país libre de fiebre aftosa con vacunación desde 2009.
Foto: Tomada de www.veterinaria.org
CONtexto ganadero (CG) ¿Por qué los ganaderos colombianos no pueden dejar de vacunar cada año contra la aftosa?
Carlos Enrique Stiefken Hollmann (CS): Gracias a las campañas que ha promulgado Fedegán, no hemos vuelto a tener brotes de aftosa en este país, pero hay que recordar, los que vivimos los diferentes brotes, lo que fue la enfermedad en la Sabana.
La gente joven, ahora los profesionales y ganaderos, no han visto la consecuencia de la aftosa en una finca, porque no la tenemos hace 20 años.
Basta con recordar que los brotes más graves con virus A Sabana, así se denominó la cepa, fueron en los años 85 y 86 en Colombia.
Cuando llegaba la aftosa a un hato en la Sabana de Bogotá, que me tocó presenciar, era ver el 30 o 40 % de las vacas con la lengua por fuera por varios días porque el epitelio de la lengua se caía por las necropsias y no podían comer.
Otro porcentaje con destrucción del epitelio de pezones con ampollas y no se podían ordeñar. Otras, en un porcentaje menor, con cojeras.
Lo más dramático eran los pezones y la lengua ampollada. Eso significó que en el hato donde se presentó la aftosa durante 15 días no se producía leche, hubo mortandad, abortos y pérdida de ubres por la mastitis. Las vacas que sufrían la enfermedad y se mejoraban quedaban con secuelas cardiacas. El virus no tiene tratamiento, y lo que se hacía era combatir los síntomas secundarios.
Era una visión dramática la de un hato infectado. Eso solo está en la mente de quienes trabajamos en esa época, y hay que mantener ese recuerdo, prevenir y advertir a la gente joven que la aftosa no solo representa dificultad para la exportación de productos colombianos, sino consecuencias gravísimas en el hato infectado. (Lea:¿Qué necesita un país para ser potencia en exportación de carne?)
La infección no solo repercutió en fincas de la Sabana, se transmitió con mayor o menor incidencia en otras partes de Colombia, sobre todo donde había explotación intensiva. Era terrible la visión. Caótica.
La gente es consciente de la vacunación, pero queremos recordar a quienes no han visto un caso de aftosa, el drama de lo que significó la enfermedad.
CG: ¿Cómo se propaga el virus?
CS: El virus es de una transmisión fácil, va inclusive por el aire para poner una comparación con la gripe humana, pero con morbilidad mayor. Si entraba a un hato, se enfermaban todas las vacas, se salvaría la que tuviera alguna inmunidad.
Gracias a los programas que Fedegán instituyó desde el año 96 en vacunación zonal periódica, de manera sistemática y con cobertura del 90 % del país, los animales quedan completamente defendidos. Pero eso no quiere decir que no pueda volver a llegar el problema de aftosa desde la frontera con Venezuela, país donde no se hace nada, así se haga algo en la frontera. Estamos expuestos.
CG: Fedegán logró que Colombia fuera certificado como país libre de aftosa con vacunación por la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, ¿Cómo fue ese proceso de alcanzar el aval internacional?
Miguel Gutiérrez (MG): Como todas las certificaciones internaciones, para acceder ante la OIE a este proceso, hay que tener unas directrices y cumplirlas como lo hizo el país en cabeza del ICA, entidad responsable de la sanidad, y gracias a la ayuda de Fedegán. (Lea: Venezuela firma acuerdo para controlar fiebre aftosa)
En un momento se logró la cobertura de regiones libres sin vacunación y del país libre con vacunación, y gracia a ese agresivo y eficiente programa que logró desarrollar Fedegán, el ICA pudo presentar en su momento las pruebas del cumplimiento de lo que dice la legislación para tener esa libertad.
Este es un proceso que ha llevado muchos años, ya casi 10. Y tardamos 5 años para tener la certificación.
Foto: www.veterinaria.org
CG: ¿Qué advertencia comparten con los ganaderos de Colombia sobre las consecuencias de volver a tener un brote de fiebre aftosa en el país?
MG: En cuanto a síntomas y al impacto de la enfermedad, creemos en el Comité Sanitario que no podemos dejar de olvidar a nuestros ganaderos de la gravedad de la enfermedad. Tenemos un riesgo grandísimo en la frontera con Venezuela y hay riesgo allí por el comercio clandestino infinito de animales.
Poner alerta a los ganaderos para que sigamos cumpliendo como lo estamos haciendo con el programa de vacunación, pero no nos olvidemos de la gravedad de la aftosa porque aunque hace mucho no la tenemos no quiere decir que estemos libres totalmente de ella.
Este es el mensaje que queremos dejar, porque mucha gente por fortuna no la conoce y no queremos que vuelva. (Lea: Suramérica lleva más de 2 años sin focos de aftosa)
Debemos seguir con los planes de alerta y ser conscientes de que el esfuerzo logrado con la OIE se puede cerrar. Esa es la finalidad de seguir vacunando y además, si en determinado momento hay un brote, denunciando; sería la primera herramienta sanitaria, pero ojalá ese día no llegue.