La plataforma es un mecanismo de selección que permite identificar ejemplares de alto potencial genético con base en su ADN, incluso si estos son recién nacidos. El desarrollo ayudaría a estructurar un plan de apareamiento y un progreso genético sostenible. La herramienta surgió de un trabajo conjunto entre la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú, Asocebú, y la empresa Genes Diffusion,que se pusieron como objetivo generar un producto de gran beneficio para la ganadería de todo el país. Lo que se hace en la selección genómica es capturar la información de marcadores que están relacionados con características específicas, como por ejemplo crecimiento, peso, producción de leche, grasa dorsal, entre otros. Rodrigo Martínez, líder del proyecto y miembro del centro de investigación Tibaitatá de Corpoica en Bogotá, fue el encargado de hacer todos los análisis estadísticos, como parte de un trabajo de posdoctorado que adelanta con la Universidad de Bocu, de ciencias ambientales en Viena, Austria. (Lea: 5 consejos para que la genética bovina surta el efecto esperado) “Tratamos de capturar la mayor cantidad de información de la población cebú del país y para ello se tuvieron como referencia la región de la costa norte, valles interandinos y la Orinoquía”, explicó Martínez. Agregó además que “se seleccionaron 35 ganaderías, las más representativas, con la cuales se podrían describir las variaciones de casi toda la producción de Cebú – Brahman del país y de ahí seleccionamos 85 mil animales como población de referencia en genealogía y con eso reunimos más de 165 mil fenotipos con información productiva de peso, ganancias de peso, entre otros datos”. El gran beneficio que se puede obtener con la herramienta es poder identificar la calidad genética de cada uno de los animales para definir una serie de características y a partir de ello, dependiendo del sistema de producción que tenga un ganadero, poder decidir el que se quiere usar. El líder del proyecto manifestó que se busca que los productores puedan utilizar un sistema de información que le aporte lo que necesita saber a la hora de seleccionar y proyectar los apareamientos con un nivel muy alto de precisión. “La idea es que en el futuro esta sea la evaluación genética oficial para que cada quien pueda ir y revisar la información pública, pero por el momento es de Asocebú y Corpoica”, puntualizó el experto. (Lea: La importancia del toro puro en el mejoramiento genético de la cría) Añadió que “por ahora, si alguien está interesado en adquirir toros y asegurarse de que sean de buena calidad no es sino fenotiparlos, nosotros le podemos decir cuál es su calidad genética y ya con eso la persona puede utilizarlos en sus predios. Si tiene información genealógica podríamos calcular cuál sería el apareamiento más óptimo para obtener una ganancia genética”. En esta primera fase, la plataforma solo funciona para animales de la raza Cebú Brahman, exclusivamente de carne, pero la idea a futuro, en la medida que se vaya recolectando más información genómica, es poder proyectar su uso para ganado de leche. Aunque los costos todavía se encuentran por definir, lo que se pretende es poder ofrecer el servicio a un precio muy bajo que permita recuperar lo que implica su funcionamiento y los gastos de operación, una vez conozca el valor que se requiere para poder hacerlo sostenible, se tendrá mayor certeza sobre el tema. La capacitad instalada para el desarrollo de esta iniciativa es muy alta porque el sistema es muy eficiente. En solo el último trimestre se fenotipo a más de 3.000 animales y se estima que para este se pueda llegar a trabajar con 10 mil. Los técnicos de Asocebú en todo el país son los encargados de la recolección de las muestras del animal que se quiere fenotipar, por lo que la ubicación geográfica del productor no es obstáculo para aquellos que se interesen en adelantar el proceso en su predio. (Lea: La ecuación de la ganadería: nutrición, manejo, sanidad y genética) Todo está centralizado en Bogotá, allí están ubicados todos los equipos que se requieren para adelantar el proceso y hay un grupo de bioinformáticos que con solo un clic pueden acceder a toda la información y sacar los valores genéticos, lo demás es consultarlos en la página web. Los resultados se obtienen en solo 30 días, tiempo que deberá esperar el ganadero para conocer las proyecciones de apareamiento, y a partir de ello, decidir cuáles realizará de a acuerdo a sus objetivos productivos. La descendencia obtenida debe mostrar una superioridad genética. Hasta ahora, lo que se hablaba del proceso genético en un intervalo generacional era el tiempo que se demoraba un animal entre el momento de su nacimiento y en tener su primera descendencia. En ese caso, el trabajo generacional no cambia, pero se tiene la opción de seleccionar un animal de primera calidad desde antes de nacer, y la persona que utilice el desarrollo podrá decidir las cualidades genéticas que necesita desde antes. Lo anterior disminuye de forma dramática el tiempo de mejoramiento de genes. Un ejemplo de ello es lo que sucedía hasta ahora con los mecanismos para la selección de toros en razas como la Holstein u otras utilizadas por casas genéticas para producir semen, antes debían seleccionar 1.000 toros que criaban desde terneros de los que descartaban 700 porque al año ya no daban el tipo y luego de 2 años cuando empazaban a dar semen, solo quedaban 100 de los que utilizaban sus descendencias para a partir de ello evaluar su valor genético. (Lea: Costa Rica quiere aprender de la genética bovina colombiana) El proceso en ganadería de leche llegaba a tardar entre 5 y 6 años, hoy se pueden seleccionar 10 ejemplares y casi con certeza absoluta se puede saber que se va a obtener una muy buena descendencia y en máximo 2 años. En ganadería de carne el proceso era igualmente largo. La persona escogía 5 toros para de ellos obtener descendencia pero sin criterio alguno, simplemente esperando a ver qué resultados obtenía luego de los 24 meses. Con este sistema, el margen de precisión sube ostensiblemente porque se le informa al ganadero cuáles son los apareamientos óptimos y para ello solo se debe esperar los 18 meses que tarda el proceso genético. En el proceso, que antes se hacía con hembras al azar, se tienen en cuenta tanto al toro como a la vaca y por eso se puede determinar qué animales van a mejor con los otros en aras de obtener mejores rendimientos y cuáles se pueden cruzar con cualquier toro porque no interesan tanto sus resultados. Ambos transmiten el mismo número de marcadores, la diferencia es que el toro tiene un mayor número de descendientes, pueden llegar a tener 30 y hasta 50, mientras que las vacas 6 u 8. Hay toros que llegan a tener 1.000 hijos. (Lea: Genética cebú colombiana, la más promisoria para exportación) La tecnología se convierte en el complemento idóneo de la transferencia de embriones y el semen sexado. Se podría incluso pensar en identificar las vacas óptimas y con ellas producir embriones, hacer aspiración folicular, buscar el semen con valores genéticos más altos y de esa manera obtener una descendencia en mayor número y de mayor calidad. La idea es que cada productor utilice de la mejor manera su información productiva para escoger aquellos ejemplares sobre los que desea hacer la inversión, no hacerlo sobre toda la población, lo ideal es escoger a los más jóvenes y los que considere más representativos y hacer sobre ellos la proyección. Es importante que tenga en cuenta que al año siguiente podrá hacer una nueva proyección de apareamientos y para ello no necesita volver a fenotipar los animales, porque eso se hace solo una vez en la vida, así que al año siguiente podrá escoger otros para llevar a cabo la actividad y tener el siguiente año más animales fenotipados, todo con metas claras de selección. Según Ariel Jiménez, miembro del departamento técnico de Asocebú, la misión de la entidad a la que él representa es velar por el mejoramiento genético de los ganados con animales cebú y sus cruces, enfocado en calidad de leche y carne. “Como parte del servicio genealógico que presta Asocebú vemos que el 93 % del ganado que se registra es Brahman, un 3 – 4 %, Gyr, el 2 % es Guzerá y hay una pequeña cantidad de Nelore”, contextualizó Jiménez. Complementó que “al día de hoy se cuenta con un millón 300 mil registros, y anualmente se registran entre 50 mil y 60 mil ejemplares, lo que permite tener un buen volumen de datos para las evaluaciones genéticas. Y además hay un servicio de visitas técnicas en las que se revisan los ganados y se hace recolección de información fenotípica.”. Las herramientas de selección con las que se cuentan van desde las más básicas hasta las más sofisticadas. Una de las primeras es la genealogía, que siempre ha sido objeto de revisión en asociaciones de raza y sirve para hacer evaluaciones de tipo genético. Por otra parte, el representante de Asocebú anotó que los datos productivos recolectados en la finca, no solo son las evaluaciones genéticas. Las visitas de los técnicos son muy importantes, ellos realizan promedios y entregan recomendaciones a los ganaderos acerca del uso diferencial de los animales. (Lea: Esquema de cruzamiento, la ruta para tener bovinos de cierta sangre) Las pruebas de desempeño buscan medir la ganancia de peso de toros que se encuentran en condiciones similares por el medio ambiente en el que se encuentran. Esos rendimientos son obtenidos por su genética. Los toros que obtienen los primeros puestos en ese tipo de pruebas ganan 982 gramos, en promedio, diariamente. Según datos de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en promedio los animales ganan 350 gramos día, por lo que a lo que se le apunta es a llegar al doble o por lo menos a 500, eso significaría no solo sacar novillos de 40 o 36 meses sino incluso de 24, con la ventaja de conseguir un retorno mucho más rápido del capital y ventajas competitivas por la calidad de la carne, pues lo que más impacta en la terneza de la proteína es la edad del sacrificio del animal, una característica que es heredable.