El terremoto que recientemente afectó a Ecuador y dejó cientos de muertos y heridos, demuestran el poder de la naturaleza. El agro no es ajeno a los desastres naturales por lo que es mejor tener un plan de contingencia en dado caso se presente una emergencia de esta magnitud. Sismos, inundaciones, erupciones volcánicas, deslizamientos y avalanchas, son algunas de las emergencias causas por la naturaleza a las que podría enfrentarse un predio agropecuario. Aunque en las ciudades los mensajes de prevención y preparación son permanentes, en el campo aún no se trabaja en la materia. (Lea: Catástrofes naturales costaron más vidas pero menos dinero en 2015) Es claro que los desastres naturales no se pueden prevenir en la mayoría de casos, pero tomar medidas de contingencia es necesario y les permitirá a los dueños de los predios no solo proteger el recurso humano, sino salvarles la vida a los animales. Ariel Tarazona, zootecnista, magister en Ciencias Básicas Biomédicas, PhD en Ciencias Animales y docente del área de bienestar animal de la Universidad Nacional en Medellín, aseguró que aunque Colombia no posee planes claros frente a las emergencias que se pueden presentar en los hatos, países como Estados Unidos o Australia le están apostando a estructurar conductos que permitan rescatar los ejemplares tras una catástrofe. “Lo principal es la prevención. Muchas veces las calamidades ocurren de una forma que es responsabilidad del productor. Se establecen sistemas de producción en zonas de ladera en las que fácilmente puede haber un deslizamiento”, argumentó el experto. (Lea: Desastres naturales han dejado 600 mil muertos en 20 años) Para el experto, desde que se planifica una finca se pueden establecer los lugares de mayor riesgo en caso de siniestros o las rutas de escape, porque ante un inminente desastre, se tiene claro en por dónde se van a mover los animales, de qué manera se van a movilizar, para tratar en la medida de lo posible, salvarlos de la calamidad. Uno de los principales inconvenientes para que los productores no tengan planes preventivos, es que muchos creen que ese tipo de siniestros no los van a tocar, o en el caso de los terremotos, los daños no van a ser tan graves. “Hay que trabajar más y fomentar mucho la cultura de la prevención. En la medida que el ganadero o agricultor entienda que puede ser víctima de un desastre natural, comprenderá la necesidad de prepararse. Incluso, de ser responsable con su explotación y no ubicarla en lugares riesgosos”, afirmó Michael Rúa Franco, zootecnista de la Universidad de Antioquia, especialista en Nutrición Animal de la U.D.C.A. (Lea: Los terremotos más mortíferos en el mundo desde 2004) ¿Qué no puede faltar en caso de una emergencia? Una vez ocurre un desastre, las necesidades principales son agua y comida. Si se presentara una catástrofe en la finca, es esencial que el ganadero tenga una reserva de comida y suficiente líquido vital. En el caso del segundo elemento, el productor debe hacer un uso adecuado de las reservas del recurso y aprovechar las lluvias para cosecharlas. A eso se le suma el botiquín, en él no pueden faltar elementos como suturas, agujas adecuadas, vendas, analgésicos, algo con qué desinfectar una herida. Elementos encaminados a una emergencia y los primeros auxilios. Sacrificio humanitario Tras un terremoto, por ejemplo, los animales pueden quedar gravemente heridos por la caída de la finca o establo en el que duermen. En muchas oportunidades el grado de afectación es tan alto que a los ejemplares se les debe inducir a morir para no prolongarles el dolor. (Lea: En Norte de Santander le apuestan a la prevención de desastres) Esa práctica se conoce como el sacrifico humanitario y se aplica cuando objetivamente un animal no tiene posibilidades de vivir o no se puede mover del lugar en el que se encuentra. “Su probabilidad de supervivencia es prácticamente nula, por eso el animal debe ser insensibilizado para que el proceso sea lo menos doloroso y rápido posible”, agregó Tarazona. El experto invitó a que los municipios, departamentos y la nación construyan planes de prevención para la atención de desastres en al campo, ya que hay zonas predispuestas a que ocurran ciertos eventos, como pueden ser las inundaciones o avalanchas, por lo que son urgentes y protegen no solo la vida de la población sino la de los animales.