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Por - 04 de Marzo 2013
Los arbustos forrajeros y la plantación de árboles en los hatos ganaderos, se han convertido en una alternativa de desarrollo y productividad agroforestal, de vital importancia para la ganadería del país.
El modelo de silvopastoreo, una combinación de forrajes y una baja densidad de plantación de árboles de madera, ha venido ganando terreno dentro de la baraja de posibilidades que tienen los productores bovinos del país para fortalacer su actividad, en especial, debido a los beneficios que obtienen en materia ambiental, mejoramiento de la producción de carne y rentabilidad.
Esta actividad se enfoca en optimizar la producción vacuna, las oportunidades de los hatos ganaderos y la calidad del alimento, así como en generar un ingreso adicional por la venta de madera, por medio de la plantación de especies que permiten rehabilitar los suelos degradados.
Uno de los mayores beneficios para los ganaderos está en el rápido crecimiento de los árboles, lo que le asegura al productor una fuerte ventaja competetitiva dentro de un mercado cada vez más globalizado. De acuerdo a un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura, FAO, entre el 46% y 77% de los productores agrícolas de Latinoamérica poseen fincas que van de las 3.5 hasta las 10 hectáreas, las cuales ocupan entre el 0.4% y el 10.0% de la tierra cultivada. (Gramalote reactivará su economía gracias a proyectos silvopastoriles).
El principal objetivo de estas plantaciones silvopastoriles es dar uso alternativo al suelo, para que permita obtener rentabilidad en dos sistemas de producción: madera y ganadería. Todo esto, bajo un esquema en el que se desarrollan simultáneamente árboles y forrajes. Albeiro Gutiérrez, ingeniero forestal y científico de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, asegura que “una cosa es tener árboles en la finca ganadera y otra muy diferente, tener un cultivo forestal y ganadería, pues en el primero, el énfasis son los productos pecuarios como la leche, la carne y el queso, y en el segundo son los productos pecuarios más los forestales como rolos, trozas y madera dimensionada”.
Mejoras en la calidad de la carne, otro valor agregado
Para que la carne del país sea un producto competitivo y asimismo cumpla con los estándares internacionales de calidad, desde el año 2006 varios investigadores agropecuarios aseguran que, con tecnología y gestión, los sistemas productivos pueden cambiarle positivamente la cara al sector. Mientras se mejoran las praderas involucrando arbustos ricos en proteína con pasto tradicional y ceban el ganado con una dieta aventajada en valor nutricional.
Nelson Acosta, ganadero de Florencia, Caquetá, desde hace 5 años , asegura que con este modelo ha aumentando considerablemente la producción en su hato. “Gracias al silvopastoreo he logrado obtener una excelente carne y una mayor producción de leche en mis reses. Además, la madera es otra fuente económica que ayuda al sustento de mi familia”, agrega Acosta.
Julio Castro Martínez, ingeniero y coordinador del proyecto ‘Conservación de Agua y Suelo’ de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, asegura que “este programa está difundiéndose y poniéndose en marcha en varios departamentos del país, pues es un modelo integral que además de proteger el medio ambiente de Colombia, genera rentabilidad futura para quien la aplique”. (Fedegán y CIPAV dictaron cursos en manejo de sistemas Silvopastoriles).
En este sentido, la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, ha liderado por todo el país la expedición de Guías Ambientales para la actividad ganadera, las cuales se incorporan a las Buenas Prácticas Ganaderas, BPG, promovidas desde los Centros de Servicios Tecnológicos Ganaderos, Tecnig@n. El presidente del gremio ganadero, José Félix Lafaurie, afirma que se ha convertido en un apóstol de los proyectos silvopastoriles, debido a que “hacen parte integral de las metas de modernización ganadera del Plan Estratégico de las Ganadería Colombiana 2019, PEGA. No sólo estamos optimizando procesos de investigación y desarrollo en los diferentes pisos térmicos que albergan a las regiones ganaderas, sino también los de asistencia técnica para su implementación y, por supuesto, de articulación de recursos para su financiamiento, a partir de instrumentos de política pública como las líneas de crédito Finagro y el Programa Agroingreso Seguro”.
Reducción de carga calórica y mejora de pasturas
Por medio de los diferentes estudios que se han llevado a cabo en el país, se ha demostrado que las prácticas silvopastoriles tienen una incidencia positiva directamente sobre el desarrollo y calidad del ganado, en la medida que la sombra suministrada por los árboles reduce la carga calórica absorbida por las reses, lo que favorece la disminución de su temperatura rectal y mejora su frecuencia respiratoria. Todo, producto de la disminución en la temperatura del terreno, de 2 a 3° C, por la disipación del calor por evaporación.
Del mismo modo y por medio de un manejo adecuado de la plantación, esta actividad es usada para una solución edáfica en la medida que permite la producción de mejores pastos gracias a una mayor desecación, retención de agua y disponibilidad de nitrógeno del terreno, de esta forma este compuesto químico se fija mejor si se emplean especies como la Acacia Mangium, que fija nitrógeno y extrae nutrientes y agua donde no llegan las raíces de los pastos, aportándolos como nutrientes, y cuya mayor disponibilidad favorece el crecimiento de los pastos y su rendimiento.
¿Qué especie plantar?
La variedad de especies es enorme. Por eso, la selección que se haga para implementar un sistema silvopastoril, depende del resultado, de la visita de calificación de sitio y de las características climáticas y fisiográficas que presente el hato. Aunque se prefieran especies de valor comercial, versátiles en el tipo de terreno, de rápido crecimiento y múltiples usos, de igual manera deben presentar resistencia a la exposición solar plena, tener un sistema radicular profundo para que no compita con el pasto, copas poco densas para evitar sombra excesiva, hojarasca de buena calidad nutricional y ser, preferiblemente, especies fijadoras de nitrógeno. (Productores pecuarios podrán capacitarse en sistemas silvopastoriles en Antioquia).
Entre las principales especies para sembrar en el país están la Acacia Mangium, que al ser fijadora de nitrógeno, brinda una mejor calidad en su madera, presenta un rápido crecimiento y unas excelentes condiciones bromatológicas en sus hojas, aunque también las especies como el Nogal, el Matarratón y la Leucaena son bastante apetecidas en las fincas colombianas.
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