Normalmente pensar en reproducción lleva a imaginar que solo se puede llevar a cabo con las vacas adultas. Pero la realidad es que las novillas pueden suponer un 30 % de gestaciones necesarias para una explotación ganadera, razón por la que es importante incluirlas en los programas.
La edad al primer parto (EPP) de las novillas tiene una repercusión económica que es fundamental en el negocio ganadero. Al reducirlas se necesitará recriar menor número de estos animales para mantener el censo del hato y así se podrá incrementar la producción vitalicia. Para esto, hay que realizar una excelente recría que permita inseminar de forma más temprana.
Desde el punto de vista técnico, la Revista Frisona Española explica que lo ideal será alcanzar el primer parto de una novilla en torno a los 22-24 meses de edad, por lo que la novilla debe quedar gestante alrededor de los 400 días de edad. Para conseguir estos objetivos se debe cumplir con una serie de premisas.
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Correctas velocidades de crecimiento, óptima condición corporal y buen estatus sanitario, de forma que la novilla cuente con un adecuado desarrollo a la edad a que se quiere inseminar (55 % del peso vivo adulto).
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Buenos porcentajes de detección de celos, pues hay muchos que no se detectan. La razón es que algunos ocurren por las noches, en otros la duración es más corta que la frecuencia de detección. Además existen celos sin aceptación de la monta y otros que no tienen la suficiente mano de obra cualificada y motivada. (Lea: Errores en la detección de celos)
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Fertilidad tras la inseminación, lo que dependerá de distintos factores como el momento óptimo para la inseminación, la técnica de esta o la calidad del semen.
Es importante tener en cuenta que a la hora de evaluar los resultados reproductivos, se cuenta con un indicador que dice cómo se está haciendo: la tasa de preñez (TP). Este índice combina la información de dos factores fundamentales: el porcentaje de detección de celos (TDC) y la tasa de concepción (TC), siendo esto muy práctico a la hora de valorar el resultado reproductivo. (Lea: La tasa de detección de celo (TDC))
TP = TDC x TC
Si al medirlos, los resultados no son los deseados, existen algunas soluciones como las siguientes:
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Uso de sistema de monitorización, los cuales aumentan la tasa de detección de celos con respecto a la inspección visual y nos indican el momento óptimo de la inseminación para mejorar tasa de concepción.
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Inseminación artificial a tiempo fijo con protocolos de sincronización.
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Combinación de ambas técnicas, es decir monitorización junto a protocolos de sincronización.
Monitorización
Esta hace referencia al uso de dispositivos capaces de registrar diferentes comportamientos del animal (rumia, actividad, ingesta) y de combinar la información resultante mediante complejos algoritmos. El resultado de esto son distintos indicadores que permite interpretar la información sobre reproducción, estado de salud o estrés por calor, entre otros, de una manera más sencilla.
Por ejemplo, un aumento de la actividad junto con un descenso de la rumia, ingesta y periodo de descanso del animal serán indicativos de comportamiento de celo. Este indicador de comportamiento siempre viene acompañado de un número que informa de la calidad del mismo.
La Revista Frisona Española informa que hay distintos estudios que aseguran que el porcentaje de detección de celo en novillas por parte de estos dispositivos es superior al 90%, siempre y cuando los animales se encuentren en situaciones óptimas en cuanto a instalaciones, estatus sanitario, condición corporal, ausencia de hacinamiento, etc.
Otra de las ventajas de estos dispositivos son los beneficios frente a la inseminación. Esta indica el momento óptimo a la hora de realizar la inseminación del animal. Pero esta ventaja varía según se vaya usando el semen convencional y el sexado, pues se adaptará en función del caso. Como resultado se puede reducir el número de dosis seminales empleados y se podrá mejorar la tasa de concepción.
Combinación de programas
De acuerdo con la revista mencionada, se puede pensar inicialmente que tanto la sincronización como la monitorización son excluyentes. Pero la realidad es que la utilización de estos dos puede ser de gran ayuda a la hora de mejorar la fertilidad y poner en marcha, desde el punto de vista reproductivo, el programa para las novillas.
Los protocolos de sincronización permiten mejorar la fertilidad, muy especialmente en estos aspectos.
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Conseguir que el animal joven empiecen a ciclar.
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Minimizar la necesidad de la detección de celos.
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Recurrir a la inseminación a tiempo fijo en todos los animales sincronizados.
La combinación de sincronización y monitorización permite, por ejemplo, que los animales que no hayan quedado gestantes muestren un celo entre los 18-23 días posteriores a la inseminación y no se tenga que esperar al diagnóstico de gestación para comenzar con una nueva sincronización.
Dado que en muchas explotaciones, la detección de celos es un punto crítico a la hora de lograr un buen resultado, el empleo de sistemas de monitorización puede ser una herramienta de gran utilidad que permitirá mejorar los resultados reproductivos de forma práctica y sencilla. (Lea: La detección del celo, clave en la reproducción y producción de leche)
Finalmente, la investigación expone que esta herramienta constituye una gran oportunidad a la hora de mejorar los resultados de las novillas y la rentabilidad del hato ganadero.