En entrevista exclusiva, Rupert Claxton, director de Carne y Ganadería de Girafood, habló sobre las perspectivas del mercado de la carne en el mundo y las oportunidades de exportación de Colombia. También opinó sobre el crecimiento en el consumo de alternativas a la carne basadas en plantas.
Claxton tiene casi 20 años de experiencia con Gira, una firma internacional especializada en consultoría e investigación de mercado que trabaja para clientes a lo largo de toda la cadena alimentaria en todo el mundo en las últimas 5 décadas.
El experto contó a CONtexto ganadero que creció en una granja en Reino Unido pero en su trabajo en Gira ha estado en países de África, Asia y América. Aseguró que ha tenido “el privilegio” de ver diversos modelos agropecuarios en estos continentes para “entender cómo el productor y el consumidor encajan”, lo que le ha permitido tener “una mirada global de la industria”.
CONtexto ganadero: A su juicio, ¿cuáles son los principales retos que enfrenta la industria productora de carne alrededor del mundo?
Rupert Claxton: Estamos en un punto interesante en términos de la producción global. Estamos en un periodo recesivo, donde se están reduciendo los ingresos disponibles de los consumidores, y acabamos de salir de la pandemia de covid, hemos tenido dos años muy difícil a nivel mundial donde muchas personas han perdido sus trabajos o los han dejado y están recibiendo alivios, eso fue lo que comenzó el crecimiento inflacionario. Y ahora tenemos este crecimiento masivo de los costos de producción en todo lado.
Entonces mi principal preocupación es la capacidad de compra del consumidor para adquirir carne frente a los otros costos que deben asumir, como el de la electricidad, los combustibles. Eso les resta de los ingresos que destinan a comprar comida. Entonces deben decidir qué gastos deben recortar, día tras día, semana tras semana, deben decidir qué pueden comprar. A medida que sus ingresos se reducen, no pueden comprar carne.
Esto ocurre en un momento en el que el costo de producción de la carne, sin importar si es de res, cerdo o pollo, está aumentando. No solo están elevándose los costos de alimentación, también los de la energía, bien sea las incubadoras, el procesamiento de los alimentos o el transporte para mover semovientes a los frigoríficos o la carne de los frigoríficos a los supermercados. El costo de la mano de obra también está subiendo porque los trabajadores necesitan dinero para vivir y también hay pocos, entonces si hay que competir por esta mano de obra con otros sectores, su costo crece.
En conclusión, tenemos esta contracción mundial donde vemos que los consumidores van a reducir sus gastos y los costos de producción van a seguir aumentando. La realidad es que en los próximos 6 meses vas a ver un menor consumo de carne. (Lea: "Consumo de carne caerá en los próximos 6 meses": experto internacional que visitó Fedegán)
CG: En ese sentido, ¿cómo es el panorama de la producción de carne de res en el próximo año?
RC: La producción mundial de carne de res es difícil de describir, porque no es negativa, veremos una caída en la producción en la segunda mitad del 2022 y en inicios de 2023. Lo veremos en la recomposición del hato ganadero en Brasil y de Estados Unidos, así como en Europa. El único país donde vemos que la producción de carne bovina está creciendo es en Australia. En consecuencia, habrá poca oferta, lo que hará que los precios de la carne de res se mantengan elevados en un momento en el que la demanda está débil. Y la carne de res es producto premium, en el supermercado es la carne más cara de las tres carnes más comunes, y luego hay una gran brecha entre el precio del cerdo y el pollo. Así pues, es importante para nosotros entender ese balance entre oferta y demanda a nivel mundial.
En cambio, la demanda de carne vacuna en el largo plazo está creciendo, si uno mira los mercados emergentes y deja un momento los Estados Unidos y Europa, y hablamos de los países de Suramérica, de los mercados asiáticos, vemos que la demanda de carne de res está subiendo más que la producción. Y esas son buenas noticias. En los próximos 10 años, a pesar de la conversación que estamos teniendo sobre alternativas a la carne, las preocupaciones ambientales, la demanda de carne bovina a nivel mundial sigue subiendo. Esto significa que a medida que podamos mover el producto a donde se necesita, podremos tener un sistema rentable de producción y comercio de carne de res.
CG: Aunque vimos un crecimiento en las exportaciones de carne de res en Estados Unidos en el primer semestre, rompiendo récords en marzo y otra vez en mayo. ¿Cómo explicar esto?
RC: Esto se debe a que la producción de carne bovina está aumentando pero también el mercado local está un poco caído, por lo que están balanceando estos dos aspectos. Está muy bien por la industria ganadera de Estados Unidos que pueden exportar el producto, porque han podido ver la demanda alrededor del mundo y han podido suplirla, como la demanda de China, que tiene el 20 % de la población mundial, entonces cuando compran algo, la diferencia se siente notablemente.
Pero también hemos visto que Corea del Sur está comprando en grandes cantidades, así como Filipinas e Indonesia están buscando más carne. Estos son grandes mercados que no tienen suficiente producción local y tienen que buscar otras fuentes. Para los países que tienen las condiciones adecuadas y que disponen de inventarios ganaderos, hay una oportunidad real para hacer parte de esa cadena de exportación, que no tienen que competir por precio sino que deben encontrar el comprador apropiado para venderles el producto que desean.
CG: En el análisis que hacen en Girafood, ¿cómo observan el fenómeno de las proteínas vegetales o las alternativas a la proteína animal?
RC: Si uno vuelve 15 o 20 años se puede que los alimentos sin carne ya llevan un tiempo y que hay procesos para obtener una hamburguesa de origen vegetal o hemos visto que las personas han decidido no incluir ningún tipo de carne en sus dietas. Lo que hemos visto en los últimos 10 años es el movimiento “Sin carne 2.0”, estos productos alternativos de origen vegetal pero que han sido más costosos que los productos de origen animal y que no han tenido un buen desempeño en términos de sabor, textura, cualidades que el consumidor. (Lea: En Francia no se usarán palabras de carne para productos de origen vegetal)
Además, a diferencia de la carne, no son aspiracionales. Uno de los aspectos que hay que recordar es que la carne es aspiracional, uno no sueña con poner una “Impossible Burger” en la mesa. Si le preguntas a una familia en África, ellos sueñan con ponen un pollo o un pedazo de carne en la mesa. Es cierto que estas alternativas crecerán, pero no incidirán en el consumo mundial, no creo que lleguen al 1 % del mercado total, quizá se vean más en Estados Unidos y Europa pero no creo que alcancen el 3 % del mercado. Veremos que bajarán de precio, que sus cualidades mejorarán, pero incluso abarcarán un 5 o 10 % del mercado, no las veo subiendo más. Esto en los países desarrollados, pero a nivel mundial tienen un largo camino por recorrer, y si llegan a 3 o 5 % del mercado mundial, sería un gran porcentaje y aun así no veo que lleguen a ese nivel.
CG: ¿Cuáles son las perspectivas de la ganadería colombiana en el mercado mundial de la carne?
RC: Si hablamos de carne de res específicamente, Colombia tiene el ambiente natural para producirla a un precio competitivo y con base en pastoreo para suplir el mercado mundial. Hay todavía muchas cosas que pueden hacer para incrementar productividad, lo que mejorará la consistencia de su producto y la forma cómo es percibido alrededor del mundo. (Lea: Exportaciones de carne, ganado y lácteos superaron los 427 millones de dólares en 2021)
Deben continuar abriendo mercados, teniendo en cuenta que el Programa Nacional de Erradicación de fiebre aftosa es muy importante para lograr esto y deben mostrar que tienen la enfermedad bajo control, que de hecho lo han venido haciendo. Para mí no deberían competir solamente en el plano de ofrecer un menor precio, por ejemplo contra la carne de Estados Unidos que es producida con grano, porque son categorías diferentes.
Hay un espectro que va desde la carne de búfalo de India hasta la carne de angus registrado alimentada con grano. A lo largo de este espectro vemos diferentes mercados con diferentes necesidades y demandas. La oportunidad para exportar carne de res colombiana está en la mitad del espectro, no compitiendo con la carne de búfalo ni tampoco con la de alimentada a grano, sino la carne de res alimentada con pasto de buena calidad cuya demanda se ha incrementado de forma sostenida. Hay una gran oportunidad para Colombia de hacer parte de este segmento, pero esto se logra con apoyo gubernamental y acceso para todos los productores al mercado externo.