A través de una logística sencilla, amplia cobertura y múltiples beneficios para quienes se dedican a actividades pecuarias en el país, estos recintos se han convertido en la carta de salvación para miles de hatos y cabezas de ganado expuestas a la inclemencia del clima. Sus dueños piden a gritos que se conviertan en una iniciativa de largo aliento.
Para Juan Albarracín, productor que se dedica a la ganadería desde hace más de 40 años, solicitar un cupo que le permita disponer de los suplementos que llegan a las bodegas de almacenamiento, por lo menos una vez al mes, se ha convertido en todo un hábito. Una sana costumbre que le permite blindar su producción anual contra el intenso calor, los embates del frío o las fuertes inundaciones.
Mes a mes este ganadero de Socorro, Santander, que vende la producción lechera de su hato a Frescaleche desde 2010, visita las bodegas ganaderas para ‘hacer el mercado de las vacas’. Ese día compra bultos de silo, melaza, sal y concentrados para el ganado con un ahorro cercano al 40%. ‘Estas bodegas son de gran ayuda, mi producción no se ha visto tan perjudicada desde que el clima en Colombia cambió. Tengo 26 cabezas de ganado que han dado buenos resultados, yo espero que esta bodega se quede por todo el año’, señala Albarracín, de 48 años.
Esta iniciativa, que ha recibido aplausos y buenos comentarios por parte de los beneficiados, surgió en su más reciente etapa, a través del acuerdo que firmaron el año pasado el Ministerio de Agricultura y Fedegán, en el cual se acordó implementar el ‘Programa de Suplementación Bovina Temporal de Sequía 2012’. Con esto, a la fecha se han llevado a 17 departamentos del país, un total de 7.000 toneladas de alimento subsidiado para ganado.
Fedegán maneja la base de datos de los distribuidores que hacen llegar los productos a estas bodegas, de acuerdo a las zonas del país donde haya sobreoferta de suplementos y alimentos para ganado.
El objetivo puntual es que como Juan Albarracín, más de 15.000 ganaderos se vean favorecidos con el tema, ¿cómo hacerlo? Los ganaderos que quieran recibir alimentos subsidiados provenientes de estas bodegas deben comunicarse con el Comité de ganaderos de su región para recibir indicaciones sobre los papeles de inscripción que deben tramitar, al mismo tiempo deben entregar una declaración juramentada de que son damnificados del verano. Una vez sea aprobada la inscripción, deben realizar una consignación de acuerdo al cupo (de suministros) que les haya sido asignado y con dicha consignación se pueden acercar a la bodega para retirar los productos y recibir su factura de compra.
Los horarios de atención van de lunes a viernes, de 8am a 6pm, generalmente con un receso de dos horas al medio día (12m-2pm), de igual manera existe atención virtual a través del portal www.almagan.com.co donde los ganaderos podrán hacer compras en línea, conocer detalles de promociones, nuevos productos, recibir asesoría y dejar sus quejas y reclamos.
Estos suplementos, que han sido administrados por los comités ganaderos de cada región, se distribuyen a lo largo de 41 bodegas de almacenamiento que se incluyeron en el programa. A su vez, los coordinadores de las URDG (Unidad regional de desarrollo ganadero) coinciden en las cifras al decir que en esta temporada seca el número de beneficiados oscila entre 200 y 1.000 ganaderos por departamento. ‘Estas bodegas funcionan a la perfección como plan de contingencia, hay amplia disponibilidad de productos y el mercado se ve obligado a bajar los precios. Fedegán ha hecho una importante labor que se debe mantener’, explica Andrés Pinilla, presidente del Comité de Ganaderos de Santander.
Beneficios importantes, gramo por gramo
Cundinarmarca (8), Tolima (5), Huila (4), Santander (4) y Cauca (3) encabezan la lista de departamentos que mayor presencia de bodegas han tenido en los últimos 3 meses. Allí un bulto de melaza, que en el mercado alcanza los $25.000, puede costar apenas $15.250 o un bulto de concentrado, que regularmente cuesta $32.000, se puede adquirir en $20.550. Razón más que obvia para que miles de ganaderos vean a estas bodegas como ‘una bendición’.
Pero además del precio, que los lleva a ahorrar por lo menos un 30% en sus costos de producción, a través del manejo regulado de los productos que se venden se evita la especulación.’ Si no fuera por estas bodegas y el programa que las soporta, no sé cuánto estaríamos pagando por el concentrado y la melaza, por ejemplo. No habría control y los distribuidores clandestinos aparecerían por decenas para vender suplementos de mala calidad a precios absurdos’, señala Manuel Fajardo, presidente del comité de ganaderos de Boyacá, Fabegán.
Otro beneficio fundamental es la variedad. En las bodegas se comercializan hasta 10 clases distintas de alimento para ganado, que llegan de los recursos suministrados por el Ministerio de Agricultura y Fedegán. Esto, sumado a las sales y suplementos que los acompañan, hacen que la producción cárnica, lechera o doble propósito no se vea golpeada duramente. ‘Las bodegas viven llenas de gente porque los productos son de calidad y adecuados para el ganado, además que hacen de nuestros predios terrenos fértiles en época de crisis’, indica Néstor Vega, ganaderos doble propósito del nor-occidente del país.
Por su parte, Manuel Fajardo enfatiza que en su región (Boyacá) los forrajes han disminuido, el pasto se ha desnaturalizado hasta en un 50% por la sequía y estas bodegas llegan como una ayuda tangible que hace más fértiles los predios y le permite al ganadero adaptarse con facilidad a los cambios. ‘Sabemos que hay mucho por hacer y existe bastantes productores que se quieren reconvertir a otras actividades, pero este programa es un alivio que pedimos sea mantenido por más tiempo’, concluye el funcionario de Fabegán.
El sector pecuario podría llegar a registrar pérdidas de hasta un 80% tras el inclemente verano que azota al país, pero si las bodegas se llegan a mantener durante todo el año, el impacto será menor. ‘Estos programas deben ser más abiertos y constantes. Existen cientos de miles de necesidades pero sabemos que es posible ayudar a mucha gente si no cierran las bodegas al cabo de 3 meses, estos establecimientos deben permanecer todo el año’, dice Daniel Cadavid Londoño, presidente del comité de ganaderos de Antioquia.