Mucho se ha dicho en los diferentes medios de comunicación sobre las bondades que tiene el programa de Adopción Masiva de Tecnología, Amtec, considerado por expertos como una de las mejores iniciativas que ha tenido la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, con recursos del Fondo Nacional del Arroz.
En varias oportunidades el gerente general del gremio, Rafael Hernández Lozano, ha hablado de las ventajas productivas, ambientales y económicas que este sistema tiene en el sector arrocero. Sin embargo, ¿sabía usted que no solamente sirve para producir el grano blanco? (Lea: Arroceros recuperaron 65 mil hectáreas perdidas en 2014)
El vocero del gremio no es el único en asegurar que la rotación de cultivos de ciclo corto (caracterizados por ser de 6 meses) mejora la calidad del suelo, reduce el uso de químicos, de agua y de semillas, también le indica al agricultor cuál es la mejor época para sembrar, teniendo en cuenta ciertas variables y, finalmente, ayuda a obtener alimentos sanos de acuerdo a la demanda del consumidor.
Ahora, el panorama también varía un poco cuando se habla de aspectos como la devaluación del peso colombiano frente al dólar y el cambio climático, 2 factores que afectan a cualquier trabajador rural. Por ello, el dirigente de Fedearroz recordó que este sistema les permite al arrocero, algodonero, maicero y por qué no al ganadero, ser más competitivos y tener un negocio rentable y sostenible en el tiempo.
Según las cifras del gremio, la producción arrocera en Colombia tiene un área estimada de 450 mil hectáreas beneficiando a 215 municipios arroceros, con una participación del producto interno bruto (PIB) del 4 % de la producción agropecuaria.
En ese sentido, el rendimiento promedio del país es de 5.7 toneladas por hectárea de paddy verde. En la zona centro los rendimientos son de 7.1 toneladas por hectárea, en los Llanos Orientales de 5.5 toneladas por hectárea, en el Caribe Seco de 5.8 toneladas por hectárea y en el Caribe húmedo de 4.2 toneladas por hectárea. (Lea: Fedearroz inauguró nueva sede en Purificación)
No obstante, los índices podrían aumentar siempre y cuando los productores hagan uso de esta herramienta, como lo ha señalado Hernández Lozano. Prueba de ello es que hasta el momento con este programa se han establecido 170 mil 650 hectáreas, cifra que hace apenas un año era de 36 mil hectáreas.
“Lo que aquí queda demostrado es que por encima de los convulsionados hechos que siguen afectando al país y en especial al sector agrícola, nos dedicamos a producir resultados en beneficio de miles de agricultores, apoyando la economía de sus regiones, ejerciendo soberanía alimentaria y fomentando la forma lícita de cultivar la tierra”, afirmó el gerente de la Federación.
El establecimiento del sistema en las diferentes regiones del país llega al 40 % de todo el área cultivable del arroz, en otras palabras, ello ha incidido en el incremento de la productividad entre una y 1.4 toneladas por hectárea, la disminución de los costos de producción entre el 24 % y el 28 %, entre los que se destaca una reducción del 50 % en el uso de semilla certificada y del 42 % en agua.
Para Leonardo Garcés, arrocero de El Espinal, en Tolima, el uso del Amtec le ha permitido ser más competitivo no solo en la producción del grano blanco, también en la obtención de maíz para consumo humano y animal, el sorgo y el algodón.
(Cortesía: Fedearroz)
Para él, una de las claves en el uso de este sistema es en el manejo adecuado de los lotes. “Cuando se adecúa un lote para el cultivo del arroz, se le puede dar el mismo tratamiento a un cultivo secano, es decir, trae más beneficios económicos porque se ahorran gastos en insumos. Es una propuesta técnica muy buena porque nos da la posibilidad de ser más competitivos y productivos con respecto al mercado internacional”, afirmó Garcés. (Lea: Competitividad equivale a seguridad en posconflicto, según Fedearroz)
Según el arrocero, en promedio destina 130 hectáreas para el cultivo del arroz. Hace unos años, antes de implementar el sistema, usaba en promedio 200 y 250 kilos de semilla. “Cuando salió la siembra directa con la máquina el número se redujo a 180, pero con el Amtec siembro 130 kilos, entonces la economía por hectárea es de 100 a 120 kilos, eso representa más de $ 300 mil por hectárea y la idea es disminuirlo a 100 kilos”.
Lo anterior indica que al reducir el uso de la semilla, se establece un número menor de plántulas y, por ende, se requiere de menos abono, además, se da un mejor crecimiento de la hortaliza. Asimismo, se da el ahorro en el uso de plaguicidas o herbicidas.
“En agua pasa lo siguiente. Si se quiere un lote bien nivelado con caballones bien fabricados, se reduce su uso, además no se van a tener problemas de lomas, lo que da una disminución en más de un 20 %, inclusive un 50 %”, afirmó el arrocero.
Y a pesar de que la sequía azota a la región, con este sistema los productores saben en qué época del año se puede sembrar el arroz, teniendo en cuenta factores como las precipitaciones pluviales y la luminosidad.
“Ahora si tengo menores costos y una mejor producción, la rentabilidad mejora, a pesar de que hay momentos en donde la venta del producto ha sufrido precios bajos, pero de todas formas se tiene una pequeña utilidad y no se pierde en el cultivo”, añadió el arrocero de El Espinal.
Pero los beneficios con este sistema también se ven reflejados cuando el cultivo del arroz se rota con otro como el maíz, bien sea para consumo animal o humano y, según Leonardo, se obtienen las mismas ventajas e inclusive pueden llegar a ser superiores. (Lea: Implementación del AMTEC pasó de 36 mil a 170 mil hectáreas)
“La ventaja radica en que ya hay un análisis de suelo que se hizo cuando se iba a sembrar arroz, y es una herramienta que dura hasta 2 años, entonces ya se tiene una preparación previa para el otro cultivo. De otro lado, el agua va a rendir más, las plántulas saldrán mucho mejor y se necesitarán menos abonos, por eso el Amtec sirve para cualquier cultivo de semestre corto y va a traer el mismo rendimiento y rentabilidad”, precisó Garcés.
También está la experiencia de Enrique Rodríguez, productor en Ibagué, quien estableció este sistema desde hace 8 años y destina 100 hectáreas para el cultivo del arroz. Él resaltó que al tener en cuenta ciertas variables del Amtec, se pueden adecuar mejor los suelos por cada área y además se evitan daños como la erosión del mismo. Dicho de otra forma, usa mejor los fertilizantes.
(Cortesía: Fedearroz)
“En semilla hemos bajado el uso en 25 %, pero hay que indicar que en ello también influye el uso de ciertas variedades que tienen mayor resistencia; en cuanto al consumo del agua 20 % por área, la mano de obra también se optimiza más porque el esfuerzo humano es menor y el uso de fertilizantes bajó 10 %”, explicó el ibaguereño.
Y a pesar de El Niño, los arroceros le apuestan a la productividad. Ante la escasez de agua en la región y teniendo en cuenta los análisis del sistema, los arroceros tomaron la decisión de disminuir la cantidad de área de siembra, en aras de reducir el uso del recurso hídrico.
“El impacto de la sequía ocasionó que produzcamos el 40 % menos de lo que en condiciones ideales se podían producir, es decir, si normalmente sembraba 100 hectáreas, esta vez utilice solo 60. Si no se estuviera implementando el sistema, la situación sería peor”, ahondó Rodríguez.
Sobre el programa
En 2011 Fedearroz diseñó esta nueva estrategia de transferencia de tecnología encaminada a modernizar y articular todos los procesos productivos que lleven a los arroceros a sobrepasar el techo productivo histórico del país.
El programa empezó a implementarse en campo a partir de 2012 en dos zonas piloto, norte del Tolima y Pompeya en el Meta. Durante ese año se desarrollaron en 22 lotes piloto, en donde se aplicó cada uno de los aspectos técnicos involucrados en el marco tecnológico del proyecto. Los resultados obtenidos demostraron que haciendo un manejo agronómico adecuado se logra la competitividad con el arroz importado. (Lea: Sector arrocero trabaja en la reducción de la huella de carbono)
De acuerdo con Myriam Patricia Guzmán García, subgerente técnica de Fedearroz, todos los lotes de Amtec desarrollados presentaron menores costos de producción, diferencia en costos por hectárea entre las áreas con el sistema y las tradicionales, además los rendimientos por hectárea aumentaron: para el norte del Tolima producciones de 8.8 toneladas por hectárea, mientras que las obtenidas por los agricultores de la región fue de 7.4, en Pompeya 5.7 en los lotes Amtec y 4.3 en los lotes tradicionales.
“Las mayores producciones se consiguieron en aquellos lotes que fueron sembrados en la época de siembra recomendada, se utilizó menor densidad de siembra, se disminuyó en un 42 % el consumo de agua y el número de jornales usados para riego, así como la cantidad de fertilizantes y aplicaciones fitosanitarias al cultivo, disminuyeron significativamente”, puntualizó Guzmán.