Los ganaderos de la Ciénaga de Sucre aseguran que ha sido una “bendición” que en esta zona del país los pastos aún estén verdes para sus bovinos.
En las zonas bajas del departamento se ve ganado a diestra y siniestra comiendo pasturas que se conservan, a diferencia de las zonas altas de Sucre que, como el resto de la costa colombiana, ha visto como se mantienen secos los jagüeyes y los pastos se han acabado por cuenta del verano.
La opción de los ganaderos de la zona alta ha sido movilizar sus animales a la ciénaga. Es por esto que la trashumancia ha aumentado desde enero de 2014, lo cual ha generado un incremento en los gastos de los productores que deben pagar por el alquiler de predios para mantener las reses protegidas.
Darinel Enrique Regino, profesional de Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en San Marcos, manifestó que la ciénaga sufre un fenómeno al no estar inundada como es tradicional, sobre todo en época de invierno, lo que ha sido una ganancia para los productores.
Regiones como La Mojana y San Jorge son las que albergan un mayor número de rumiantes. La prueba de ello es que solo en el segundo municipio se han vacunado 200 mil animales en este ciclo, es decir, 60 mil más que durante el proceso de inmunización pasado. (Lea: En "cuidados intensivos" ganadería de la Costa)
“Los foráneos buscan refugio en la ciénaga porque a diferencia de la zona alta donde el verano ha hecho daños, acá los pastos se conservan. Los ganaderos están felices de tener sus animales en fincas de la zona baja”, anotó el profesional.
Nicolás Pinto es uno de los ganaderos de La Mojana que se siente bendecido por el clima que juega a favor de los productores. Incluso afirmó que ha podido cosechar maíz. El productor de La Mojana tiene 68 animales de ordeño y terneros machos de levante en su finca en satisfactorio estado corporal y de salud.
“Nosotros los ganaderos de La Mojana tenemos la bendición de Dios por tener suficientes pastos, ”, dijo.
Nelson Meza, ganadero del corregimiento de San Marco, zona alta de Sucre, trasladó sus 180 reses a la ciénaga en enero pasado al prever que el verano no cesaría. El productor expresó que movilizar los animales no es tarea sencilla. Se requiere de un camión y eso acarrea gastos.
En su caso, ha sabido aprovechar el verde de los pastos en la zona baja en la que, para su fortuna, tiene un predio en el que los cuida.
Edison Ortega, ganadero e ingeniero agrónomo, tiene sus 60 bovinos de levante en la ciénaga desde enero. Él ha tenido que pagar arriendo en una finca y a un administrador por el cuidado de sus animales.
“Han aumentado los gastos”, señaló Ortega, para quien la única solución ha sido movilizar sus animales a la ciénaga, con el riesgo de que sus animales adquieran enfermedades por el cambio de ambiente. (Lea: Lo que piden ganaderos de La Guajira para no desaparecer)
Sin embargo, consideró que resulta más benéfico para sus semovientes estar en la zona baja donde no han sufrido de hambre ni sed.
“Varias ganaderos movilizaron sus animales, pero otros no lo hacen porque eso requiere embarcarlos y tener licencias. Otros creían que iba a llegar la lluvia, como un hermano, pero tuvo que bajar las reses en mayo”, comentó Ortega.
¿Por qué hay pastos en la ciénaga?
Los ganaderos dijeron que la zona baja de Sucre es húmeda. Allí el invierno los golpea más que el verano. Por eso en esta época de sequía en la Costa, los suelos en la ciénaga permanecen con un poco de agua, lo que conserva los forrajes.
Los consultados aseguran que la tierra en la zona baja se abona de manera natural y el suelo es apetecido para alimentar al ganado.