Hace un año, el departamento se estaba preparando para cambiar su estatus tras 5 años sin rastro de la enfermedad, pero la aparición de un foco en Cúcuta acabó con la ilusión de los productores que hoy en día luchan con las consecuencias de la emergencia sanitaria. Desde 2009, Colombia ostentó el estatus como país libre de la enfermedad con vacunación mientras que gran parte de Norte de Santander quedó bajó el estatus de zona de protección o tapón, conteniendo la amenaza del virus que podría llegar de Venezuela, donde todavía no ha sido erradicado. En los últimos 5 años, el Comité de Ganaderos de Norte de Santander, Coganor, impulsó un nuevo estudio para declarar la zona libre de aftosa, hecho que finalmente se logró con el segundo ciclo del 2016. (Lea: Tras un alza significativa, sacrificio en Cúcuta podría volver a caer) El proceso evaluó 161 predios escogidos al azar para determinar si había residuo del virus. Los ganaderos estaban seguros de lograr el nuevo estatus, pues todo apuntaba que así sería. Con esta certificación, podrían integrarse al resto del país y comercializar ganado con otras zonas. Sin embargo, tras el foco de aftosa en San Faustino, Cúcuta, que se dio después de otro en Arauca y un brote en Cundinamarca, todo el esfuerzo, el tiempo y el dinero invertido por los productores nortesantandereanos en alcanzar la certificación se echaron al traste y volvieron a como estaban 10 años atrás. Andrés Hoyos Arenas, miembro de la junta directiva de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, estuvo al frente de Coganor durante el proceso y esperaba dar buenas noticias a sus colegas, hecho que nunca ocurrió. (Lea: Zona de contención preocupa en Norte de Santander) Ahora, su mayor preocupación es que el virus sea erradicado del país aunque, como él mismo reveló, todavía no ha sido el caso: “Desafortunadamente los epidemiólogos del ICA dicen que hay circulación viral y, por tanto, nos tienen enclaustrados lo que nos impide tener contacto con la ganadería del resto del país”. El dirigente agregó que las medidas tomadas por la entidad sanitaria no han dado frutos, confirmando el retroceso de más de 10 años. También criticó la falta de voluntad del Gobierno para remediar la situación. Por su parte, José Helí Soto, presidente de Coganor, señaló que desde que ocurrió el foco se han disparado las alarmas por cualquier signo que evidencie la enfermedad, que afortunadamente resultan ser falsas pero no dejan de ser preocupantes. “Estas alarmas corresponden a la estomatitis vesicular, cuya sintomatología es muy similar a la aftosa. Es una zona bastante endémica de estomatitis y no tenemos vacuna”, precisó. (Lea: “Amenaza de aftosa está latente por contrabando desbordado”: Lafaurie) El comité ha solicitado al Gobierno implementar un programa similar a la campaña de vacunación contra la fiebre aftosa, aunque con el biológico de la estomatitis para evitar estos inconvenientes. Al igual que Hoyos, reclamó que se quedaron solos protegiendo al país ganadero del flagelo del contrabando que amenaza el estatus sanitario. “En el corto o mediano plazo nunca tendremos la condición de libres de fiebre aftosa con vacunación como el resto del país”, manifestó el directivo de Fedegán.