El verano trae consigo consecuencias para la salud del ganado bovino. Las altas temperaturas y la debilidad de los rumiantes los hace más vulnerables a padecer por distintas patologías. Si su ganado está en la región Caribe, tome medidas de precaución, recomiendan profesionales del FNG. Las reses ubicadas en zonas bajas del país, donde escasea el agua, los forrajes y las temperaturas están por encima de los 35 grados centígrados, corren el riesgo de enfermarse por pasteurelosis neumónica bovina, patología que ataca el sistema respiratorio de animales con defensas bajas que se someten a episodios de estrés por falta de comida, calor y mal manejo. De otro lado, la escasez de pasturas genera que los semovientes salten cercas y se lastimen la ubre u otra parte del cuerpo. No se descarta que por hambre coman malezas, que puedan inducir incluso a su muerte.. (Lea: 9 enfermedades respiratorias que afectan al ganado bovino) En algunas regiones del país la trashumancia ha provocado la propagación de enfermedades parasitarias. Las garrapatas son el principal foco de riesgo entre animales de cualquier edad. Sin embargo, los terneros son más susceptibles a adquirir patologías que pongan en riesgo su salud y vida. En reses menores de 6 meses es posible ver focos de neumonías por estar en sitios con alta humedad, ocasionada por altas temperaturas y lluvias. Darinel Enrique Regino, profesional en San Marcos, Sucre, de Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, manifestó que en esta región del país se reciben reses desplazadas de las zonas altas donde no hay pasturas, pero el contacto con otros animales de diferentes zonas provoca focos de ectoparásitos, principalmente de garrapatas. “Acá no tenemos garrapatas pero en la parte alta de la región sí hay y cuando esos animales hacen trashumancia hasta donde estamos traen los ectoparásitos”, explicó el profesional, que recomendó a los productores bañar con antiparasitarios las reses antes de trasladarlas y a quienes están en San Marcos y San Jorge revisar los bovinos que ingresen a los predios. Además, recomendó proteger a los terneros de las lluvias esporádicas, con el fin de evitar que adquieran patologías respiratorias, propias a esta edad y en épocas de humedad. “Las crías menores de 6 meses están expuestas a neumonías. Las lluvias que han caído no son suficientes pero como hay animales que están en potreros y nunca bajo techo, se pueden enfermar”, ahondó Regino. (Lea: Pleuroneumonía contagiosa, mal respiratorio que afecta a bovinos) Alfonso Daza, profesional en Pailitas, Cesar, de Gestión Productiva y Salud Animal del FNG, indicó que ante la escasez de forrajes las reses tiene las defensas bajas y están en peligro de sufrir por pasteurelosis bovina. La medida de prevención es vacunar. “Está la vacuna contra la triple y carbones que ayuda a los animales”, anotó el profesional en Pailitas, al resaltar que en regiones como Magdalena la sequía mantiene suelos sin pastos, lo que motiva a los bovinos a buscar material vegetal en los predios por hambre, pero este puede no ser un forraje de calidad sino malezas, recalcó: “que les hacen mucho daño a los rumiantes”. Las enfermedades reproductivas no se descartan en momentos de sequía por el debilitamiento de hembras. Igualmente, si los animales no reciben comida la tasa de producción láctea y la corporalidad disminuyen, lo que afecta el bolsillo del ganadero, que como primera medida de solución, apuntaron los profesionales del Fondo Nacional del Ganado, deben procurar garatizarle al hato comida y agua potable.