Las vainas y las semillas de esta planta son beneficiosas para el ganado, e incluso sus ramas dan sombra en época de verano. En una finca de Cesar, los animales tenían tanta hambre que se comieron hasta la hoja del árbol. También conocido como algaborro, la Prosophis juliflora es un tipo de leguminosa perteneciente a la familia de las mimosáceas. Es una especie resistente a la sequía, que crece de forma silvestre y de manera abundante en condiciones climáticas secas. Es posible encontrarla en las zonas áridas y semiáridas del país, en regiones como la Costa Atlántica, sobre todo en Bolívar, Cesar, La Guajira y los Llanos Orientales. En estas zonas crece la variedad Caribe, mientras que en el Valle del Cauca se la variedad Peruana, que es de mayor tamaño. En verano, el árbol de trupillo no se desfolia, produciendo una sombra tenue para los bovinos. Cuando se hace viejo, la madera se puede aprovechar para construir cercas. (Lea: Sea recursivo para alimentar a los semovientes en temporadas de verano) De igual manera, su forraje es valioso, pues sus vainas son dulces y comestibles. Tienen un alto contenido de proteína y azúcares que sirven como fuente de alimento en época de verano. Cuando están maduras, caen y son consumidas por el suelo. Para aprovechar la proteína de la planta (que está entre 35 % y 45 %), se deben triturar las vainas y las semillas, pues de lo contrario pasan a través del tracto digestivo sin ser asimiladas. Sin embargo, la trituración es difícil por la presencia de una pulpa gruesa que rodea la semilla. El médico veterinario Marino Valderrama ha trabajado en la utilización de recursos forrajeros como el P. juliflora como alimento para bovinos en la región Caribe. (Lea: Harina de caña de azúcar, suplemento forrajero en época de verano) “Es tal su consumo de vainas por los equinos y bovinos, que su dieta puede ser de un 50 %. Las semillas escarificadas por la digestión germinan fácil en el período de lluvia”, señaló. Mario Muñoz Humanes, médico veterinario-zootecnista en Codazzi, Cesar, declaró que no cae agua en este y otros municipios, como San Diego, La Paz y Becerril, desde hace más de 3 meses. Debido a la escasez de pastos, los ganaderos han tenido que optar por otras alternativas de alimento. “Cada quien está talando las ramas de toda clase de árboles para que los animales se coman las hojas. Incluso, tan pronto bajamos una rama del trupillo, a pesar de que tiene espinas, el ganado comienza a sacar las hojas con cuidado para que las espinas no le puyen la lengua ni el hocico”, aseguró. Escuche a Muñoz sobre cómo el ganado aprovecha las ramas del trupillo
El profesional añadió que es más común que el ganado consuma la semilla o la vaina cuando está en el piso. Pero es la primera vez que ve a los bovinos comer de la rama. (Entrevista: Consejos para suplementar ganado en épocas de estrés climático) “Por casualidad tumbamos la rama, y apenas cayó, el ganado llegó y se fue comiendo la hojita hasta que consumieron todo el follaje verde de la rama. Esto es una muestra de hambruna de los ganados, porque el bovino de por sí es selectivo”, añadió. Carlos Martínez, trabajador de la finca Oro Blanco, donde ocurrió la anécdota narrada por el profesional, afirmó que además de trupillo, el ganado consume hojas de guácimo y matarratón, así como semilla de algodón y otras plantas. “Los animales comen hojas de trupillo, porque los animales están tan hambrientos que dejan la rama pelada. Ellos no comen hoja mientras haya pastos, pero ahora la necesidad los obliga”, dijo. (Lea: Aprenda a preparar la yuca para suplementar a sus bovinos)