Eduardo Rey, propietario de la finca Arizona, promueve los resultados del aumento de la productividad de ceba, mediante el manejo y división de praderas en las razas brahman blanco.
A raíz de una investigación hecha por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, en la parte baja del Magdalena Medio santandereano, sostiene que la división del predio en potreros y la rotación de bovinos, genera un incremento en la carga animal. (Lea ‘La seguridad agroalimentaria de Cundinamarca, prioridad del departamento’)
“Inquieto” e “innovador”, así definen a Eduardo Rey, un ganadero en Barrancabermeja que se aventuró hace más de 10 a hacer esta división de las 140 hectáreas que tiene ‘Arizona’. Fue un trabajo arduo, de acuerdo a lo que dice Diego Ríos, profesional en Gestión de Proyectos Estratégicos de Fedegán, ya que se dividieron potreros de 2.500 metros, lo que equivale a ¼ de hectárea.
“Se hicieron análisis bromatológicos, es decir, sobre la producción de alimento, en este caso el pasto, y se llegó a la conclusión de que estos forrajes crecían entre 25 y 30 días, lo que le permitió a Eduardo tener a los animales un solo día en el potrero y al día siguiente pasarlos a otro, así se determina la calidad exacta de porciones que debe consumir el animal”, sostiene Ríos.
Al llevar a cabo esta división, uno de los beneficios que Rey tiene, es evitar el desperdicio de comida, “la capacidad de carga nacional está en 0,6 unidades de gran ganado por hectárea, determinando que una unidad equivale a 450 kilos, lo que quiere decir que en promedio lo que tenemos son 900 kilogramos pastando un animal por hectárea, ese es un incremento considerable”, explica el funcionario de Fedegán.
Las ventajas de la ubicación
‘Arizona’ está a 110 metros sobre el nivel del mar, por eso Eduardo Ríos implementó la división de potreros con árboles, lo que permite tener áreas de sombra y un buen clima para tener producción forrajera de calidad, “tengo sembrado branchiaria humidícola y decumbens, que tiene la facilidad de adaptarse a cualquier tipo de suelo, húmedo o seco, entonces eso me permite tener gran cantidad de alimento para mis animales”, comenta el propietario del predio.
Ambos llegan a la conclusión de que es importante que los ganaderos de la zona implementen este tipo de prácticas, pues además de aumentar la carga animal, la producción forrajera permite abastecer al hato si se hace uso las buenas prácticas ganaderas. (Lea ‘Las buenas prácticas ganaderas son reconocidas en Santander’)